Punto A, punto K, punto U: el mapa del placer de la mujer

SEXUALIDAD Cristina MERCADO
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Cuando hablamos de la búsqueda del placer en las mujeres, generalmente se nos viene a la mente el famoso punto G, y si ponemos esas dos palabras en un buscador obtendremos más de 900 millones de resultados y mucha información acerca del mismo, pero por suerte, el cuerpo femenino guarda unas cuantas sorpresas más vinculadas a sus zonas erógenas.

Es posible que nunca hayamos escuchado hablar del punto A, el K o el U, ubicados en partes muy específicas de la zona genital de las mujeres y que pueden llevarlas a nuevos lugares de placer sexual. Según la sexóloga Megwyn White, hay que tener en cuenta algo importante: la localización y estimulación de estas zonas erógenas no hay que verlas como una especie de fórmula mágica para alcanzar el máximo placer en la pareja.

La especialista, que es coach sexual en Nueva York, dijo que “el sexo no deja de ser una forma de comunicación entre dos personas y eso es lo más importante: que antes, durante y después del sexo los miembros de la pareja se comuniquen entre ellos, hablen sobre lo que les gusta, lo que no les gusta y lo que alguna vez les gustaría hacer”.

   “Explorar las vías de placer requiere tiempo y paciencia porque pueden llegar a cambiar a diario”, añadió White. Y agregó: “Cuanto más se practica el sexo, más conexiones se pueden hacer y los orgasmos pueden ser más intensos. Por eso, es una buena idea conocer las distintas zonas erógenas y el tipo de estimulación que requiere cada una de ellas”.

El punto A del placer sexual
White señaló: “El punto A se trata de un área vaginal profunda que se encuentra en la parte superior del canal vaginal, en la hendidura donde el cuello uterino desciende y forma un espacio abovedado entre éste y la vejiga. Esta zona también forma parte de lo que llamamos el ‘complejo del clítoris’, ya que está conectada al clítoris indirectamente a través de las conexiones de la esponja uretral”.

La experta indicó que es una zona de placer muy potente, ya que conecta con muchos nervios sensuales diferentes, “lo que la convierte en un punto increíble para ampliar la capacidad de placer”. “Para muchas mujeres, puede ser increíblemente sensible y conducir a un orgasmo cervical, que es increíblemente profundo y visceral”, agregó.

Otro aspecto importante que hay que mencionar sobre este punto es que puede llevar tiempo acceder a él y requiere una buena cantidad de preparación para hacerlo. “Puede ser difícil llegar al orgasmo en el punto A, pero no imposible. Para encontrarlo se necesitas encontrar la punta del cuello uterino, ya sea con la mano o con un juguete. Llegando al final de la vagina se sentirá la punta del cérvix, que será suave y bulbosa, como la punta de una nariz. El punto es esa pequeña hendidura donde el cuello del útero se une a la parte superior del canal vaginal en dirección al ombligo”, explicó.

El punto G de la excitación
Es el más conocido de todos, se llama punto G o punto Gräfenberg en honor al ginecólogo alemán que lo descubrió y es una zona de excitación muy sensible. “Se encuentra a unos 1 o 2 centímetros en el interior de la pared superior de la vagina. Esta área también se corresponde con la zona donde se ramifica el clítoris interno junto con la esponja uretral, muy sensible, que está rodeada de tejido eréctil, así como de glándulas y conductos que se llenan de una sustancia fluida cuando se excita” dijo la sexóloga.

“Estimular el punto G con una presión directa y constante puede provocar una intensa sensación cuando la mujer está excitada y, en algunos casos, puede incluso provocar una potente liberación de fluido que a veces se denomina squirting o eyaculación femenina”, expresó White.

Una forma de empezar a explorarlo es comenzando con la estimulación directa del clítoris con los dedos o con un juguete sexual. “Se puede hacer ejerciendo una ligera presión hacia el clítoris y también experimentar otros tipos de estimulación, como golpecitos, caricias o succiones en la zona para conseguir que el flujo sanguíneo se mueva hacia el clítoris interno”, indicó.

El punto K de la estimulación de la energía divina
White contó que este punto recibe el nombre de Kundalini. “En el hinduismo, Kundalini es una forma de energía divina que se encuentra en la base de la columna vertebral”, señaló. Fisiológicamente, el punto K es el área situada justo alrededor de la base de la columna vertebral, donde el plexo sacro está dotado de muchas terminaciones nerviosas que también se cruzan con los genitales. “Esto significa que tocar y estimular esta zona puede ayudar a alcanzar muchas otras al mismo tiempo”, dijo.

“Para localizarlo, lo recomendable es utilizar una herramienta más sutil que ayude a activar las terminaciones nerviosas de esta zona, como un cepillo seco o una piedra caliente o simplemente meditar y respirar en este punto”, indicó, mientras que para explorarlo en pareja recomendó: “Puede ser increíble utilizar el aceite de masaje caliente o el lubricante combinado con un masaje firme: deslizar la cabeza del pene lentamente hacia abajo al llegar a este punto y luego moverlo entre las nalgas puede ser un increíble paso previo para la penetración, a la vez que se activa el Kundalini”.

El punto U para despertar el cuerpo durante el sexo
El punto U recibe su nombre de la uretra y corresponde a la zona que rodea el orificio uretral entre el clítoris y el orificio vaginal. La sexóloga indicó que puede ser una zona muy sensible para la mujer, ya que se corresponde indirectamente con los sensibles nervios uretrales, así como con los bulbos del clítoris y el punto G a través de la esponja uretral.

“Aunque es un punto sensible y placentero, puede que no sea tan intensamente placentero como el punto G o el punto A. Sin embargo, es una zona maravillosa para estimular durante los juegos preliminares para que los fluidos fluyan”, explicó. La mejor manera de estimular este punto directamente es con una vibración focalizada con un juguete, un dedo o una lengua.

“En general, pezones, pechos, cuello, interior de los muslos y nalgas son zonas erógenas. Todas ellas pueden ayudar a aumentar la conexión con los músculos del suelo pélvico y, en última instancia, a desencadenar indirectamente contracciones orgásmicas. Toda una ruta para despertar nuestro cuerpo”, culminó White.

Fuente: TN

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