La alimentación con tiempo restringido —o ayuno intermitente— es una estrategia alimentaria que promueve el reposo digestivo como herramienta para mejorar la sensibilidad a la insulina, y promover la autofagia y regeneración celular, lo cual previene el envejecimiento prematuro.
Sin embargo, muchas personas recurren a mantenerse sin ingerir alimentos durante varias horas al día con el objetivo de perder peso.
En ese sentido, investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago, Estados Unidos, pusieron bajo la lupa al popular método de ayuno intermitente, y lo compararon con la restricción calórica para saber cuál era la mejor estrategia para controlar el peso y hallaron que ambos son iguales en términos de pérdida de peso, según publicaron en la revista Annals of Internal Medicine.
Ahora, otra reciente investigación de la misma universidad fue más allá y estudió los efectos de esta estrategia en las personas con diabetes tipo 2.
Según publicaron en JAMA Network Open, “el ayuno intermitente puede ayudar a las personas con diabetes tipo 2 a perder peso y controlar sus niveles de azúcar en sangre”.
“En un ensayo clínico aleatorizado de seis meses de duración en el que participaron 75 adultos con diabetes tipo 2, la alimentación con restricción de tiempo fue más eficaz para perder peso que la restricción calórica diaria en comparación con los controles —precisaron los investigadores en la publicación de sus conclusiones—. Sin embargo, los cambios en los niveles de hemoglobina A no difirieron entre los grupos en comparación con los controles”.
Para los expertos, “estos hallazgos sugieren que comer con restricción de tiempo puede ser una estrategia alternativa eficaz a la restricción calórica para reducir el peso corporal y los niveles de hemoglobina A en la diabetes tipo 2″.
En el estudio, los participantes que comieron sólo durante un período de ocho horas entre el mediodía y las 20 horas cada día perdieron más peso durante seis meses que los participantes a los que se les indicó que redujeran su ingesta de calorías en un 25%.
Krista Varady es la autora principal del trabajo, y explicó que a los participantes en el grupo de alimentación con tiempo restringido les resultó más fácil seguir el régimen que a los del grupo de reducción de calorías.
En su opinión, esto se debe en parte a que los médicos generalmente les dicen a los pacientes con diabetes que reduzcan sus calorías como primera línea de defensa, por lo que muchos de estos participantes probablemente ya habían probado esa forma de dieta. Y aunque a los participantes del grupo de alimentación con restricción de tiempo no se les indicó que redujeran su ingesta de calorías, terminaron haciéndolo mientras comían dentro de un período fijo.
Consultado por Infobae, el médico especialista en Medicina Interna y presidente de la Sociedad Paraguaya de Diabetología, Atilio Castillo Ruiz, destacó que “se sabe que el ayuno intermitente o la dieta intermitente tiene muchos beneficios, no solamente en el paciente con diabetes, sino también en pacientes con obesidad, así como en aquellos que padecen lo que se conoce comúnmente como hígado graso”.
Y tras señalar que “entre el 80 y el 90% de los pacientes con diabetes tipo 2 tienen un problema de peso, ya sea sobrepeso u obesidad, y entre un 50 y un 60% de los pacientes con diabetes también tiene hígado graso”, el experto sostuvo que “este es el grupo que mayor beneficio obtiene en la práctica con el ayuno intermitente”.
Por su parte, la médica especialista en Medicina Interna y Nutrición y coordinadora del Grupo de Obesidad de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), Marianela Aguirre Ackermann (MN 151.867) evaluó que el trabajo es “un estudio a corto plazo, y si bien se vio que el grupo que hizo ayuno intermitente de 16 horas bajó un 3,5% del peso corporal versus el grupo que hizo restricción calórica, que bajó 1,8% lo que muestran otros estudios sostenidos en el tiempo es que esas diferencias a favor de un plan más extremo desaparecen”.
Según la especialista, “lo importante es tener en cuenta que a corto plazo, todo lo que es más extremo, es decir, mayor reducción de calorías, ayuno intermitente, eliminar un grupo de alimentos, siempre tiene comparativamente con un plan hipocalórico balanceado mejor resultado”. Sin embargo, y tras destacar que “en general los pacientes con diabetes 2 suelen bajar menos de peso comparativamente con los pacientes que no tienen diabetes 2″, Aguirre Ackermann analizó que “desde el punto de vista de el control glucémico, la reducción de la hemoglobina glicosilada fue similar en los dos grupos (bajó casi un 1% tanto en el grupo de ayuno intermitente como en el grupo de reducción calórica) con lo cual puede decirse que los dos grupos tuvieron beneficios, si bien fue un poco mayor un poco mayor el descenso de peso en el grupo de ayuno intermitente versus el de grupo de reducción calórica”.
En su opinión, “lo que parece interesante como evidencia es que el ayuno es una alternativa más. Seguramente habrá pacientes con obesidad o diabetes 2, que por sus características desde el punto de vista de su estilo de vida, sus horarios, sus actividades, etc les puede llegar a ser útil realizar ayuno intermitente”.
En la misma línea, Castillo Ruiz coincidió: “Siempre es recomendable que, al igual que todo plan de descenso de peso, sea adaptado al paciente porque no todos los pacientes van a poder llevar el ayuno intermitente. Los períodos de alimentación y ayuno deben adaptarse de acuerdo a la actividad laboral de cada paciente”.
Y si bien reconoció que la estrategia (del ayuno) “es una buena opción para un mejor control metabólico” en quienes padecen esta enfermedad, Castillo Ruiz dio una serie de recomendaciones que especialmente en este tipo de pacientes se deben tener en cuenta al momento de indicar el ayuno intermitente: “Hay que tener cuidado que quienes están utilizando medicamentos de acción corta, como son algunas insulinas, no realicen hipoglucemias, al igual que aquellos que usan insulina basal. Son los mayores cuidados que debemos tener este grupo de pacientes”.
Respecto a esta salvedad hecha por el especialista consultado, los investigadores remarcaron que “no se informaron eventos adversos graves durante el estudio de seis meses”. “La aparición de hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en sangre) e hiperglucemia (nivel alto de azúcar en sangre) no difirió entre los grupos de dieta y los grupos de control”, remarcaron.
En este punto, Aguirre Ackermann remarcó que “en realidad el ayuno intermitente funciona porque en esa ventana de ocho horas que la persona come, come menos calorías de lo que comería si no hiciera ayuno”. Y consideró que “a la hora de pensar en un plan de reducción de peso, no hay un traje que les quede bien a todos; es decir habrá pacientes en quienes este tipo de intervenciones puede llegar a ser de utilidad como en otros pacientes que quizás se siente mejor distribuyendo las cuatro comidas durante el día”.
“Lo más importante es personalizar, es decir, cuando tenemos enfrente al paciente evaluar en esa persona qué le resultaría mejor, explicar al paciente las alternativas que tenemos de de intervención y adaptar el plan alimentario al paciente, teniendo en cuenta siempre que el objetivo es que los pacientes sostengan los resultados en el tiempo -enfatizó Aguirre Ackermann-. No buscamos sólo resultados a corto plazo, sino que la persona adopte el tipo de intervención como estilo de vida, porque va a tener que sostenerlo en el tiempo para poder sostener los resultados”.
Fuente: Infobae