La planta que se cosecha en la Patagonia, combate la inflamación y los problemas digestivos

ALIMENTACIÓN Y SALUD Olivia BIANCHI
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Alimento protagonista en el mundo de la pastelería gourmet. Se lo come en confituras y aparece como ingrediente combinado en mermeladas, tartas, tortas y ensaladas gracias a su leve sabor ácido. Botánicamente, el ruibarbo es una planta catalogada como una verdura; no obstante, dado su vasto uso en el ámbito repostero y sus tallos gruesos, también se lo considerada como una fruta.

 En adición a la confusión, el Departamento de Agricultura de los EE. UU. clasifica oficialmente al ruibarbo como una fruta. Incluso, otra dato curioso de esta planta es que como consecuencia de su sabor ácido, muy difícilmente se lo come crudo; por eso, se acostumbra a hornearlo y endulzarlo con azúcar.

El ruibarbo es una planta perenne -que vive durante más de dos años- de la familia del trigo sarraceno (Polygonaceae) que puede llegar a crecer entre 60 centímetros y 1,2 metros de altura con sus hojas grandes, lisas y con forma de corazón. Aunque existen muchas especies de plantas catalogadas con su nombre, no todas están relacionadas con el tipo que es comestible. El que es apto para consumo es el ruibarbo de jardín comestible, Rheum rhabarbarum. Aproximadamente 5.000 años atrás, en China se lo utilizaba con fines medicinales y se lo comercializó junto con el té como cura para los dolores de estómago y la fiebre.

Se estima que gracias al comercio de la Ruta de la Seda, los ingleses fueron los primeros en comer ruibarbo, pero desafortunadamente optaron por probar primero con sus hojas que se asimilan a las de la acelga. Sin embargo, estas contienen una cantidad tóxica de ácido oxálico y pueden ser venenosas.

 
A modo de consecuencia del malestar que provocaba consumir sus hojas, el interés europeo por el ruibarbo se estancó por unos doscientos años hasta que a finales del siglo XVIII se descubrió que la parte comestible de la planta era el tallo. Este cambio en su consumo dio origen al apodo de “pieplant” -tarta de planta, en español- por el agradable gusto que se lograba en las tartas que lo llevaban.

“Uno de los lugares donde más producción suele haber de ruibarbo es en Alaska y, sorprendentemente, en la Argentina es habitual encontrarlo en la Patagonia donde se siembra en primavera y se cosecha en verano”, informa la licenciada en Nutrición, Valentina Martínez (M.N. 9394).

Ruibarbo: una planta con propiedades medicinales
Conocido por su distintivo sabor agridulce y consolidado como un ingrediente destacado para los amantes de los postres dulces y extravagantes, la versatilidad culinaria del ruibarbo radica en su capacidad para equilibrar sabores: aporta una acidez única que realza el perfil gustativo de comidas tanto saladas como dulces. Pero este vegetal de tallo rojo no solo contribuye a la creación de platos, sino que también posee beneficios significativos para la salud gracias a su riqueza en fibra, vitaminas y antioxidantes que permiten hacer de este una ingesta consciente.

Nivela el colesterol y combate bacterias
“Los tallos de ruibarbo son una gran fuente de fibra y compuestos antioxidantes que colaboran, de manera indirecta, con el colesterol porque ayudan a mejorar la salud de los tejidos y evitan el envejecimiento celular que desencadena problemas cardiovasculares”, destaca Martínez. Asimismo, añade que el alimento cuenta con propiedades antibacterianas contra la escherichia coli y staphylococcus aureus; “Evita que estas bacterias sigan creciendo, sobre todo cuando se consume el extracto de la planta”, agrega.

Evidencia de lo que menciona la profesional es un estudio controlado titulado “Efectos reductores del colesterol de la fibra del tallo de ruibarbo en hombres hipercolesterolémicos” en el los participantes con niveles altos comieron 27 gramos de fibra de tallo de ruibarbo todos los días durante un mes para observar qué efectos lograba la planta. A modo de resultado, su colesterol total se redujo en un 8% y su colesterol LDL -catalogado como “malo”- en un 9%.

Repleto de minerales y vitaminas
“Aporta calcio, magnesio y potasio que son minerales esenciales para mantenerse sano”, afirma Martínez. En adición, Yael Hasbani, asesora en Dietética y Nutrición Natural destaca que las cantidades de potasio y calcio que tiene el tallo colaboran con: la contracción muscular, la transmisión nerviosa, el buen funcionamiento del riñón y del corazón, y la mejora la salud de los huesos al aumentar la densidad mineral ósea.

Dentro de su contenido nutricional las profesionales también señalan su aporte de vitamina C y del complejo B que hacen a la mejora de la calidad de la piel y las uñas, la obtención de energía de la comida que se consume y a la formación de glóbulos rojos que se encargan de transportar el oxígeno hacia todas las partes del cuerpo.

De hecho, una investigación publicada en el International Journal of Food Science and Technology sugiere que siete de las variedades del riubarbo poseen niveles fenólicos totales -sustancias que pueden impactar en la prevención del daño oxidativo- más altos que el kale, una de las verduras más ricas en estos compuestos.

Combate la inflamación y los problemas digestivos
Hasbani añade que esta planta se utiliza demasiado y con un alto nivel de efectividad para todo lo que son malestares digestivos. “Estreñimientos y diarreas, acidez estomacal, úlceras y gastritis, el ruibarbo cuenta con propiedades curativas que se asocian a las funciones del sistema digestivo”, agrega.

En adición a lo mencionado, la revisión de estudios “Lo que ya sabemos sobre el ruibarbo: una revisión exhaustiva” realizada en 2020 demuestra que la planta tiene una fuerte tendencia a lo depurativo, lo que puede ayudar a aliviar el estreñimiento. En el escrito también se detalla que colabora con la digestión de los alimentos al promover las contracciones y movimientos intestinales junto con la regulación del equilibrio microbiano del intestino.

Contraindicaciones
Según enfatizan ambas profesionales, la principal contraindicación es la de evitar comer sus raíces y hojas. “El ácido oxálico que tienen estas partes de la planta es sumamente tóxico y aparte de desencadenar vómitos y náuseas puede hacer que algunas personas secreten o generen cálculos renales; por eso, en personas propensas a desarrollarlos se sugiere consultar previamente con un médico”, dice Hasbani.

Sumado a ello, advierte que, si bien varios de los beneficios de la planta ocurren en el aparato digestivo, personas proclives o que tengan patologías digestivas como enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa y demás, deberían abstenerse de comerla o consumirla con suma moderación ya que puede tener efectos indeseados.

“Puede tener efecto laxante o inflamatorio intestinal en personas que no están habituadas a un alto consumo de fibra alimentaria por lo que es una precaución a tener en cuenta para quienes no acostumbren consumir demasiados vegetales”, añade Martínez. Por último, aconseja que la mejor manera de consumir el ruibarbo es cocinando el tallo al vapor para que pierda la menor cantidad de nutrientes.

Fuente: La Nacion

 

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