Qué picar entre horas para mantener la microbiota equilibrada

ALIMENTACIÓN Y SALUD Julia VOSCO
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La fruta es la golosina de la naturaleza
La Dra. Sari Arponen, experta en microbiota y miembro del equipo científico de Nutribiótica, suele decir que «la fruta es la golosina de la naturaleza». Así desde esta empresa de la que la Dra. Arponen forma parte como miembro del equipo científico, animan a optar por frutas propias de la estación estival, evitando los productos ultraprocesados que suelen ser especialmente consumidos durante las vacaciones. Además, la mayoría de las frutas cuentan con un alto contenido de agua, lo que las convierte en una opción imprescindible a la hora de asegurar unos niveles óptimos de hidratación para nuestro organismo.

Determinadas frutas son especialmente recomendables para mantener nuestra microbiota en equilibrio al ser ricas en nutrientes y contener una gran variedad de vitaminas y compuestos con capacidad antioxidante. ¡Estas son algunas!

- Frutos rojos. En verano se encuentran en su punto óptimo de maduración. Presentan un alto contenido en antioxidantes como vitamina C.

- Melón y sandía. Son las frutas del verano por excelencia dado que contienen una porción significativa de agua en su composición, lo que hace de ellas una opción ideal para reducir el riesgo de sufrir un desequilibrio hídrico. También son ricas en antioxidantes y si se ingieren en forma de postre pueden mejorar la digestión.

- Melocotón. A pesar de que hay gente que sufre de alergia a su piel, es uno de las frutas con mejor aceptación. Presentan un carácter marcado antioxidante. Lo ideal es consumir el melocotón entero, y evitar el consumo de su variedad en almíbar dado que añade demasiados azúcares que son perjudiciales para la salud metabólica.

No obstante, si para este momento  no se ha llevado a cabo una pauta alimentaria saludable y se empiezan a sentir molestias o alteraciones tales como estreñimiento, diarrea o inflamación abdominal, «sería aconsejable contactar con un profesional de la salud que pudiese considerar pautar probióticos, ya que una de sus principales funciones es mejorar la salud digestiva y restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal», explican desde Nutribiótica.

Tal como comenta Sari Arponen, debemos tomar decisiones conscientes para comer sano, movernos aunque no nos apetezca, y de vez en cuando, incluso, pasar un poco de incomodidad con una ducha de agua fría o una sauna. Debemos hacer también frente a las tecnoadicciones y pasar más tiempo con nuestros seres queridos en la naturaleza.

Por su parte, María Dolores de la Puerta, médico especialista de la microbiota intestinal, cuenta que la alimentación es el factor que más puede alterar la microbiota, aunque también depende de la práctica de ejercicio, el control de estrés, el sueño...

«Podemos hablar de alimentos buenos y de alimentos malos, y los primeros siempre serán los fermentados: yogur, kefir, tempe… Son primordiales para alimentar la microbiota, aunque también se destacan los polifenoles: cacao, cúrcuma, granada, y el almidón, presente en la patata, batata, yuca... Debemos alejarnos de los que alteran e inflaman la microbiota, que son los ultraprocesados, alimentos con aditivos o colorantes, entre otros», concluye la experta.

Fuente: abc

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