¿Migraña o cefalea tensional?: cómo distinguir los dos tipos más frecuentes de dolor de cabeza

SALUD Ana COHEN
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El dolor de cabeza es algo que afecta a todas las personas en algún momento de su vida y hasta un 89% de la población masculina y un 99% de la femenina asegura padecer o haber padecido dolor de cabeza en algún momento de su vida, según indicó la Sociedad Española de Neurología (SEN). Dentro de esta patología, las cefaleas primarias son el grupo más predominante, ya que suponen más del 90% de los casos.

“Aunque existen más de 200 tipos de cefaleas, la tensional (con una prevalencia superior al 60% en la población) y la migraña (con un 15%), son las más habituales. Estos, junto con la cefalea en racimos, aglutinan el mayor porcentaje de pacientes que padece una cefalea crónica”, explica Pablo Irimia, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN.

Según el especialista, “si bien padecer una cefalea primaria ya suele conllevar un importante menoscabo en la salud y en la calidad de vida del paciente que la sufre, aún lo será más en función del tipo de dolor y de la recurrencia de las crisis”.

Migraña, uno de las más habituales
La migraña es una cefalea primaria frecuente e incapacitante. Estudios epidemiológicos documentaron su alta prevalencia y enorme impacto socioeconómico y personal. De acuerdo con el estudio Global Burden of Disease Survey 2010, es el tercer trastorno más prevalente y la séptima causa de incapacidad en el mundo.

La III Edición de la Clasificación Internacional de las Cefaleas indica que este cuadro se divide en dos subtipos principales: sin aura y con aura. Sobre la migraña sin aura, se trata de un dolor de cabeza recurrente con episodios de 4 a 72 horas de duración. Las características típicas son localización unilateral, carácter pulsátil (la sensación de que la cabeza palpita), intensidad moderada o severa, empeoramiento con la actividad física y asociación con náuseas o fotofobia (molestia ante una luz demasiado intensa o deslumbrante) y fonofobia (miedo irracional a los sonidos fuertes).

Por su parte, la migraña con aura se caracteriza por episodios periódicos de varios minutos de duración, con síntomas sensitivos o del sistema nervioso central unilaterales, transitorios y visuales, que se desarrollan progresivamente y suelen preceder a una cefalea.

La cefalea tensional, otra de las más frecuentes
La cefalea tensional es muy frecuente, con una prevalencia a lo largo de la vida en la población general que oscila entre el 30% y el 78% según los estudios, y tiene un muy alto impacto socioeconómico. Se presenta en forma de dolor que se localiza en la región occipital de la cabeza o en la frente, alcanzando en ocasiones a la región cervical.

El dolor se describe como una presión y no como un latido y suele ser de moderada intensidad. Puede acompañarse de náuseas pero no de vómitos y de hipersensibilidad a la luz y el ruido. La cefalea tensional no empeora con la actividad física de rutina, a diferencia de la migraña. Suele estar presente todo el día y generalmente no suele impedir a la persona desarrollar su actividad física habitual.

Factores de riesgo para sufrir dolor de cabeza
Existen muchos factores de riesgo para padecer una cefalea primaria. Algunos de ellos no son modificables, como puede ser la edad, ser mujer o la predisposición genética. Pero sí que existen otros que, evitándolos o controlándolos, podrían reducir la aparición de las crisis. Estos son:

Obesidad.
Estrés.
Depresión.
Padecer algún trastorno del sueño, como la apnea del sueño.

Además, según informa la SEN, detrás de las principales causas de cronificación de una cefalea se encuentran dos factores que también pueden ser fácilmente modificables: la falta de diagnóstico y la automedicación.

“Debido a su alta prevalencia, la cefalea constituye el primer motivo de consulta en los Servicios de Neurología. Pero aun así, son pocas las personas que consultan su dolor de cabeza con un médico. Todo el mundo puede sufrirlo puntualmente, pero cuando este deja de ser esporádico, cuando el dolor interfiere en nuestras actividades diarias, es el momento de acudir al médico”, advierte Irimia.

En tanto, añadió: “No todos los dolores de cabeza se tratan igual, por lo que es fundamental identificar correctamente el que padecemos. Sin diagnóstico y sin tratamiento, no solo limitaremos cada vez más nuestra calidad de vida, sino que será cada vez más complicado que respondamos adecuadamente a los tratamientos”.

Fuente: TN

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