La tendencia innovadora que desafía el concepto de belleza y salud y tres tips para empezar a practicarla

SALUD Olivia BIANCHI
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El movimiento de neutralidad corporal se basa en la idea de que las personas deberían valorar y apreciar sus cuerpos por lo que son capaces de hacer, en lugar de enfocarse en su apariencia.

La corriente busca la aceptación de los cuerpos y también promueve el bienestar corporal por medio de los cuidados que se prodiguen al cuerpo, incluyendo la alimentación, el descanso y la actividad física. Es aceptar los cuerpos de diferentes formas, pero cuidando de ellos.

La doctora Laura Thomas es una nutricionista que se convirtió en consejera certificada en alimentación intuitiva (un enfoque que rechaza la alimentación restringida a favor de reconocer los propios signos del cuerpo de hambre y saciedad) después de ver que algunos pacientes llegaban a la consulta con patrones alimentarios desordenados. Ella también prefiere el término neutralidad corporal. “Trabajo con muchas mujeres que no pueden identificarse con la idea de la positividad corporal, lo sienten demasiado lejano para ellas. Entonces, hablamos de neutralidad corporal, o algunas personas lo llaman “respeto corporal”. Es: ‘Puede que no me gusten todas y cada una de las zonas de celulitis y barriga, pero no me voy a castigar’”.

La neutralidad corporal se sustenta en el amor propio, pero sin presiones, por lo tanto, esta práctica sugiere no dirigirse de manera negativa hacia el cuerpo.

Cómo empezar a practicar la neutralidad corporal
Empezar a practicar la neutralidad corporal puede ser un proceso gradual y requiere tiempo y compromiso. A continuación, algunos consejos que pueden ayudar a comenzar a practicarla:

Aprender sobre la neutralidad corporal: investigar más sobre la neutralidad corporal, leer libros y artículos relacionados con este tema, y hablar con otras personas que también estén practicando la neutralidad corporal. Esto ayudará a comprender mejor este enfoque y a obtener más herramientas para aplicarlo en la vida diaria.
Reconocer los pensamientos y sentimientos: empezar por prestar atención a los pensamientos y sentimientos que se tiene sobre el cuerpo. Dejar de juzgarlo: en lugar de enfocarse en lo que no gusta, tratar de enfocarse en las cosas que el cuerpo es capaz de realizar y apreciar su función. Evitar la comparación, la cual puede ser dañina para la imagen corporal. En lugar de compararse con otros, enfocarse en uno mismo y en las propias metas. Si se detectan pensamientos negativos, tratar de cambiarlos por pensamientos más positivos y realistas.
Hacer actividades que hagan sentir bien: en lugar de enfocarse en el ejercicio como una forma de cambiar el cuerpo, hacer actividades que gratifiquen y que ayuden a conectarse con el cuerpo. Moverse por el gusto de hacerlo, hacer ejercicio y mover el cuerpo por el placer y la salud, no por el propósito de cambiar su forma o tamaño.
Recordar que la neutralidad corporal es un proceso gradual y que puede llevar tiempo para cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento relacionados con el cuerpo. Lo importante es seguir practicando y comprometiéndose con este enfoque para mejorar la relación con el cuerpo y el bienestar emocional y mental.

Fuente: TN

 

 
 

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