Por qué los probióticos protegen tu microbiota y mejoran tu salud

ALIMENTACIÓN Y SALUD Olivia BIANCHI
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Aunque algunos siguen hablando de la flora intestinal cuando se refieren a la microbiota lo cierto es es mucho más que flora, pues es todo un ecosistema compuesto por microorganismos con funciones vitales para el cuerpo: desde una labor metabólica encargada de degradar parte de los alimentos, hasta una función barrera para proteger al organismo de los agentes externos, pasando por una función inmunomoduladora. Pero además, en los últimos años, los científicos han puesto el foco en estudiar la conexión entre el sistema nervioso central y el sistema nervioso entérico, (que se encuentra en las envolturas del tejido que reviste el esófago, el estómago, el intestino delgado y el colon) hasta tal punto que ya se conoce al eje intestino-microbiota como el segundo cerebro. Por eso no es raro que tanto los divulgadores científicos, como las firmas dedicadas a los productos sanitarios, insistan en la necesidad de cuidar ese particular ecosistema cuyo equilibrio es vital para gozar de buena salud.

Esa delicada armonía intestinal puede verse afectada por varios factores, como el abuso de antibióticos o el mal uso de medicamentos como el ibuprofeno, los antidiabéticos orales, los inhibidores de la bomba de protones de la familia del omeprazol, los antihipertensivos, los suplementos de hierro y los laxantes. Pero también puede alterar tanto su composición como sus funciones, el consumo abusivo de alimentos ultraprocesados ricos en azúcares, harinas refinadas y grasas saturadas. Incluso otros factores como la obesidad, el sobrepeso, la depresión o el estrés pueden contribuir a la desestabilización de la microbiota.

Algunas señales que indican que la microbiota está alterada puede ser una diarrea continua, un estreñimiento frecuente o incluso el hecho de que haya determinados alimentos que siempre nos sienten mal. Pero además, puede haber otros signos que apuntan a ese tipo de desequilibrio aunque nunca lo relacionemos con él como puede ser la aparición de manchas en la piel, algunos eczemas, dolores de cabeza o en las articulaciones con asiduidad o incluso el ansia de comer dulces por la noche.

Cómo se protege la microbiota
Uno de los tratamientos más estudiados para regenerar la microbiota intestinal es el uso de probióticos con respaldo científico pues no sólo contribuye a reducir el impacto de esos agentes externos que la desequilibran sino que además pueden contribuir a la salud gracias a estos beneficios:

beneficios de los probióticos
Apoyan las funciones del sistema inmunitario.
Alivian síntomas digestivos como la diarrea, el estreñimiento, la hinchazón, el malestar abdominal, el síndrome del intestino irritable y los síntomas de la intolerancia a la lactosa, entre otros.
Fortalecen la barrera intestinal.
Favorecen la digestión y la absorción de los nutrientes de los alimentos.
Reducen el riesgo de infecciones respiratorias, gastrointestinales, vaginales y urinarias.
Ayudan a reducir los niveles altos de colesterol y triglicéridos cuando se administran solos o combinados con otras intervenciones pautadas por un profesional médico.
Reducen el impacto negativo de los medicamentos sobre la microbiota.

Además, los probióticos pueden frenar la propagación de los genes de resistencia a los antibióticos, que es una de las diez amenazas de la salud pública a las que se enfrenta la humanidad y la primera causa de muerte en el año 2050, según apunta en sus informes periódicos la Organización Mundial de la Salud.

El protector intestinal para adultos de Lactofora es un simbiótico (mezcla de probióticos y fibra prebiótica) que tiene precisamente propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, además de contribuir al mantenimiento normal de la mucosa. De hecho, es esencial para el crecimiento de bacterias productoras de butirato, el ácido graso de cadena corta que regenera la mucosa intestinal y tiene propiedades antiinflamatorias. Está formulado con la mezcla Howaru Restore que incluye lactobacilos y bifidobacterias (50.000 millones por frasco) y se ha enriquecido con arabinogalactooligosacáridos, betaglucanos, vitaminas, jengibre y edulcorantes.

