Cuáles son los riesgos ocultos de usar productos cotidianos que contienen “químicos para siempre”
ALIMENTACIÓN Y SALUD Pilar PARDOHoy los seres humanos estamos expuestos a sustancias químicas sintéticas que procedentes de diferentes productos que consumimos o usamos, como alimentos, productos de limpieza para el hogar y de cuidado personal y contaminantes ambientales.
Entre las sustancia en la mira, se encuentran los llamados “químicos para siempre (”forever chemicals” en inglés) o PFAS”. Se les llama “químicos para siempre” porque resisten la degradación y persisten en el ambiente y en el cuerpo humano.
Además de no ser biodegradables, el Centro de Ciencias de Salud Ambiental de la Universidad de California en Davis, Estados Unidos, informó que hay “otras características preocupantes de muchas sustancias PFAS”:
Los efectos negativos que provocan en la salud a largo plazo (hace 60 años que se usan)
Pueden afectar la salud incluso a niveles de concentración muy bajos
Se acumulan y pueden ser muy volátiles, dispersándose en el aire
Son solubles en el agua
Como contó Infobae, recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre la presencia de componentes posiblemente cancerígenos en elementos de la cocina.
Esta semana se sumó una investigación realizada por científicos suizos, que fue publicada en la revista Frontiers in Toxicology. Identificaron 189 sustancias que se han detectado en materiales en contacto con alimentos en el mercado y que se conocen que pueden causar cáncer de mama, como informó Infobae el 25 de septiembre.
Este estudio “muestra que hay una gran oportunidad para la prevención de la exposición humana a sustancias químicas que causan cáncer de mama”, dijo Jane Muncke, directora general del Foro de Envasado de Alimentos y coautora del estudio.
¿Qué productos contienen “químicos para siempre” o PFAS?
Las PFAS se encuentran en muchos productos de uso diario como la ropa, los cosméticos, limpiadores antimanchas, los envases para alimentos para que sean más resistentes a las manchas, la grasa y el agua.
Por su persistencia en el ambiente y los riesgos que conllevan, las organizaciones que regulan el uso de químicos en todo el mundo están limitando y prohibiendo cada vez más el uso de estos productos químicos.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, las sustancias PFAS están presentes en niveles bajos en algunos alimentos y en el ambiente (aire, agua, tierra, etc.).
No obstante, el organismo estadounidense advierte: “Casi todas las personas en el mundo tienen alguna cantidad de PFAS en la sangre. Probablemente no se puede prevenir la exposición a PFAS por completo. Sin embargo, si se vive cerca de fuentes conocidas de contaminación por PFAS, se puede tomar medidas para reducir su riesgo de exposición”.
Los PFAS pueden migrar desde los revestimientos antiadherentes de los utensilios de cocina y los envases alimentarios. Si bien los utensilios de cocina y los envases alimentarios sin sustancias tóxicas pueden llegar a contener PFAS, su contribución a la exposición humana es pequeña en comparación con otras fuentes.
¿Cuáles son sus efectos en el cuerpo humano?
Los PFAS no se descomponen fácilmente. Por lo cual su período de duración, tanto en el ambiente como en los organismos, es extenso.
Una gran cantidad de estudios, según informaron los CDC, aportaron pruebas los posibles vínculos entre los niveles de las sustancias en la sangre y los efectos dañinos en la salud de las personas.
Sin embargo, no todos estos estudios involucraron a los mismos grupos de personas, el mismo tipo de exposición, o los mismos perfluoroalquilos, lo que dio como resultado una variedad de consecuencias observadas en la salud.
Las investigaciones en seres humanos indican que -según los CDC- altos niveles de ciertos perfluoroalquilos podrían causar lo siguiente:
Mayores niveles de colesterol (PFOA, PFOS, PFNA, PFDA);
Cambios en las enzimas del hígado (PFOA, PFOS, PFHxS);
Menor respuesta de las vacunas en niños (PFOA, PFOS, PFHxS, PFDA);
Mayor riesgo de presión arterial alta o preeclampsia en mujeres embarazadas (PFOA, PFOS);
Pequeñas reducciones en el peso del bebé al nacer
Ciertas investigaciones realizadas mostraron que las tasas de patologías oncológicas de individuos más expuestos sugieren “un mayor riesgo de cáncer testicular y de cáncer de riñón”, según datos de la Sociedad Estadounidense del Cáncer. También se encontraron asociaciones con cáncer de tiroides, próstata, vejiga, mama y ovario, pero estos casos requieren de más análisis.
¿Cómo se puede reducir la exposición a las sustancias PFAS?
Las recomendaciones para reducir la exposición a las PFAS según los expertos del Centro de Ciencias de Salud Ambiental de la Universidad en Davis son:
Evitar alfombras y tapicería resistentes a las manchas: Evitar estos productos y sus tratamientos asociados, así como los aerosoles impermeabilizantes.
Consultar las etiquetas de los productos: Evitar productos que contengan el ingrediente PTFE u otros ingredientes con “fluoro” en la etiqueta
Elegir utensilios de cocina alternativos: Optar por ollas y sartenes de hierro fundido, acero inoxidable, vidrio o esmalte en lugar de teflón
Filtrar el agua potable: Utilizar un sistema de filtración de carbón activado o de ósmosis inversa.
Comer alimentos frescos: Evitar envases para llevar y otros envases de alimentos
Evitar ciertos alimentos, como las palomitas de maíz o pochoclos en el microondas y los alimentos grasosos envueltos en papel
Elegir hilo dental adecuado: Debería ser de nylon o seda sin recubrimiento o recubierto con cera natural
Fuente: Infobae