Juegos Olímpicos de París 2024: salud mental, estrés y pasión

SALUD Carola LEVI
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Los Juegos Olímpicos (JJ. OO.) son el mayor evento deportivo internacional que reúne a atletas de todo el mundo en competiciones de diversas disciplinas. Tienen lugar cada cuatro años, alternando entre los de verano e invierno. Los Juegos Olímpicos de París 2024 comenzaron el 26 de julio y terminan el 11 de agosto de 2024.

La salud mental se convierte en un tema crítico que requiere atención y comprensión. Los atletas, a menudo, se enfrentan a presiones inmensas que pueden afectar su bienestar psicológico. La visibilidad que estos eventos otorgan puede ser tanto una bendición como una carga, y es esencial fomentar un ambiente que priorice el apoyo emocional.

La presión
El licenciado en Coaching y liderazgo transformacional ético Rodo Laduz, explica: “Cuando hablamos de presión, lo primero que tenemos que comprender es que ella no es una cosa en sí misma, como un algo que existe, sino que esto depende del observador que es cada atleta. Sí, hay un hecho que está ocurriendo o una circunstancia (el público, la prensa, la televisión, los competidores, etc.) y esto gatillará presión o no dependiendo de cada mente. Por ello hay deportistas que en la misma situación se estresan y otros no. Si comprendemos esto, el camino que se abre es el del trabajo personal interior, pues lo que ocurra afuera no tendrá efecto sobre el atleta si este está debidamente entrenado desde su mente”.

Las organizaciones deportivas están comenzando a reconocer la importancia de incorporar profesionales de la salud mental en sus equipos, ofreciendo recursos que ayudan a los atletas a manejar el estrés, la ansiedad y la presión competitiva. Talleres, plataformas de conversación y acceso a terapeutas son solo algunas de las iniciativas que se están implementando. Asimismo, es vital crear una cultura de apertura donde los deportistas se sientan cómodos compartiendo sus experiencias sin temor a ser juzgados. Paradigmas de éxito deben expandirse para incluir no solo el rendimiento físico, sino también el bienestar emocional. Esto no solo beneficia a los atletas, sino que también puede inspirar a millones de jóvenes que los ven como modelos a seguir.

Resiliencia mental
En la primera semana del comienzo de los JJ. OO. 2024, la gimnasta mexicana Alexa Moreno (29), tras caer de la barra de equilibrio en una prueba de gimnasia dijo: “Trato yo siempre de sobreponerme y dejar todo atrás, porque si no lo dejo atrás no puedo seguir adelante. Dejarlo a medias, el chiste es terminar, así es la gimnasia, todos sabemos que siempre hay un riesgo, que por más que lo entrenes muchas veces, hay muchos factores que no puedes controlar, así que es tratar de seguir adelante, yo creo que lo más importante es no quedarte con ningún arrepentimiento”.

Otro caso que resalta la importancia de la salud mental es el de la tiradora argentina Fernanda Russo (24), que aunque superó su marca de Tokio 2020, terminó en el puesto 30 en la clasificación. Tras competir, en comunicación con su madre, la joven le comentó: “Una lástima las últimas dos series, pero te juro que no me interesa el puesto. Ganar a veces significa otra cosa. Terminó la prueba y sigo viva, siento que puedo respirar, esto hace tres años no lo sentía”. Además, agregó: “Muy atrás y lejos quedó la Fernanda con pensamientos suicidas después de Tokio. Yo terminé de tirar y me sentía viva, busquen eso, busquen vivir. Estar acá para mí es un regalo, porque si no hubiese sido por mi equipo de contención, yo no estaría acá parada y seguramente no estaría respirando”.

La gimnasta americana Simone Biles (27), desde su debut en los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde deslumbró al mundo con su destreza y liderazgo, hasta su valiente decisión en Tokio 2020 de priorizar su salud mental, ha demostrado una fortaleza y resiliencia que la han convertido en un icono deportivo y cultural. Su vida, desde una infancia llena de desafíos hasta su ascenso al Olimpo de los dioses deportivos, es una fuente de inspiración para millones. Tras ganar la medalla de oro en la prueba artística general individual resaltó: “El estar en un buen estado mental y el ver a mi terapeuta todos los jueves, que es algo religioso para mí. Es por esa razón que estoy hoy acá”.

“La cabeza afecta al instrumento que es el cuerpo del atleta, por eso que el atleta sepa cómo piensa y siente en situaciones extremas de presión es vital. Auto-descubrirse es el camino y comprender por qué actúa de esas maneras es un trabajo de introspección que los atletas, desde mi punto de vista, tienen descuidado. Entrenan más el cuerpo que la mente y la mente es el principio generativo de todo lo que hacemos”, agrega Laduz.

Desafíos psicológicos
Laduz resalta: “Las preguntas, la autoobservación, la reflexión son parte de un entrenamiento que es diferente al que está acostumbrado el deportista. Meditar, realizar mindfullness, visualizar, practicar respiración consciente son algunas de las herramientas. El coach deberá aplicar esto de acuerdo al tipo de personalidad que tenga el atleta y su escucha será clave para mostrar lo que el deportista no está viendo de sí mismo para que esto sea descubierto. Así lo que antes permanecía en total transparencia y no se veía, ahora se observa y se lo puede trabajar para cambiarlo. Un arte que se realiza con cada deportista de manera distinta, atendiendo a lo que más le sirve y despierte su atención para que no se aburra”.

“Así se convierte el proceso de coaching en un arte que buscará dar miradas y estrategias para vivir desde el máximo poder del atleta y aquí surgirán cientos de maneras de dar acceso y que disolverán el estrés y la presión, ya que como dijimos, estas no están en ninguna parte. O mejor dicho, si están en un lugar, solo en la mente del atleta”, concluye.

Fuente: TN

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