Anemia: cuáles son los síntomas de esta patología y de qué forma se puede evitar

ALIMENTACIÓN Y SALUD Ivana ALFARO
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Según el sitio web de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades no transmisibles constituyen la causa predominante de fallecimiento y limitaciones físicas a nivel global. No obstante, afirman que gran cantidad de ellas pueden evitarse mediante la disminución de los elementos de riesgo habituales.

Por esa razón, conoce qué es la anemia, cuáles son sus síntomas, cómo reducir los factores de riesgo y cuáles son los mejores tratamientos disponibles.

¿Qué es la anemia?
Según explica el portal sobre salud Mayo Clinic, la anemia es una condición médica caracterizada por la falta de glóbulos rojos sanos en la sangre, lo que resulta en una disminución en la capacidad de transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo. Esta falta de oxígeno puede causar síntomas como fatiga, debilidad, palidez y dificultad para respirar.

Existen varios tipos de anemia, siendo la más común la anemia por deficiencia de hierro, que se produce cuando el cuerpo no tiene suficiente hierro para producir glóbulos rojos. Otras causas de anemia incluyen la deficiencia de vitamina B12, la pérdida de sangre, enfermedades crónicas y trastornos genéticos. El tratamiento de la anemia depende de su causa subyacente y puede incluir suplementos de hierro, cambios en la dieta, transfusiones de sangre o medicamentos específicos.

¿Cuáles son los síntomas de la anemia?
Los síntomas de la anemia mencionados en el texto son:

- Cansancio.
- Debilidad.
- Falta de aire.
- Piel pálida o amarillenta.
- Latidos irregulares.
- Mareos o aturdimiento.
- Dolor en el pecho.
- Manos y pies fríos.
- Dolores de cabeza.

Se recomienda consultar a un médico si se experimenta cansancio o falta de aire sin motivo aparente, o si se ha sido informado de un nivel bajo de hemoglobina al donar sangre.

¿Cómo saber si una persona tiene anemia?
Para diagnosticar la anemia, el proveedor de atención médica realizará un examen físico y solicitará análisis de sangre, como un hemograma completo. Este análisis medirá la cantidad de glóbulos rojos en la sangre y el nivel de hemoglobina, que son indicadores de anemia.

Además, se realizará una prueba que mostrará el tamaño y la forma de los glóbulos rojos, lo que ayudará a confirmar el diagnóstico de anemia. En algunos casos, puede ser necesario realizar pruebas adicionales, como el estudio de una muestra de médula ósea, para determinar la causa de la anemia.

¿Cuál es el mejor tratamiento para la anemia?
La prevención de la anemia depende de la causa específica. Para prevenir la anemia por deficiencia de hierro, es importante consumir alimentos ricos en hierro, como carnes rojas, legumbres y vegetales de hoja verde. Además, se recomienda evitar la pérdida excesiva de sangre, como la causada por menstruaciones abundantes o heridas graves.

Para prevenir las anemias por deficiencia de vitaminas, es fundamental llevar una alimentación equilibrada y variada, que incluya alimentos ricos en ácido fólico y vitamina B12, como carnes, pescados, lácteos, huevos y vegetales de hoja verde. También es importante asegurarse de que el organismo pueda absorber adecuadamente estas vitaminas, por lo que se recomienda mantener una buena salud intestinal.

En el caso de las anemias asociadas con enfermedades crónicas, es fundamental tratar la enfermedad subyacente de manera adecuada y seguir las indicaciones médicas. Además, se pueden requerir transfusiones de sangre o inyecciones de eritropoyetina para aumentar los niveles de glóbulos rojos en casos graves.

Anemia: posibles factores de riesgo
Existen varios factores de riesgo de anemia, como una dieta pobre en vitaminas y minerales, problemas con el intestino delgado, períodos menstruales abundantes, embarazo sin suplementos adecuados, enfermedades crónicas, antecedentes familiares de anemia hereditaria, infecciones, enfermedades de la sangre y trastornos autoinmunes, consumo excesivo de alcohol, exposición a sustancias químicas tóxicas, ciertos medicamentos y la edad, especialmente en personas mayores de 65 años.

En conclusión, conocer los síntomas de las enfermedades y las opciones de tratamiento disponibles es fundamental para tomar decisiones informadas sobre nuestra salud. No dudes en consultar a tu médico y seguir sus recomendaciones.

Fuente: El Cronista

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