Como reducir la permeabilidad intestinal con una dieta hipoalergénica: la mejor protección frente a las alergias durante todo el año

ALIMENTACIÓN Y SALUD Julia VOSCO
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La alergia es una respuesta inflamatoria del sistema inmunitario en la que se produce, entre otras sustancias, histamina. Esta sustancia es la responsable de los principales síntomas alérgicos: picor, mucosidad nasal, etc. La producción de histamina y, por tanto, los síntomas de alergia tienen lugar cuando un alérgeno, o sustancia a la que somos alérgicos, supera las primeras barreras defensivas del organismo, la piel y las mucosas, y nuestro sistema inmunitario responde a esto de forma exagerada.

Se pueden sufrir síntomas alérgicos suaves, que pueden pasar, incluso, desapercibidos, o síntomas graves que requieran de intervención médica urgente. La buena noticia es que con algunos hábitos podemos contribuir a su prevención.

SALUD DIGESTIVA Y PREVENCIÓN DE LAS ALERGIAS
Para prevenir las alergias (ya sean de origen alimentario o no), es de vital importancia mimar nuestro sistema digestivo, ya que en él reside el 70% del sistema inmunitario. Además, se ha de favorecer la correcta función hepática.

La hiperpermeabilidad intestinal (daño en la integridad de la pared intestinal), provocada por alimentos irritantes como el café, los lácteos, el azúcar o los productos refinados, y la acumulación de toxinas en un hígado saturado favorecen la aparición de alergias, tanto estacionales como alimentarias o de otro tipo.

 
Por esta razón, resulta imprescindible cuidar la pared intestinal, su mucosa y la microbiota, para que el intestino pueda ejercer sus funciones: garantizar la absorción de nutrientes, actuar como barrera frente a patógenos y generar sustancias beneficiosas para el organismo.

BENEFICIOS DE LA DIETA HIPOALERGÉNICA
La dieta hipoalergénica es aquella que se enfoca en una alimentación que permite reducir o eliminar las reacciones alérgicas al proveer recursos nutritivos y hábitos que permiten que el sistema inmunitario restaure su equilibrio.

Esta propuesta alimentaria no sirve solo para aliviar alergias específicas a alimentos o eliminar los productos que producen la alergia. Se puede considerar que es un estilo de alimentación que, gracias a sus efectos en el sistema inmunitario y el metabolismo, permite combatir y prevenir prácticamente todo tipo de respuestas alérgicas, incluso a las picaduras de las abejas, a los pelos de animales y al polen, por dar algunos ejemplos no alimentarios. 

Por lo tanto, podemos asegurar que la dieta terapéutica hipoalergénica es un remedio natural para combatir las alergias.

CÓMO ES UNA DIETA HIPOALERGÉNICA
Para llevar a cabo una dieta hipoalergénica es imprescindible consumir aquellos alimentos a los cuales el cuerpo humano está evolutivamente mejor adaptado, de forma que haya menos riesgo de respuesta alérgica tanto a corto plazo tras la ingesta, como a más largo plazo. Es una dieta que favorece la salud inmunitaria en general. Sus pilares son:

Eliminar alimentos perjudiciales. Por eso se eliminan los productos ultraprocesados, pero también algunos alimentos muy comunes en nuestro día a día a los que la investigación científica señala como aquellos a los que no estamos bien adaptados.
Reforzar la pared intestinal. Un factor clave es asegurarse de que los alimentos proporcionan los nutrientes necesarios para recuperar y mantener la pared intestinal y el sistema inmunitario.
Estable en el tiempo: La pauta antialérgica se debe sostener durante un tiempo más o menos largo, en función de la situación personal y, si es posible, siguiendo las indicaciones de un profesional especializado.
Deja descansar al sistema digestivo: También forma parte del proceso terapéutico realizar entre dos y tres comidas al día con elevada densidad nutricional, sin ingestas entre ellas, a fin de favorecer el descanso digestivo.

QUÉ SE DEBE EVITAR EN LA DIETA HIPOALERGÉNICA
Algunos de los alimentos con más capacidad de provocar una respuesta alérgica son la soja, el gluten (trigo, cebada, centeno, Kamut, etc.), la clara de huevo, el marisco, los cacahuetes, algunos frutos secos y semillas como el sésamo o las nueces, los lácteos, el azúcar, los dulces y los alimentos ultraprocesados.

El motivo por el que se suprimen los lácteos es que los lácteos pueden causar alergia e intolerancia: la alergia es causada por las proteínas de la leche y afecta a dos de cada cien adultos, mientras que la intolerancia aparece porque no se puede metabolizar la lactosa, el azúcar de la leche. En el Mediterráneo, una de cada dos personas es intolerante.

También son comunes las alergias a las frutas de la familia de las rosáceas, como el melocotón, las frambuesas, las fresas, las ciruelas…

Otros alimentos que se han de eliminar son las solanáceas (pimientos, berenjenas, patatas y tomates), por su riqueza en solanina, una sustancia que se encuentra debajo de la piel y que favorece la inflamación.

ALIMENTOS SEGUROS DE LA DIETA HIPOALERGÉNICA
Los alimentos que componen la dieta antialérgica son los que favorecen la reparación intestinal y la disminución de la hiperpermeabilidad intestinal, uno de los factores influyentes para que se produzca una respuesta inflamatoria exagerada.

La yema de huevo y las legumbres bien cocinadas (remojadas, germinadas y cocidas) son apropiadas para una alimentación de tipo hipoalergénico.

Verduras como las crucíferas (brócoli, coliflor, lombarda, coles de Bruselas…), las cebollas, los ajos y los puerros, los espárragos, las espinacas, la judía tierna, las alcachofas, las hojas verdes, como los canónigos o la rúcula, también están permitidos, al igual que la zanahoria, la remolacha, el nabo y el calabacín.

Respecto a las frutas, no suelen generar alergia las peras, las manzanas, las mandarinas, las naranjas, la granada, los arándanos, el mango, la papaya o el aguacate.

Otros alimentos que se pueden incorporar son las algas, añadiéndolas en pequeñas cantidades a caldos, cocciones de legumbres, vinagretas, salsas, cremas, etc.
También son recomendables el boniato, la chirivía o la calabaza, que conviene cocinar y dejar enfriar un mínimo de 24 horas para obtener almidón resistente, que alimenta la microbiota.
Se recomienda incluir alimentos antihistamínicos, que son aquellos ricos en quercetina, como la manzana, la cebolla o las alcaparras. Otros nutrientes indispensables para el intestino son el zinc, la vitamina D, los ácidos grasos omega 3 y la glutamina, entre otros.

En general es importante, durante la dieta hipoalergénica, cuidar especialmente el hígado: Toma infusiones de boldo para mejorar la capacidad de digestión, depuración y limpieza de tóxicos, que también pueden causar una respuesta alérgica. También refuerzan esta acción los alimentos de sabor amargo, como la escarola, la rúcula, las endibias, las alcachofas, los berros, etc. Puedes añadir alimentos de sabor ácido, como el limón o el vinagre de manzana, ya que según la medicina tradicional china favorecen el buen funcionamiento del hígado.

Fuente: cuerpomente

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