¿Cuándo hay que llevar a un niño al gastroenterólogo?

SALUD Ana COHEN
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Es muy frecuente que los padres consulten al gastroenterólogo infantil por diversos motivos: dolores de panza recurrentes, vómitos (tanto en lactantes como en niños más grandes), episodios de ensuciamiento fecal, eventos de materia fecal con sangre o diarreas reiteradas, entre lo más frecuentes

El diálogo suele darse así: ”Doctor le traigo a mi nieto porque todos los meses lo lleva la madre a la guardia por lo mismo”; “me dicen que lo que tiene es normal para su edad, pero sus hermanitos no fueron así”; “estuve hablando con mis amigas y creo que mi hijo puede tener parásitos”; “me dijo la pediatra que usted me dirá por qué a mi hijo le pasa lo que lo pasa...” y así la lista puede ser muy extensa.

Creo particularmente que, si un médico no entiende lo que nos dice una madre o un padre con la mirada, tampoco entenderá lo que nos diga hablando después. Es muy importante la empatía y entender la preocupación que a los padres los motivó a hacer la consulta médica.

Después empezará una conversación (en los libros se le llama interrogatorio médico), donde hablaremos de antecedentes familiares, antecedentes del paciente como crecimiento, comportamiento, hábitos alimentarios o higiénicos, cuándo empezaron los síntomas, tratamientos previos, estudios realizados , etcétera. Y, luego de un examen físico exhaustivo, podemos arribar a un diagnóstico preciso o a los diagnósticos presuntivos, es decir, a cuáles son nuestras sospechas diagnósticas.

Las sospechas diagnósticas
Cuando el motivo de consulta son vómitos en lactantes (sobre todo menores de 9 meses), que presentan una adecuada progresión de peso y talla y que, por lo demás, son bebés sanos, nos hará pensar en un reflujo fisiológico, conocidos también como “vomitadores felices”. En estos casos el tratamiento incluirá un control periódico, recomendaciones en la técnica alimentaria y acompañamiento en este camino que suele resolverse con la maduración del niño y, raramente, requiere algún estudio complementario. Por el contrario cuando los vómitos interfieren en su crecimiento u ocurren en niños mayores de 1 año o se acompañan de dolor de panza o de cabeza o se asocian con diarrea o vomita con sangre, los diagnósticos posibles ya son otros, y también la forma de su estudio y tratamiento.

Por otro lado, un cuadro de constipación se puede presentar como episodios de deposiciones duras e infrecuentes, asociados o no con ensuciamientos. Sin embargo, otras veces, aparece de forma más encubierta donde el motivo de consulta es por dolor abdominal o falsas diarreas (que, en realidad, son escurrimientos por rebosamiento de materia fecal de un niño constipado). En todos estos casos, el pilar del tratamiento incluirá una alimentación rica en fibras (el 80 - 90 % de los niños constipados tienen un consumo muy bajo de fibras para su edad) y, en muchos casos, deberán asociarse ablandadores de materia fecal como el barex.

En cuanto a las diarreas recurrentes, donde el niño puede alternar en el mes algunas deposiciones duras con otras muy blandas o desligadas, hay casos donde la madre nos suele decir “siempre hace blando como pastoso…hace meses que está así”. En estos casos, primero debemos descartar parasitosis como la giardiasis muy frecuente en nuestro medio, medicarla y, si este cuadro persiste o recurre, podemos pensar en realizar estudios para celiaquía que afecta a una de cada 100 personas, es decir no es tan rara como se puede pensar.

Qué ocurre cuando hay deposiciones con sangre
Si un bebé por lo demás sano presenta deposiciones con estrías de sangre, lo primero a considerar será una alergia a la proteína de la leche de vaca donde el tratamiento consistirá en eliminar el alérgeno de su alimentación, ya sea, indicándole una dieta a la madre si el niño toma pecho o cambiando por fórmulas especiales si se alimenta de esa manera.

En cambio, cuando las deposiciones con sangre ocurren en niños mayores, sin dolor, donde el sangrado se presenta de forma continua o intermitente, podemos pensar que se trata de un pólipo rectal. Si, en cambio, el sangrado ocurre con dolor y deposiciones muy duras, habrá que descartar primero una fisura anal.

En otras palabras, podemos consultar al gastroenterólogo infantil, entre otras causas, cuando nuestros hijos estén constipados o con diarreas recurrentes, dolores abdominales o vómitos.

Fuente: TN

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