Educación alimentaria, la clave para combatir el sobrepeso y la obesidad en los niños en edad escolar

ALIMENTACIÓN Y SALUD Ivana ALFARO
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El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo en los niños en edad escolar que se asocian directamente con el desarrollo de enfermedades metabólicas a largo plazo. Entre ellas se encuentran las enfermedades crónicas no trasmisibles como la diabetes tipo 2, la insulinorresistencia, la hipertensión arterial y la dislipemia.

A estas patologías, se pueden asociar además la baja autoestima, la depresión y el aislamiento por bullying escolar y social. La educación alimentaria en esta y en todas las etapas de la vida cumple un papel fundamental para enfocarnos en el objetivo principal a futuro que es la calidad de vida y la buena salud en la vida adulta y la vejez.

Por lo tanto, dentro de los hábitos que debemos inculcar en esta etapa se encuentra como base principal una alimentación real, sana y saludable, en la que se incorpore la ingesta diaria de frutas y verduras de todos los colores. Por otro lado, hay que promover la práctica de actividad física acorde a la edad del niño o niña. Un buen ambiente social, familiar y escolar donde el menor se desarrolla tiene un valor fundamental para su crecimiento tanto espiritual como corporal. Esto influirá de forma positiva en su salud, su desarrollo y su bienestar.

Los menores pasan muchas horas en la escuela
Los niños y niñas de entre 6 a 13 años pasan la mayor parte de su tiempo en la escuela. Muchas veces desayunan o almuerzan en el establecimiento educativo o fuera de su casa en algún lugar cercano al colegio. En general, los kioscos o bares ofrecen productos ultraprocesados, con alto contenido de calorías, azúcares, sodio y grasas.

Muchos de estos productos contienen grasas saturadas y azúcar que modifican el umbral del sabor favoreciendo un mayor consumo de productos dulces. En lo posible, lo ideal es tomarse el tiempo de organizar y armar viandas o snacks nutritivos y saludables en casa. Lo recomendable es realizarlos con alimentos reales como frutas, verduras, legumbres, carnes o huevos que aporten las vitaminas, los minerales y la energía necesaria para sobrellevar la carga horaria escolar sin inconvenientes.

Con respecto a los snacks es aconsejable enviar frutas cortadas en trozos para los más pequeños o la fruta entera para los más grandes, si es con la cáscara, mucho mejor, ya que las frutas sin pelar aportan mayor cantidad de fibra. Otra opción para ayudar a la ingesta de frutas de estación es realizando budines, pancakes o waffles caseros que las contengan.

En el caso de los almuerzos, se pueden enviar verduras en buñuelos o croquetas (al horno), estas pueden ser de acelga, espinaca, choclo (procesado) o brócoli entre otras, incluso con el agregado de algún cereal como el arroz, la quinoa, la avena o el cuscús. La clave es que tengan a mano una buena opción saludable para alimentarse de manera adecuada durante el día en el caso de que quieran comer algo.

Limitar las gaseosas
Otro punto importante es el consumo ilimitado de bebidas gaseosas o con azúcares agregados como los jugos industrializados o bebidas deportivas que, al final de la jornada escolar o deportiva, suman calorías. Se debe elegir y ofrecer agua como parte de una hidratación adecuada, además de ser un complemento ideal de las comidas.

Para finalizar, debemos destacar que nuestras guías alimentarias para la población argentina resaltan el mayor consumo de frutas y verduras, cereales integrales, legumbres, carnes, y huevos. Por otro lado; ponen como eje central el consumo de agua, estimulando la realización de actividad física y remarcando el menor consumo de sal en todas las edades.

Fuente: TN

   

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