Por qué las bebidas isotónicas no se recomiendan para la diarrea infantil

SER PADRES Pilar PARDO
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Las bebidas isotónicas son una fuente de carbohidratos con una concentración de agua, sal y carbohidratos similar a la de sangre (6-8%). Un consumo saludable de estas bebidas está asociado al ejercicio físico. Generalmente, se recomiendan para deportistas de competición o personas que realizan entrenamientos deportivos prolongados, de al menos una hora, y de alta intensidad, o en entrenamientos fuertes con climatología desfavorable. 

Son bebidas que se absorben fácilmente para garantizar una eficacia óptima y una digestión cómoda. También facilitan la rehidratación y contribuyen a la correcta asimilación de los nutrientes necesarios para soportar el esfuerzo, como la glucosa o las sales minerales. Pero si no se realiza este tipo de ejercicio, la mayoría de los expertos aboga por utilizar agua para reponer las pérdidas de líquido.

Por otra parte, tomar una de estas bebidas de vez en cuando no debería afectar a nuestra salud, pero no deben convertirse en bebidas habituales o sustitutivas del agua, ya que contienen un porcentaje de ciertas sales minerales que pueden resultar perjudiciales para los riñones, el corazón o la variación de líquidos corporales. Por tanto, no hay que confundirlas con un refresco ni con una bebida infantil.

Una negativa unánime
¿Pero son un buen remedio para la diarrea de los niños? Lo cierto es que no es infrecuente echar mano de estas bebidas, se suele pensar que tienen las mismas cualidades que el suero de rehidratación y los niños prefieren su sabor. Sin embargo, la respuesta unánime de los especialistas consultados por CuídatePlus es que no están indicadas para estas situaciones.

“El tratamiento adecuado para reponer los electrolitos perdidos durante los procesos diarreicos, son las soluciones de rehidratación oral. Estos preparados van a tener las concentraciones adecuadas en electrolitos. Además, algunos pueden contener pre y probióticos, capaces de repoblar la flora intestinal dañada por la diarrea”, señalan desde la Fundación Española de la Nutrición (FEN).

Rosaura Leis, pediatra especializada en nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), ofrece un argumento muy similar: “Estamos tratando de hidratar al niño, que pierde agua y electrolitos. Las bebidas isotónicas no están recomendadas porque tienen una alta cantidad de azúcares que no son convenientes y, sobre todo, no aportan la medida de electrolitos aconsejada por la Organización Mundial de la Salud”.

En este sentido, la FEN advierte de que, al no contener el número adecuado de electrolitos para hacer frente a una diarrea infantil, las bebidas isotónicas pueden incluso agravar los síntomas.

“Las bebidas isotónicas se han puesto de moda para reponer los líquidos que se pierden durante la diarrea”, reconoce Patricia Yárnoz, nutricionista de la Clínica Universidad de Navarra (CUN). Cree que pueden ser beneficiosas en la práctica deportiva, pero como sus colegas, niega que lo sean para la diarrea: “No reponen en la misma medida las pérdidas de sales que se tienen por la vía digestiva mediante la diarrea que por la vía de la piel mediante el sudor. Aportan un buen nivel de hidratación cuando uno está haciendo deporte para hidratarse después del sudor pero no una opción adecuada para la diarrea porque la reposición de sales no es exacta”.

La nutricionista añade que las isotónicas son bebidas que están pensadas con las proporciones para adulto, no para niños. Y a partir de todas estas premisas llega a la misma conclusión: “Lo ideal es comprar en la farmacia suero pediátrico, que ahí sí las proporciones son las ideales para hacer una buena reposición”.

Probióticos
El suero de rehidratación oral es la bebida apropiada para reponer los líquidos y los electrolitos perdidos. Hoy en día, se recomienda además el aporte de probióticos para reponer la flora intestinal, según Leis, concretamente Saccharomyces boulardii y Lactobacillus rhamnosus GG, “uno u otro”. Su consejo es que el niño tome el probiótico una vez al día y prolongarlo unos días una vez finalizado el proceso de diarrea.

La Fundación española de la Nutrición recuerda que hay que enlentecer el tránsito, la frecuencia y el volumen de las deposiciones: “Por lo tanto, se recomienda hacer una progresión dietética adecuada hacia una alimentación normal, incorporando alimentos poco a poco y en función a la tolerancia del niño, evitando productos grasos y con alto contenido en azúcares”.

Leis destaca que en los últimos años se han modificado las indicaciones respecto al tiempo de ayuno: “La realimentación se debe hacer a partir de las 10 o 12 horas, no hay que esperar 24 horas”. Otro cambio tiene que ver con los lácteos: “Antes se retiraban. Ahora, se mantiene la lactancia materna y hay que dar suero tras la deposición. Los niños mayores van a tolerar mejor el yogur o el queso fresco.

Fuente: cuidateplus

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