Adelgazar sin dieta: nueve cosas que ayudan más de lo que crees

ALIMENTACIÓN Y SALUD Carola LEVI
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Es escuchar la palabra dieta y creo que a la mayoría se nos viene a la cabeza la típica dieta de cajón, restrictiva y que durante un tiempo determinado nos obliga a prescindir de una gran variedad de alimentos. Esta restricción nos hace estar más irritados, nerviosos y en la mayoría de las ocasiones se acaba abandonando por frustración.

Por eso, hoy te quiero dar unos consejos para ir perdiendo peso poco a poco sin que apenas te des cuenta, solo cambiando o incorporando algunos hábitos en tu día a día y verás cómo cuando te des cuenta el pantalón vaquero, que es el mejor de los indicativos, te viene más suelto de lo habitual.

1. El primer consejo es que no te peses continuamente.

 Nuestro peso varía mucho a lo largo del día. Esto es debido a que los niveles de agua cambian, así que pesarse continuamente puede hacer que te desesperes y que acabes por abandonar ese objeto que te habías planteado. A partir de ahora, tu báscula debe estar en el sitio más recóndito de la casa o, mejor aún, no estar.

2. Controla las cantidades, no se trata de pasar hambre, ni de restringir alimentos. Quizás el problema estaba en la cantidad, por lo que a partir de ahora procura consumir raciones más pequeñas, especialmente de cereales y alimentos con más grasas. Ah, y tampoco te fíes de los alimentos light. No significa que estos no engorden, sino que tienen menos calorías (30%) que el original, no vale lo de 'barra libre'.

No es necesario que andes pensando todo, solo consume un poco menos de cantidad de la que comían habitualmente y añade más verduras.

3. Toma dos platos: un primero, un segundo y un postre. A partir de ahora, come en casa como en los restaurantes. Tu primero siempre debe ser una ración de verduras como las prefieras cada día: en ensalada, asadas, en sopas o cremas. De esta manera estamos consumiendo de entrada muchísima fibra, que retienen mucha agua a su alrededor y genera una sensación de saciedad y plenitud que te hará consumir el segundo plato, que a su vez es el más calórico con más moderación.

Y si encima te planteas que tienes que tomar un postre… ya sea una pieza de fruta o un yogur (ya sabes, sin azúcar), este segundo plato se va a ver más acorralado todavía y de esta manera, acabarás tus comidas y cenas más saciada o saciado y habrás provisto a tu organismos de multitud de vitaminas y minerales. Así que graba este consejo a fuego.

4. Menos comida en más veces. Controlar las cantidades no significa controlar también las veces que comemos. Hay personas a las que les va estupendamente hacer un ayuno intermitente, pero como siempre te cuento, no todo vale para todos. Mantener los niveles de azúcar estables a lo largo del día favorece un estado de saciedad, así que no dudes en hacer snacks saludables a lo largo del día e incluso dividir esos snacks para tomar en dos ocasiones. Consume una pieza de fruta, un puñado de frutos secos, un poco de queso fresco, un yogur, unos crudités con hummus, un huevo duro.... Las posibilidades son infinitas y si encima te gusta la cocina puedes preparar snacks estupendos y super saludables.

5. No subestimes el poder del agua. Cuán importante es el agua para nuestro organismo. Somos un 60 - 70% agua y todas las reacciones que se producen en nuestro cuerpo son en medio acuoso, por lo que la base de nuestra alimentación se debe centrar en una buena hidratación, a partir de ahí ya va el resto.

Además, el agua nos va a ayudar a sentirnos más llenos y va a ayudar a forzar la diuresis, especialmente a aquellas personas que sufren retención de líquidos. Bebiendo agua estamos evitando beber otras bebidas como refrescos carbonatados y bebidas alcohólicas que nada nos ayudan durante un proceso de pérdida de peso, ni tampoco favorecen a nuestra salud.

Sí que se podría recomendar el consumo de infusiones, procurando moderar el consumo de aquellas que contengan cafeína, como el café o el té. El agua es vida, así que ponte un reto diario al día y cumplelo, ya veras en 15 días como mejora hasta el aspecto de tu piel.

6. Planifica la semana. Al estar haciendo un cambio de hábitos, es recomendable que no dejes las cosas al azar o con el piloto automático. Es posible que se te vaya de las manos y acabes cayendo en los antiguos hábitos que son justo los que quieres cambiar.

Hazte una planificación semanal sencilla, que sepas que puedes cumplir y no te alejes de tu objetivo. Con tu planificación ya puedes hacer una lista de la compra y, por supuesto, cíñete a lo que pongas en ella… Ahorrarás un dinerito al evitar comprar caprichos.

7. Dedica un tiempo a tus comidas. Procura tomarte tu tiempo para comer. No necesitas una hora pero al menos unos 20 minutos sí. Permítete disfrutar de este momento y no estar frente a una pantalla. Lo que llamamos hacer una comida consciente. Verás que al comer con atención plena, la comida te sienta mejor, te sientes más saciado o saciada y mejora tu ansiedad con la comida (si es que la tienes).

8. Muévete un poco más. No te voy a decir que te apuntes al gimnasio, eso ya lo sabes. Lo que sí que puedo aconsejar que aumentes tu NEAT (siglas correspondientes a la expresión 'Non exercise activity thermogenesis' que se corresponde con el gasto calórico que hace nuestro cuerpo al hacer actividades del día a día como puede ser caminar, subir escaleras, ir a comprar, limpiar, etc) pues de esta manera lograrás aumentar el gasto calórico sin darte cuenta. Puedes ponerte el reto de ir a caminar al trabajo, subir las escaleras andando o aumentar las tareas domésticas que realizas en casa.

9. Reduce el azúcar. Ya sé que lo sabes, pero merece la pena repetirlo una vez más. La bollería, aunque sea casera, sigue teniendo grandes cantidades de azúcar. Deja su consumo para celebraciones realmente importantes y veras como encima lo disfrutas y saboreas más.

Fuente: abc.es

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