Ocho errores que cometes al hacer ejercicios de Kegel

SALUD Sandra PALACIOS
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El suelo pélvico es una zona esencial de nuestro cuerpo. Aunque no se vea, es muy importante 'mantenerlo a punto', pues de él dependen algunas de nuestras funciones básicas. Tanto mujeres como hombres deben fortalecerlo, porque este conjunto de músculos y tejidos funcionan como sostén y cierre de los huesos de la pelvis.

Alex García, director del gimnasio boutique FitClub Madrid, enumera los beneficios de contar con un suelo pélvico fuerte. Entre estos está evitar pérdidas de orina, mejorar la vida sexual y el funcionamiento de los órganos (tanto de los hombres como de las mujeres) e incluso prevenir infecciones genito-urinarias.

Los ejercicios de Kegel son muy importantes para la salud íntima de cualquier mujer, porque tonifican y fortalecen los músculos del suelo pélvico.

 Sin embargo, la mayoría no sabe realizarlos de forma correcta.

Errores al realizar ejercicios de Kegel
Desde INTIMINA comparten los ocho errores más comunes que se cometen a la hora de realizar ejercicios de Kegel:

1. Ejercitar los músculos equivocados. Es fundamental no tensar el abdomen, glúteos o muslos. Debes encontrar una postura cómoda que te permita elevar y contraer el suelo pélvico y que el resto del cuerpo permanezca relajado.

2. Adoptar una postura incorrecta. Presionar hacia abajo o tensar el suelo pélvico es otro de los errores que más se repiten. Tienes que asegurarte de que realizas las contracciones hacia arriba y hacia dentro, o de lo contrario, puedes perjudicar los músculos de tu suelo pélvico.

3. No alternar los ejercicios. Los músculos del suelo pélvico están compuestos por dos tipos de fibras musculares diferentes, las fibras rápidas y las fibras lentas. Cada una de estas fibras necesita ejercitarse de una manera distinta, por lo tanto, para sacar más provecho, tu rutina debe incluir la realización de ejercicios con pequeñas contracciones y, por otro lado, con contracciones más fuertes.

4. Seguir una rutina equivocada. Es importante tener una rutina con un número adecuado de contracciones según tu fuerza en cada ejercicio. Realizar pocas contracciones no es eficaz y hacer demasiadas no es aconsejable, porque puede dar pie a fatiga o dolores. Por tanto, lo ideal es ir aumentando la dificultad a medida que mejores.

5. No medir el progreso. Ver resultados positivos en tu cuerpo por la realización de los ejercicios, ya sea de talla, peso o aumento de la musculatura, siempre te motiva a seguir con la rutina de ejercicios de Kegel.

6. No relajarse. A la hora de realizar las contracciones, no soltarlas del todo puede sobrecargar o tensar excesivamente los músculos, lo que podría causar molestias y dolor pélvico. El poder relajar del todo los músculos es muy beneficioso, sobre todo a la hora del parto, porque facilita la salida del bebé.

7. No tener constancia. Para obtener buenos resultados y progresar, se requiere constancia en la realización de los ejercicios. Marcar un horario todos los días te ayudará a no saltarte ningún entrenamiento.

8. Rendirse antes de obtener resultados. Los resultados de los ejercicios de Kegel no se notan de forma inmediata, empiezan a partir de las 12 semanas aproximadamente. Muchas mujeres quieren y esperan tener ese cambio rápido y se cansan. Tienes que tomarte tu tiempo y no tirar la toalla para conseguir los progresos y resultados que quieres.

Buenas y malas prácticas
Laura Rojas, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y cofundadora de la app 'En Suelo Firme', comparte qué hábitos del día a día son los que afectan de manera negativa a la salud de nuestro suelo pélvico. «En cuestiones de micción y defecación nos encontramos un hábito muy extendido: empujar. La orina debe salir relajando la musculatura y lo mismo con la defecación, debe ser un acto que no implique esfuerzos».

Por otro lado, es perjudicial cargar peso y hacerlo de manera incorrecta. Se debe hacer con una buena activación del 'core' y del suelo pélvico. Otra práctica perjudicial que comenta la fisioterapeuta es aguantar la orina mucho tiempo: «Hay muchas mujeres que piensan que es bueno para el suelo pélvico, pero si el cuerpo nos pide ir al baño debemos hacerlo».

También pueden afectarnos los deportes de impacto. «Está muy bien ser activo y no hay duda de los beneficios del ejercicio físico. Pero si tienes tendencia a problemas de este tipo, deportes como 'running', atletismo, pádel, incluso el zumba, suponen un impacto repetitivo en el suelo pélvico que puede terminar por debilitar las estructuras», expone Rojas.

También los deportes hiperpresivos son prácticas de riesgo que tenemos que compensar o eliminar durante algún tiempo si tenemos problemas. Y en el día a día hay otro factor que pasa muy desapercibido: el estrés. Cuando estamos estresados o cuando hablamos muy rápido se nos olvida respirar, y esto es un ejercicio muy potente para el suelo pélvico.

Fuente: abc

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