Los hábitos de vida también importan
Pero no sólo es importante cuidar la microbiota de forma activa gracias a los probióticos, también conviene conocer de cerca cuáles son los principales enemigos tanto de la microbiota en particular como de la salud en general. Esos hábitos que hacen que se desestabilice y que además provoquen cambios en el organismo que se acaben convirtiendo en el germen de alguna enfermedad o trastorno. Así, la ingesta de alcohol y el abuso de comidas grasas no sólo propicia el desequilibrio de la microbiota sino que además puede aumentar los niveles de colesterol.

A pesar de que no es un secreto que tener el colesterol alto es un factor de riesgo grave para la salud del corazón y que estadísticamente está relacionado con una mayor probabilidad de sufrir infartos y accidentes cerebrovasculares, las cifras no mienten: Más de la mitad de la población adulta española (cerca del 56%) tiene unos niveles altos de colesterol. Si a esto sumamos otros factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes tipo 2, el sobrepeso o la obesidad, la edad avanzada o incluso un estilo de vida sedentario lo cierto es que aumenta mucho la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares.

Cómo reducir el colesterol
Los dos pilares para controlar el colesterol (que no debe sobrepasar la cantidad diaria de 300 miligramos) son el ejercicio físico y la dieta. Así, una dieta basada mayoritariamente en alimentos de origen vegetal no procesados es fundamental. Además el aumento del consumo de alimentos con grasas monoinsaturadas, como los aguacates, los aceitunas y el aceite de oliva (cuatro cucharadas soperas al día) es recomendable, así como el consumo de legumbres, una fuente de lecitina, fibra y esteroles vegetales que ayudan a reducir el colesterol que absorbe el intestino y que además aportan sustancias que protegen el corazón.

También se recomienda incluir verduras y hortalizas tanto en la comida como la cena, pues son alimentos que apenas contienen grasas ni calorías y que aportan grandes dosis de vitaminas antioxidantes (vitamina C y carotenos).

En cuanto a los alimentos que se deben reducir debido a su aporte de colesterol son la bollería elaborada con grasa de origen animal, las vísceras, los lácteos enteros y el marisco.

Los probióticos, aliados frente al colesterol
Pero además este tipo de dieta más efectiva para reducir los niveles de colesterol si se complementa con 2 gramos de esteroles vegetales al día y con probióticos. De hecho, investigaciones recientes han desvelado el papel de la microbiota a la hora de controlar el colesterol, sobre todo en el caso de las personas que no responden a la dieta. Por eso se considera que los probióticos pueden ser una forma segura y natural de reducir el colesterol LDL (llamado colesterol malo) gracias a su efecto protector sobre la microbiota.

Para mantener los niveles colesterol y favorecer su eliminación evitando que se acumule en las arterias resulta eficaz el consumo de Lactoflora Colesterol, una mezcla de probióticos, omega-3 y vitamina B1, que además estimula la producción de metabolitos bacterianos beneficiosos como el propionato, un ácido graso de cadena corta que inhibe la síntesis hepática de colesterol, que es el origen de la mayoría del colesterol que contiene la sangre. De hecho está especialmente recomendado para personas con sobrepeso con hipercolesterolemia y/o hipertrigliceredemia leve o moderada siempre que se combine con una dieta cardiosaludable y un aumento del ejercicio físico.

Los probióticos «equilibran tu mundo»
En definitiva, a pesar de que el concepto de probiótico es un término que resulta aún para muchas personas «algo complejo, desconocido y difícil de comprender», según se desprende de un estudio reciente de Lactoflora, poco a poco se va asimilando para qué sirven y cómo pueden contribuir a cuidar la microbiota gracias a iniciativas como la campaña 'Equilibra tu mundo' de Lactoflora y el podcast 'Incómodos', disponible en Spotify y en YouTube, que busca normalizar situaciones tabú relacionadas con los probióticos de la mano de expertos relacionados ocn la nutrición, la tecnología, la ciencia y la sanidad.

 

Fuente: abc.es

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