Joe Biden, olvidos y mirada perdida: cuándo el deterioro cognitivo es normal y cuándo hay que ir al médico

SALUD Camila MARTINEZ
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Las críticas a Joe Biden, de 81 años, aumentaron después de un debate televisado con Donald Trump el 27 de junio en el que el presidente norteamericano parecía agotado física y cognitivamente.

Luchó por refutar las afirmaciones con frecuencia falsas de su oponente, pero dio respuestas confusas y a veces miró fijamente al vacío. Finalmente, semanas después, ayer por la tarde se retiró de la carrera presidencial de Estados Unidos.

Muchas personas, incluidos expertos médicos, especularon que el presidente Biden mostró características clásicas de neurodegeneración, incluido el deterioro cognitivo. Pero ¿hasta qué punto el deterioro cognitivo es una parte normal del envejecimiento?

El deterioro cognitivo leve provoca cambios cognitivos que son lo suficientemente graves como para ser notados por la persona afectada y por los familiares y amigos, pero que no afectan la capacidad de la persona para realizar las actividades cotidianas.

“La inmensa mayoría de las personas, a partir de los 50, 60 años, empieza a experimentar olvidos puntuales en hechos cotidianos, como no recordar dónde quedaron las llaves o cómo se llegó a un determinado lugar”, explica el doctor José Ricardo Jaúregui (M.N. 74.384), médico geriatra. “Estos eventos se jerarquizan cuando son repetitivos, no ocasionales”.

Olvidar no es malo
Los neurólogos dicen que no recordar los nombres de conocidos o tener dificultad para recordar fechas del pasado, especialmente cuando se está bajo estrés, puede ser simplemente parte del envejecimiento normal.

“La detección precoz es la mejor opción para demorar el avance a otros trastornos cognitivos. Para eso hay entrenamiento cerebral, estimulación neurocognitiva y algún tipo de medicación”, sugiere Jáuregui y agrega que este enfoque tiene mayor valor en los adultos mayores entre los 60 y 70 años.

“La atención y la memoria están interconectadas; por ello, los problemas de atención también pueden influir en los olvidos. Si se observan signos de alarma, es fundamental buscar una evaluación médica para un diagnóstico y manejo adecuados”, remarca el doctor Pablo A López (M.N. 105.286), médico neurólogo del Hospital Alemán.

Cuando la memoria es un problema
El problema no es no recordar nombres o llamar a alguien en forma equivocada, sino cuando la memoria de alguien es borrosa respecto de experiencias recientes o pasadas, indican los expertos.

Una de cada diez personas con más de 65 años puede presentar deterioro cognitivo. Así, atender a la aparición de los primeros síntomas del deterioro cognitivo es fundamental para dar respuesta y prevenir que se agrave. En primer lugar, se debe detectar qué nivel de deterioro cognitivo presenta el paciente para proporcionarle los cuidados adaptados a sus necesidades.

Los signos y síntomas pueden variar según el tipo y pueden incluir:

Pérdida de memoria reciente: repetir la misma pregunta varias veces. Depender de ayudas de memoria (notas, dispositivos electrónicos) para cosas que antes se recordaban fácilmente.
Dificultad para realizar tareas cotidianas: Problemas para planificar o resolver situaciones, como seguir una receta conocida o manejar las finanzas.
Desorientación en tiempo y lugar: perderse en lugares familiares. No recordar cómo llegaron a un lugar específico o qué día es.
Problemas con el lenguaje. Dificultad frecuente para encontrar las palabras correctas. Llamar a los objetos por nombres incorrectos sin advertirlo.
Juicio disminuido. Tomar decisiones inapropiadas, como vestirse inapropiadamente para el clima. Mostrar una disminución en la higiene personal.
Cambios en el estado de ánimo o personalidad. Aislamiento social. Cambios rápidos de humor sin razón aparente. Mayor desconfianza o paranoia.

“Es importante mencionar que la investigación sobre el deterioro cognitivo leve y la enfermedad de Alzheimer está avanzando rápidamente”, plantea Bárbara Eizaguirre (M.N. 51.053) neuropsicóloga, investigadora de la Universidad de Buenos Aires.

Actualmente, se están llevando a cabo varios ensayos clínicos que investigan nuevos fármacos destinados a ralentizar el progreso de estos trastornos o mejorar la función cognitiva.

“Algunos de estos tratamientos prometedores están en fases avanzadas de prueba y podrían ofrecer nuevas esperanzas para los pacientes y sus familias en el futuro cercano”, explica la experta y agrega que la participación en ensayos clínicos puede ser una opción a considerar para aquellos que buscan tratamientos novedosos y desean contribuir al avance de la ciencia médica.

Fuente: TN

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