Los fenoles ambientales son sustancias químicas que se encuentran en muchos productos que usamos a diario. Por ejemplo, se utilizan como conservantes en alimentos envasados, en los champús (parabenos) y en los plásticos (bisfenol A o BPA). Debido a esto, las personas están expuestas a estos químicos casi todo el tiempo.
Recientemente, un grupo de investigadores de la Universidad de Cincinnati, dirigido por el doctor Hong-Sheng Wang, descubrió que algunos de estos fenoles pueden afectar el corazón. Los hallazgos fueron publicados recientemente en la revista Environmental Health. Allí analizaron cómo estos químicos pueden alterar la actividad eléctrica del corazón, lo que podría llevar a problemas como arritmias o latidos irregulares.
Qué descubrieron los investigadores sobre los fenoles y el ritmo cardíaco
Los científicos usaron datos de personas que vivían en Fernald, Ohio, y recolectaron muestras de orina y registros del corazón (electrocardiogramas o ECG) de casi 10,000 participantes. El ECG es una prueba que mide la actividad eléctrica del corazón, mostrando cómo laten las cámaras superiores (aurículas) y las cámaras inferiores (ventrículos).
El peso también pareció jugar un papel, ya que esta relación “fue particularmente pronunciada en mujeres con índices de masa corporal más altos”, dijo Wang en un comunicado de prensa de la universidad.
Sin embargo, los hombres no se libraron de esta situación. En los varones, una mayor exposición al fenol triclocarbán (TCC) se asoció con otra anomalía, lo que significa que el sistema eléctrico del corazón espera demasiado tiempo para recargarse, un fenómeno que puede provocar una disfunción del ritmo cardíaco.
Qué significan estas alteraciones para la salud del corazón
Aunque los cambios encontrados en el estudio fueron pequeños, podrían empeorar problemas cardíacos ya existentes, como la arritmia, en personas que ya tienen factores de riesgo, como adultos mayores o personas con enfermedades del corazón. También se descubrió que en los hombres, la exposición a otro químico llamado triclocarbán, que solía estar en productos antibacteriales, podría hacer que el corazón tarde más tiempo en recargarse entre latidos. Sin embargo, este químico ya ha sido prohibido en EE.UU.
El doctor Wang destacó que, aunque la exposición diaria a estos químicos no suele causar enfermedades cardíacas graves en personas sanas, es importante seguir investigando cómo afecta a aquellos que ya tienen problemas cardíacos.
Fuente: TN