Las seis vitaminas antiinflamatorias más eficaces y en qué alimentos podemos encontrarlas

ALIMENTACIÓN Y SALUD Ana COHEN
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La inflamación es un proceso que orquesta el sistema inmune para hacer frente a los microorganismos que, como los virus o bacterias, son identificados como dañinos por el propio organismo.

Por lo tanto, la inflamación es absolutamente necesaria, pero, de prolongarse en el tiempo y durar no días, sino meses e incluso años, puede provocar la aparición de enfermedades muy graves y potencialmente letales.

“Para regular esta inflamación, el organismo produce citoquinas proinflamatorias, unas proteínas específicas que en caso de ser liberadas de forma continua durante un amplio periodo de tiempo acaban dañando diversos órganos”, indicó el doctor Fernando José García, del Servicio de Urgencia Médica de la Comunidad de Madrid.

La buena noticia es que la inflamación crónica puede ser combatida a través de la dieta comiendo alimentos ricos en nutrientes con capacidad para prevenirla y hay vitaminas que tienen un mayor poder antiinflamatorio.

Cuáles son y en qué alimentos encontramos las vitaminas antiinflamatorias
Vitamina A. Según la Universidad Tecnológica de Texas, esta vitamina evita que el sistema inmune se propase en sus funciones y acabe atacando al propio organismo. En tanto, la Universidad de Emory demostró que la deficiencia de esta vitamina se asocia al desarrollo de enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoidea, el lupus o la diabetes tipo I. La vitamina A es esencial y sus bajos niveles, según García, también aumentan el riesgo de infecciones, pero dijo que tampoco hay que pasarse: los adultos requieren entre 700 y 900 microgramos al día y su ingesta excesiva podría ser tóxica. Es muy fácil de obtener pues se encuentra de forma natural en multitud de alimentos como espinacas, zanahorias, melón, huevos, hígado, pescados como el salmón y lácteos.

Vitamina B. Según constata la Universidad de Belgrado, las segundas vitaminas más antiinflamatorias son las del grupo B, principalmente la B6, la B12 y la B9. Se encuentran sobre todo en el atún, el salmón y los garbanzos (B6); en los huevos y los productos lácteos (B12) y en las verduras de hoja verde como las espinacas y repollo de Bruselas (B9).

Vitamina C. La vitamina C o ácido ascórbico es, como destaca García, un potente antioxidante que protege a las células de los radicales libres que causan la inflamación. Se recomienda tomarla a diario y no sólo cuando se está resfriado, sobre todo a través de la ingesta de frutas como los cítricos, las fresas y de verduras como la coliflor, la papa, las espinacas y el tomate.

Vitamina D. La vitamina D, como constató la Universidad de Limerick, también combate la inflamación y para contar con niveles adecuados, hay que dejarse bañar por los rayos del sol que harán que el cuerpo la produzca de forma natural. También puede obtenerse del consumo de pescados grasos como el salmón y la caballa y del hígado.

Vitamina E. Según investigadores de la Universidad de Ciencias Médicas de Lorestán, tiene propiedades antioxidantes y antinflamatorias. Puede obtenerse en las almendras, las semillas de girasol, los aceites vegetales y, en menor cantidad, de las espinacas y el brócoli.

Vitamina K. Es ampliamente conocida por su papel en la cascada de coagulación que, asimismo, tiene un efecto antiinflamatorio, dijo García. También es esencial para una buena salud ósea, por lo que debe ingerirse a través de la dieta, por ejemplo, de las verduras de hoja verde como la coliflor, el brócoli y el kale.

Fuente: TN

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