La cirugía para perder peso puede proteger la salud hepática de los pacientes con obesidad y enfermedad del hígado graso, informa un estudio reciente.
Los pacientes tenían un riesgo un 72 por ciento más bajo de desarrollar complicaciones graves de la enfermedad hepática tras someterse a una cirugía para perder peso, reportaron los investigadores en la edición del 27 de enero de la revista Nature Medicine.
También tenían un riesgo un 80 por ciento más bajo de que su enfermedad hepática llegara a una etapa avanzada y potencialmente mortal, encontraron los investigadores
Estos resultados muestran que el tipo de pérdida de peso asociada con la cirugía bariátrica puede marcar una diferencia importante en las personas con enfermedad del hígado graso, también llamada esteatohepatitis asociada a la disfunción metabólica (MASH, por sus siglas en inglés), señalaron los investigadores.
"Actualmente, la intervención en el estilo de vida (dieta y ejercicio) es la única recomendación terapéutica para la cirrosis compensada relacionada con el MASH", señaló en un comunicado de prensa el investigador sénior, el Dr. Steven Nissen, director académico del Instituto del Corazón, Vascular y Torácico de la Clínica Cleveland.
"Sin embargo, los cambios en el estilo de vida por sí solos rara vez proporcionan la pérdida de peso y los cambios metabólicos necesarios para reducir el riesgo de complicaciones hepáticas en esta población de pacientes", añadió.
La obesidad y la diabetes son la principal causa de MASH, que es la forma más común de enfermedad hepática crónica en EE. UU., señalaron los investigadores en las notas de respaldo.
Los hígados de las personas obesas comienzan a acumular grasa, lo que desencadena una cascada de eventos que en última instancia conducen a la cicatrización del hígado, apuntaron los investigadores. Se estima que 3 millones de personas en los EE. UU. tienen cicatrices hepáticas relacionadas con la enfermedad del hígado graso.
En este estudio, los investigadores se propusieron ver si la pérdida de peso a largo plazo asociada con la cirugía bariátrica podría reducir el riesgo de daño hepático entre las personas con obesidad y enfermedad del hígado graso.
Se comparó un grupo de 62 pacientes con ambos que se sometieron a cirugía bariátrica con un grupo de control de 106 pacientes con hígado graso que no se sometieron a una cirugía para perder peso. Los participantes fueron emparejados por factores como la gravedad de la enfermedad hepática.
Quince años después de que comenzara el estudio, los pacientes que se sometieron a cirugía bariátrica habían perdido casi un 27 por ciento de su peso, en comparación con un 10 por ciento de peso perdido entre las personas que no se sometieron a la cirugía.
Casi un 21 por ciento del grupo de cirugía para perder peso y un 46 por ciento de los que no se sometieron a la cirugía desarrollaron al menos una complicación importante de la enfermedad hepática, como cicatrices hepáticas avanzadas, cáncer de hígado, trasplante de hígado o muerte, muestran los resultados.
Del mismo modo, casi un 16 por ciento de los que estaban en el grupo de cirugía progresaron a una enfermedad hepática avanzada, en comparación con casi un 31 por ciento de los que no se sometieron a la cirugía.
El estudio "muestra que la cirugía bariátrica es un tratamiento efectivo que puede influir en la trayectoria de la progresión de la cirrosis en pacientes seleccionados", dijo Nissen.
También es posible que se produzcan hallazgos similares para la nueva ola de medicamentos contra la obesidad como Wegovy y Zepbound, dado que proporcionan una pérdida de peso promedio de un 15 a un 20 por ciento, apuntaron los investigadores.
Fuente: Infobae