Una alimentación consciente y saludable es fundamental para obtener energía de forma óptima y beneficiar nuestra salud. Es importante tomar decisiones informadas en nuestra dieta diaria, especialmente cuando se trata de controlar los picos de glucosa derivados de alimentos azucarados.
Estos picos de glucosa pueden tener un impacto negativo en nuestras mitocondrias, que son las "centrales energéticas" de nuestras células. Cuando experimentamos picos de azúcar, nuestras mitocondrias pueden sufrir daños, lo que puede llevar a sentir fatiga y una sensación de agotamiento a lo largo del día
Los desayunos con alto contenido de azúcar no son la mejor opción para obtener una energía duradera. Aunque pueden darnos un impulso inicial, esta energía suele desvanecerse rápidamente, dejándonos con más cansancio y falta de vitalidad. En cambio, optar por opciones saladas y más equilibradas puede proporcionarnos una energía más estable y sostenida a lo largo del día.
En la dieta occidental, tendemos a inclinarnos hacia desayunos cargados de azúcar, como cereales azucarados, tostadas con mermelada, cruasanes, muesli, repostería, gachas de avena dulces, galletas o zumos de fruta, entre otros. Estos alimentos pueden llevarnos a experimentar bruscos aumentos de glucosa, lo que puede afectar nuestro rendimiento y bienestar a lo largo del día.
La bioquímica Jessie Inchauspé, autora del bestseller internacional La revolución de la glucosa, nos recomienda decir adiós a los picos de glucosa en nuestro desayuno. Al hacerlo, experimentaremos nuestros días de una manera completamente diferente: sin antojos y con niveles estables de energía. ¡Te contamos cómo!
¿CÓMO ES UN DESAYUNO IDEAL?
El desayuno salado se ha demostrado como la opción ideal para regular los niveles de glucosa durante el día. Esta comida debe basarse en proteínas y grasas saludables, sin incluir alimentos dulces, a excepción de frutas enteras. Según la bioquímica, al adoptar este desayuno, notarás cómo tus niveles de glucosa se estabilizan y tus antojos disminuyen de manera natural.
La ciencia respalda la idea de que un desayuno cargado de alimentos dulces y con almidón no es la mejor forma de obtener energía. Además, un pico de glucosa después del desayuno puede conducir a tener hambre más temprano. Al mantener nuestras curvas de glucosa más estables, no solo reducimos los antojos y el apetito, sino que también disminuimos la cantidad de insulina circulante en nuestro cuerpo, lo que nos permite entrar en modo "quemagrasas" con mayor frecuencia. Como resultado, equilibrar los niveles de glucosa suele conducir a la pérdida de peso.
¿CÓMO PREPARAR UN DESAYUNO SALADO?
Cambiar de un desayuno dulce a uno salado puede transformar por completo tu día y hacerte sentir como una persona nueva. El desayuno ideal se centra en la proteína como pilar fundamental para mantenernos estables, saciados y satisfechos. Tenemos una amplia gama de opciones para elegir, como yogur griego, tofu, carne magra, pescado, queso, huevos y otros alimentos ricos en proteínas.
Además, es esencial incorporar grasas saludables para potenciar aún más los beneficios de este desayuno. Podemos añadir mantequilla, aceite de oliva, aguacate o frutos secos, que no solo brindan sabor, sino que también aportan nutrientes valiosos. La fibra también juega un papel crucial, por lo que podemos incorporar verduras como espinacas, setas, tomates y otras opciones para mejorar la saciedad y el funcionamiento del sistema digestivo.
En este desayuno, evitamos los alimentos dulces como frutas deshidratadas, zumos de fruta, miel o azúcares añadidos. Si bien estos elementos pueden ser agradables al paladar, se ha demostrado que provocan picos de glucosa y antojos poco saludables. En su lugar, podemos incorporar opcionalmente almidones como pan integral, patatas o tortitas de maíz para satisfacer nuestras preferencias.
Fuente: clara.es