La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando el organismo es incapaz de regular los niveles de glucosa en sangre, según indica la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. Esto se debe a que el cuerpo no produce suficiente insulina o no la usa de manera adecuada. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las células para ser utilizada como energía.
No todas las personas que son diagnosticadas con esta enfermedad presentan los síntomas habituales y entre esos se encuentran, según el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases: la sed, el entumecimiento en las manos o los pies, la pérdida de peso inexplicable, el ronquido y la necesidad de ir al baño.
Además, hay algunos síntomas que, aunque en principio no estén asociados con la diabetes, sí pueden indicar su presencia. Por supuesto que, en caso de que presentemos uno o varios de estos síntomas, lo más adecuado será que vayamos al médico porque solo un profesional puede determinar si, en efecto, se trata de diabetes o de otro problema de salud.
Los síntomas poco conocidos de la diabetes
Irritación en la piel. La piel puede resecarse y ocasionar comezón. Podemos sentir picazón en las manos, los brazos, las piernas y los pies. Por eso, si notamos que se nos irrita la piel o tiene picor, debemos analizarlo y acudir al médico para que este determine si necesitamos hacernos un examen de glucosa en sangre. Un estudio de Diabetology & Metabolic Syndrome señala que, si bien los datos no son concluyentes, los investigadores determinaron que la diabetes puede afectar la piel y provocar ulceraciones, resequedad y toda clase de irritaciones.
Ronquidos. Un ensayo clínico llevado a cabo en China en 2017 evaluó la relación entre los ronquidos y la presencia de prediabetes. De los 13.592 participantes, casi el 31% fue diagnosticado con prediabetes. Los resultados señalaron que existía una relación entre los ronquidos habituales y la presencia de valores de glucosa alterados. Se cree que, debido a problemas relacionados con trastornos respiratorios al dormir, como la apnea de sueño, se pueden elevar los niveles de azúcar en la sangre. Al dormir, podemos liberar hormonas de estrés que elevan en gran medida los niveles de azúcar en la sangre. Por ejemplo, los ronquidos son provocados por pausas en la respiración debido a la relajación de la musculatura que estrecha las vías respiratorias. Podrían producir la liberación de hormonas del estrés y, por ende, el aumento del azúcar en sangre.
Problemas para escuchar. Si nos damos cuenta de que tenemos que subir cada vez más el volumen de la televisión porque se nos dificulta escuchar o cuando tenemos una conversación tenemos que decirle a la persona que repita lo que dijo, es un síntoma para visitar a un médico. Diversos estudios, como el de Current Diabetes Reports, demostraron que la pérdida de audición podría ser un indicador de diabetes. Las personas con un nivel de azúcar en la sangre elevado son más propensas a tener alguna lesión auditiva que aquellos con niveles de glucosa saludables. Esto se debe a que los niveles muy altos podrían dañar los nervios del oído interno.
Cambios en la visión. A pesar de no haber encontrado investigaciones específicas al respecto, algunas personas que padecen diabetes sin saberlo sufrieron una mejoría momentánea en su visión y, por ejemplo, dejaron de necesitar lentes, ya que veían bien sin ellos. Cuando esto ocurre, la mejoría no es permanente. Una vez se estabilizan los niveles de glucosa, el paciente vuelve a tener la necesidad de usar lentes, por lo cual se recomienda una consulta al médico.
¿Hay que observar los síntomas durante un tiempo o acudir al médico cuanto antes para saber si es diabetes?
Estos síntomas suelen pasarse por alto porque suelen asociarse a otras enfermedades. Si estamos notando estos cambios, sumados a los síntomas comunes, debemos procurar acudir a un especialista lo más pronto posible para que nos dé un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Aunque puede ser bueno observar los síntomas durante un periodo prudencial, lo que no se debe hacer es postergar demasiado la consulta con el profesional que corresponda para poder empezar cuanto antes a tratar la dolencia, en caso de que se trate de una diabetes.
Fuente: TN