Cómo adelgazar controlando la glucosa: una bioquímica explica cómo conseguirlo con la alimentación

NUTRICIÓN Camila MARTINEZ
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Tener un peso sano que se mantenga estable año tras año debería ser como ir en bicicleta. Algo fácil e intuitivo que una vez se ha interiorizado, ya no se olvida. Pero esto no suele suceder con las dietas para perder peso más seguidas hoy. 

Sin embargo, Jessie Inchauspé, bioquímica y divulgadora científica, ha ideado un plan fácil de seguir y que no se aleja mucho del modo de comer habitual. Consiste en controlar la glucosa con unos hábitos sencillos de aplicar que ha desarrollado en El método de la revolución de la glucosa (Ed. Diana). Uno de ellos, tomar vinagre antes de las comidas, se hizo viral cuando la científica publicó su anterior libro.

¿QUÉ ES LA GLUCOSA Y CÓMO AFECTA AL PESO?
Inchauspé propone hacer solo cuatro cambios, uno por semana, par transformar nuestra alimentación en un mes. Estos cambios entroncan con la dieta mediterránea propia de nuestro país. La experta afirma que "la ciencia moderna, con su tecnología, ayuda a entender por qué estos hábitos tradicionales, basados en el sentido común, funcionaban".

El modo de comer tradicional de los países mediterráneos promovía el control de la glucosa al empezar las comidas con una ensalada aliñada con vinagre, por ejemplo. 

Adelgazar es algo complejo, que depende de muchos factores. Inchauspé se fija en la glucosa porque "es un buen punto de partida para cuidarse porque tiene influencia en distintos sistemas del cuerpo", como el nervioso, el cardiovascular o el inmunológico.

La glucosa, que se obtiene de alimentos almidonados (pan, arroz, pasta, papas...) o dulces (fruta, postres...), es la fuente de energía principal de nuestro organismo. Por eso, para mejorar el peso y la salud, la científica se centra en controlar los picos de glucosa y lo explica así: "Una planta necesita agua para vivir, pero si la riegas demasiado, se muere". El exceso de glucosa en el organismo tiene el mismo efecto. 

Cuando la glucosa de los alimentos llega rápidamente a la sangre, se produce lo que se llama un pico. Entonces, el páncreas libera insulina, una hormona que baja el nivel de glucosa para estabilizarla. Pero esta bajada es brusca y genera cansancio. Este cansancio hace que el organismo vuelva a pedir rápidamente energía para reponerse. De ahí que haya antojos y hambre a todas horas. Esto lleva a comer de nuevo dulces o almidones, y se entra en un círculo vicioso de subidas y bajadas de glucosa.

Por lo tanto, además de dificultar la pérdida de peso, también se relaciona con la diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares, intestinales, cutáneos o de fertilidad, episodios depresivos, mayor riesgo de sufrir cáncer, etc.

¿CÓMO PODEMOS CONTROLAR LA GLUCOSA?
La clave del éxito de este método es que ayuda a quemar más grasa. Cuando los niveles de glucosa son estables, es fácil controlar el hambre y los antojos. Además, "los niveles de insulina también bajan y eso promueve la pérdida de grasa, porque si hay insulina no se puede quemar grasa", explica Jessie Inchauspé. Esto es debido a que cuando hay mucha insulina circulando por la sangre, la grasa puede entrar dentro de las células grasas, pero no puede salir. Así que para que esta grasa salga de las células y el cuerpo pueda quemarla para conseguir energía, necesitamos que la insulina esté baja.

CONTAR LAS CALORÍAS NO ES LA SOLUCIÓN
Jessie Inchauspé es muy clara, es más importante lo que comemos, un plato de carne con verdura o una pizza congelada, que las calorías que tenga el plato. Como dice,  "dos personas pueden consumir el mismo número de calorías al día. Pero si una sola come almidones y azúcares va a tener picos de glucosa. Y si la otra persona come fibra, grasa y proteína, va a tener muy bajo el pico de glucosa". ¿Consecuencia? "La primera persona va a estar hinchada, en una situación de prediabetes... porque no tiene bien regulada la glucosa. Mientras que la otra persona, consumiendo las mismas calorías, tendrá mejor salud"

"Por eso necesitamos ir más allá de las calorías", explica la científica, que asegura que "en octubre hice un estudio con 2700 personas que siguieron el método y lo único que tenían que hacer era aplicar los cuatro puntos del mismo. No contar calorías. Y el 40% de estas personas perdieron peso sin que ese fuera el objetivo". Por ello, unir su plan a la dieta mediterránea es un modo fácil y efectivo para adelgazar. 

PLAN PARA CONTROLAR LA GLUCOSA
El método de Jessie Inchauspé propone empezar la primera semana con un desayuno salado. En la segunda, se suma el tomar vinagre antes de las comidas. En la tercera, además, se empieza las comidas con un entrante vegetal. El hábito a incorporar la cuarta semana es moverse después de comer. 

La propuesta es comer comida fresca, de mercado, evitar los ultraprocesados y consumir raciones moderadas. A medida que se implemente el método, se siente menos hambre y antojos. Es fácil dejar pasar 4 horas entre comidas. Además, se tiene más energía, claridad mental, etc.

La científica recomienda hacer una cena temprana, y dejar pasar de 10 a 16 horas entre esta y el desayuno del día siguiente. Este tiempo de ayuno contribuye a que la curva de glucosa se aplane, el nivel de insulina sea bajo y se pueda quemar grasa más tiempo.

COMER LOS ALIMENTOS EN EL ORDEN CORRECTO
Se puede reducir el pico de glucosa un 73% si se comen primero las verduras y hortalizas, después proteína (carne, pescados, huevos, tofu...), seguida de grasa (aceite, frutos secos...) y, para acabar, almidones (pasta, arroz, patata...) y dulces (fruta, helado...).

EL DULCE, SIEMPRE DE POSTRE
Como dulce, la mejor elección siempre es la fruta. Si se toma al final de las comidas, su azúcar no llegará tan rápido a la sangre.

Aunque si se sigue el método cada vez se tienen menos antojos de dulce, Inchauspé recomienda tomarlos al final de las comidas y no entre horas para aplanar la curva de glucosa. 

Fuente: clara.es

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