Qué es la anemia y cómo prevenirla

ALIMENTACIÓN Y SALUD Ana COHEN
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Vamos a hablar un poquito de la anemia que es la deficiencia de glóbulos rojos. No es una enfermedad en sí misma, sino que es un conjunto de signos y síntomas que se ven expresados, justamente, por esta condición.

La anemia es una afección en la que el número de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina dentro de estos es menor de lo normal. La hemoglobina es necesaria para transportar oxígeno y si una persona tiene muy pocos glóbulos rojos, si estos son anómalos o no hay suficiente hemoglobina, ello disminuirá la capacidad de la sangre para transportar oxígeno a los tejidos del organismo.

 
Algunas de estas señales pueden ser palidez, cansancio, fatiga muscular, falta de aire, entre muchísimos otros más. Lo más importante que tenés que saber de esto, es que afecta, sobre todo, a las mujeres en edad fértil.

En Argentina, el 20 por ciento de las mujeres padecemos anemia por deficiencia de hierro y el 15 por ciento de los niños menores de cinco años.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que “la concentración óptima de hemoglobina necesaria para satisfacer las necesidades fisiológicas varía según la edad, el sexo, la elevación sobre el nivel del mar, el tabaquismo y el embarazo. Las causas más comunes de anemia son las carencias nutricionales, particularmente de hierro, aunque las carencias de folato, vitaminas B12 y A también son importantes”.

Según estimaciones de la agencia sanitaria internacional, en el mundo la anemia afecta al 42% de los niños menores de 5 años, al 33% de las mujeres no embarazadas y al 40% de las embarazadas.

¿Qué tenés que hacer si tenés diagnóstico de anemia? Va a ser justamente el médico el encargado de decirte cuál va a ser el tratamiento a seguir. Mientras que la anemia por carencia de hierro (ferropénica) es la forma más común y relativamente fácil de tratar mediante cambios en la dieta, otras formas de anemia requieren un tratamiento específico que el profesional de la salud va a indicar al paciente.

Ahora bien, para prevenir la anemia es muy pero muy importante que tu alimentación cotidiana sea lo más variada y balanceada posible. Las carnes son algunos de los alimentos que contienen hierro, son fuente de hierro hemínico, que es un hierro que absorbemos de una forma más fácil.

También tenemos el hierro no hemínico, que se encuentra en los vegetales, sobre todo hortalizas de hoja verde: espinaca, lechuga, rúcula, acelga, brócoli. Este componente también está presenten en las lentejas, en los garbanzos y otras legumbres que son fáciles de preparar y éconómicas. Además, vas a encontrar hierro en algunos frutos secos. Y lo más importante, para poder absorber mejor este tipo de hierro no hemínico, lo ideal es que lo mezcles con alguna fuente de vitamina C.

Por ejemplo, una ensalada de lentejas con un poquito de tomate y le agregas unas gotitas de limón. Esto va a hacer que puedas aprovechar de mejor manera este tipo de hierro que a tu cuerpo le cuesta un poquito más absorber. Ambos son fuente de hierro que tenemos que incorporar todos los días en nuestra dieta habitual.

Y lo más importante, ante la presencia de decaimiento recurrente, cansancio o fatiga, consultá a tu médico para descartar si se trata o no de un cuadro de anemia.

Fuente: Infobae 

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