


“Chaucha tropical”: la fruta agridulce y nutritiva muy valorada en la gastronomía
NUTRICIÓN Ana COHENOriginario de la región tropical de África –en particular de Sudán, al noroeste del continente– el tamarindo, conocido científicamente como tamarindus indica es un árbol de madera dura con un fruto envuelto en una vaina leñosa que contiene una pulpa densa y agridulce de alto valor nutricional.


Actualmente, su plantación se extiende a distintas regiones de clima tropical alrededor del mundo, desde África, Asia meridional, Oceanía hasta Latinoamérica. India, Tailandia, Costa Rica y México están entre los mayores productores del fruto.
Históricamente fue apreciado tanto en la cocina, por su sabor característico y utilidad en distintas preparaciones culinarias, como en la medicina por sus múltiples beneficios para la salud.
“Es un alimento especialmente rico en vitaminas, minerales y antioxidantes, siendo la vitamina B, el potasio, el magnesio, el fósforo y el hierro los protagonistas", señala Milagros Sympson, nutricionista (M.N. 12067). También contiene una cantidad razonable de fibra.
En cuanto a su valor calórico, cada 100 gramos de pulpa de tamarindo hay 239 calorías.
Los beneficios del tamarindo
En la medicina, sus usos van desde el tratamiento de afecciones intestinales como el estreñimiento; hasta el alivio de la fiebre y la cicatrización de heridas, comparte Sympson, y destaca las siguientes propiedades del fruto:
Combate los radicales libres
El tamarindo es rico en polifenoles, flavonoides –de los antiinflamatorios más potentes– y betacaroteno.
“Su función base es combatir a los radicales libres y proteger a las células del daño oxidativo, fortaleciendo al sistema inmunológico”, señala Sympson.
Favorece los procesos digestivos
La combinación de fibra y ácidos naturales convierten al fruto en un asistente del tránsito lento, sostiene Sympson. La fibra, por un lado, aumenta el volumen de las heces, facilitando su movimiento a través del tracto intestinal. Los ácidos, por otro, promueven la producción de bilis y enzimas digestivas como la amilasa y la lipasa, mejorando la descomposición de las grasas.
Acelera la recuperación
En algunas culturas, comparte Sympson, el tamarindo se usa como remedio casero para fiebres y resfriados. “Sus propiedades antipiréticas y antibacterianas, y las vitaminas A y C estimulan y fortalecen las células de defensa del cuerpo, promoviendo una recuperación más rápida”.
Regula los niveles de azúcar en sangre
La nutricionista menciona también el consumo de tamarindo para regular los niveles de azúcar en sangre. “Las fibras y polifenoles retardan la absorción de azúcar en el intestino, inhibiendo en simultáneo la enzima alfa–amilasa, lo que reduce la absorción de carbohidratos“, explica. “Además, tiene un bajo índice glucémico, lo que ayuda a prevenir picos de glucosa en la sangre”, agrega.
Apoya la salud cardiovascular
A su vez, el tamarindo ayuda a reducir el colesterol. “El fruto contiene saponinas y antioxidantes que ayudan a disminuir, o eliminar el exceso del colesterol LDL, o colesterol “malo”, de las arterias y suprimir la acumulación de triglicéridos“, argumenta Sympson. ”Reducir sus niveles equivale a prevenir enfermedades cardiovasculares como aterosclerosis, infarto de miocardio y derrame cerebral".
Cómo incorporar el tamarindo
Su versatilidad lo hace un componente recurrente en distintas gastronomías alrededor del mundo. Con su pulpa –que, cuanto más madura, más dulce y jugosa es– pueden hacerse bebidas –como licuados y jugos–, salsas, condimentos y chutneys para condimentar ensaladas y carnes, mermeladas y postres.
La pasta de tamarindo, elaborada con la pulpa y generalmente endulzada con distintos tipos de azúcar, puede elaborarse manualmente, extrayendo el interior de cada chaucha del fruto, o comprarse embotellada o en bloque congelada.
Naturalmente, la opción más sencilla –también la mejor forma de aprovechar sus nutrientes– es pelar la chaucha y comer la pulpa del fruto cruda, dejando la semilla en el medio.
En materia de contraindicaciones, Sympson menciona que un consumo excesivo del tamarindo podría interactuar con medicamentos anticoagulantes, aumentando el riesgo de sangrado y con medicamentos para la diabetes, aumentando el riesgo de hipoglucemia.
Por otro lado, el consumo de este fruto podría resultar contraproducente en casos de personas que experimenten ciertas enfermedades gastrointestinales –como úlceras, gastritis o síndrome de intestino irritable (SII)–, puesto que podría aumentar la irritación en el estómago debido a su acidez y contenido de fibra.
Por último, aquellos que tengan alergias –especialmente a las legumbres– deberían consultar con un médico antes de consumir tamarindo.
Fuente: La Nacion

