Aporta potasio y vitaminas A, E y C: mango, la fruta tropical con múltiples beneficios para la salud

ALIMENTACIÓN Y SALUD Carola LEVI
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El mango es una fruta tropical con un alto contenido en agua y un aporte calórico moderado. Es originario de la India (según la leyenda, Buda solía meditar bajo la fresca sombra del árbol del que procede) y es actualmente uno de las más populares en todo el mundo debido, principalmente, a su peculiar sabor. Sin embargo, hay otras razones para incluirlo en la dieta habitual.

“Se trata de una fruta tropical rica en hidratos de carbono y que se destaca por su contenido en potasio, vitaminas A, E y C. Además, proporciona un gran efecto saciante, debido a su aporte en fibra, favoreciendo por ello la prevención y la mejora del estreñimiento y también la regulación de los niveles de colesterol en sangre”, comentó la nutricionista Adriana Oroz.

Entre los nutrientes que aporta el mango, se destacan especialmente los antioxidantes naturales como la vitamina C, los carotenos, los antocianos y los polifenoles. Respecto a estos últimos, Oroz, que es directora de un Centro de Nutrición de Pamplona, dijo que se trata de compuestos que no tienen función nutritiva y no aportan calorías “pero que constituyen sustancias bioactivas que pueden impactar de forma beneficiosa en el organismo”.

La mangiferina, la sustancia que le aporta más propiedades al mango
Sin embargo, la sustancia más característica y con propiedades más notables del mango es la mangiferina. María Alonso, miembro del equipo de Proyectos del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad Valenciana expresó: “Está presente en su piel, en sus hojas y en el fruto. Se trata de un compuesto fitoquímico que, junto con otros componentes, como la fibra, ácidos fenólicos, flavonoides y carotenoides, ayuda a la salud cardiovascular. Su peculiaridad y sus efectos beneficiosos residen principalmente en las propiedades antioxidantes, ayudando a reducir el estrés oxidativo y el daño celular, que son los principales desencadenantes de la mayoría de las enfermedades crónicas y las afecciones cardíacas”.

“De este modo” —continúa la experta— “contribuye también a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, previniendo la incidencia de accidentes cardiovasculares, e incluso siendo un buen aliado para el correcto funcionamiento del flujo sanguíneo, relajando los vasos sanguíneos y regulando la presión arterial”.

A este efecto cardioprotector se unen sus reconocidas propiedades digestivas derivadas fundamentalmente de la riqueza del mango en determinadas enzimas, entre las cuales se encuentran las amilasas. “Estas enzimas participan en el proceso de digestión y contribuyen a absorber correctamente los nutrientes esenciales. Concretamente, se encargan de la digestión de los carbohidratos, descomponiéndolos en azúcares más simples. De este modo, la ingesta de mango puede ayudar a mejorar los procesos de digestión e incluso proteger de algunas dolencias de índole digestivo”, señaló Alonso.

  “El mango, como la mayoría de las frutas, es muy rico en fibra soluble. Estas fibras pueden servir de alimento para la microbiota, aumentando las bacterias beneficiosas que combaten agentes patógenos y, de este modo, desempeñando un papel protector ante patologías intestinales. Por otro lado, también regula la absorción de agua intestinal, ayudando a la función y motilidad intestinal y, por consiguiente, aliviando el estreñimiento. Además, entre sus propiedades, también destaca la antiinflamatoria, lo que resulta muy útil en el tratamiento de patologías que cursan con inflamación intestinal como pueden ser la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa”, indicó Alonso.

Precaución por los azúcares
Según señaló Alonso, el mango es una fruta que se puede consumir de forma segura, aunque hizo una aclaración: “Si tuviéramos que destacar alguna situación fisiológica especial en la que quizás se tendría que controlar su consumo, es en aquellos pacientes diabéticos en tratamiento debido a los azúcares que contiene de forma natural que, además, aumentan con la maduración de la fruta”.

“Por eso, en estos casos, debería moderarse su consumo para evitar posibles picos de glucemia que pueden complicar su cuadro clínico, pero no habría necesidad de eliminar su ingesta en el contexto de una alimentación correcta y equilibrada. Otra situación especial en la que quizás se debería moderar su consumo sería en aquellas personas que padezcan úlceras gastroduodenales, debido a su acidez”, manifestó.

Cómo es mejor comer el mango
La nutricionista Oroz dijo que, a la hora de consumir el mango “es importante que esté ligeramente blando y que desprenda un buen aroma (un olor afrutado), ya que alcanza su mejor sabor cuando madura” y explicó: “Si al apretarlo se percibe que está blando significa que está maduro, por lo que resulta perfecto para consumirlo en el mismo día. En cambio, si se tiene previsto comerlo más adelante, es mejor escoger una pieza más dura, que madurará en casa según vayan pasando los días”.

Además, destacó que, en el caso del mango, el color de la piel no es un indicador de la madurez: “La coloración indica únicamente cuál es la variedad de la fruta. El color de cada pieza, aun siendo de la misma variedad, puede cambiar en función de la posición que haya tenido en el árbol respecto al sol. El tono de la pulpa, en cambio, sí que permite saber el grado de madurez: una pulpa de color naranja indica un mango maduro perfecto para su consumo. La firmeza de la pulpa disminuye conforme va madurando la fruta”.

En cuanto a la mejor forma de conservar el mango en casa una vez comprado, Oroz dijo: “Aconsejo evitar guardarlo en la heladera, siempre que sea posible. En el caso de tener que hacerlo, lo más recomendable es cortarlo e introducirlo en recipientes impermeables; de esta forma, su duración será mayor”.

“El mango se puede congelar y para someterlo a este proceso en casa, lo mejor es pelarlo y cortarlo en dados e introducirlos después en una bolsa especial para freezer. Es una buena opción que permite utilizarlo más adelante para la elaboración de ensaladas o postres, por ejemplo”, añadió.

Ingrediente para salsas y ensaladas
Otra de las razones de la popularidad del mango es la versatilidad que ofrece a la hora de incorporarlo como ingrediente en las preparaciones culinarias. La pulpa, por ejemplo, se puede emplear para elaborar mermeladas, confituras, gelatinas, batidos y jugos.

“También se puede utilizar en recetas saladas: en ensaladas, acompañando a platos como el ceviche, con salmón o atún o gambas, como endulzante en recetas de postres, en galletitas e incluso en salsas. Hay una salsa de mango que resulta muy sabrosa como acompañamiento de ensaladas, tortitas rellenas, rollitos de primavera o verduras al horno”, afirmó Oroz.

En la misma línea, Alonso aconseja incluir el mango como integrante de platos principales completos: “Un ejemplo sería incorporarlo en preparaciones que incluyen fuentes vegetales, hidratos de carbono complejos preferiblemente (arroz integral) y una buena fuente proteica (animal o vegetal). También se puede utilizar en ensaladas, enriqueciéndolas tanto por sus propiedades nutricionales como por sus características propias. Otro uso muy recomendable es en aderezos, ya que que aportan a las recetas un toque diferente de sabor”.

Fuente: TN

   

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