Vitamina D y verano: ¿qué pasa cuando el sol no alcanza para tener los niveles óptimos?

ALIMENTACIÓN Y SALUD Carola LEVI
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La vitamina D es clave en nuestra salud. Es una vitamina liposoluble y sus funciones están relacionadas principalmente con la mineralización ósea. Se interrelaciona especialmente con el metabolismo del calcio ayudando a su absorción a nivel intestinal, así como también contribuye en la utilización e incorporación del fósforo.

Su importancia tiene un alcance aún mayor, ya que se relaciona directamente con la producción hormonal y con el sistema inmunológico. Bajos niveles séricos de esta vitamina repercuten directamente en el estado óptimo de los huesos y dientes. Nuestro cuerpo se encarga de sintetizarla cuando nos exponemos a la luz solar, sin olvidar que la sugerencia es no exponerse al sol entre las 11:00 y las 16:00 para evitar el momento donde los rayos UV son más intensos.

En otoño/invierno cuando los días son más cortos y salimos más abrigados, es más difícil poder sintetizarla. Por el contrario, durante los meses de primavera/verano su síntesis mejora ya que aumenta nuestra exposición solar, pero, muchas veces, no es suficiente para llegar a la recomendación ideal.

Para muchos, la síntesis solar de la vitamina D es insuficiente
Lo antes mencionado, sumado a numerosas actividades en espacios cerrados priorizando el uso de computadoras, tablets o celulares disminuye aún más las horas de exposición solar o actividades al aire libre en niños, adolescentes y adultos provocando una disminución en la posibilidad de sintetizarla.

Ante estas situaciones, la síntesis solar de la vitamina D es con frecuencia insuficiente, por lo que, para mantener un estatus adecuado de esta vitamina es necesario que se aporten cantidades suficientes a través de la dieta con el consumo de alimentos.

Las principales fuentes alimentarias de vitamina D son los pescados grasos como el salmón, las sardinas y el atún además de los huevos y los lácteos. Estas fuentes alimentarias de vitamina D son escasas y especialmente se encuentran en la parte grasa de alimentos de origen animal como también en hígados, huevos y en vísceras. Además, de encontrarla en alimentos de alto valor nutricional como la palta.

La vitamina D se puede incorporar también ingiriendo alimentos fortificados
Otra forma de incorporarla es a través de alimentos fortificados, esto es una estrategia que coopera a elevar su ingesta, pero en algunos casos, tampoco alcanza. Dentro de los alimentos fortificados con esta vitamina existen varias opciones como leche, algunos yogures o bebidas vegetales entre otros alimentos que podemos encontrar en el mercado. La deficiencia severa de vitamina D es causa de raquitismo en niños y de osteomalacia en adultos.

De igual manera, la deficiencia subclínica es más prevalente aún generando como consecuencia una disminución de la densidad ósea que se asocia a un mayor riesgo de fracturas y de osteoporosis en adultos y en personas de avanzada edad.

Su suplementación debe ser evaluada mediante un análisis de laboratorio que deberá ser indicado por un médico. Se recomienda no automedicarse ya que un exceso de esta vitamina puede provocar hipercalcemia. Se aconseja siempre ante cualquier inquietud consultar con un médico o un Licenciado en Nutrición.

Fuente: TN

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