Qué es el “buen sexo” en la vida real según los científicos: los tres factores indispensables

SEXUALIDAD Pilar PARDO
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Cada año se realizan cientos de estudios sobre disfunciones sexuales, factores que influyen en el sexo y sobre cualquier otro aspecto relacionado con esta importante función de nuestra vida, pero muy pocos de ellos se refieren a definir qué es una relación sexual satisfactoria.

 Muchos, especialmente los más jóvenes, sacan sus propias conclusiones sobre lo que es una relación sexual satisfactoria de lugares poco recomendables como las películas o el porno donde, casi siempre, suelen presentar una imagen muy poco realista de lo que es el sexo entre dos personas y puede ser muy diferente a lo que sucede en la vida real.

Un estudio que se acaba de publicar en la revista Sexuality & Culture bajo el título “Caring, Chemistry, and Orgasms: Components of Great Sexual Experiences” (Cuidados, química y orgasmos: las claves de las grandes experiencias sexuales) investigó acerca del tema y el mismo fue liderado por Alicia M. Walker, quien es profesora asociada de sociología en la Universidad Estatal de Missouri.

Walker, cuyo trabajo se centra en las relaciones sexuales íntimas, la identidad y el comportamiento sexual y el género, realizó la investigación con su colega Audrey Lutmer y en el estudio se buscó comprender los elementos que hacían de una relación sexual algo increíble, con la esperanza de que esa definición pudiera ser útil para los profesionales de la salud sexual, los terapeutas y la población en general.

Cómo fue la investigación sobre el buen sexo
Walker declaró que su idea era intentar buscar una especie de estándar para lo que todas las personas consideran que es “buen sexo”, así que decidió arrancar un estudio específico sobre el tema y, para hacerlo, las dos especialistas reclutaron a los participantes a través de diversos medios como redes sociales y páginas de anuncios por palabras.

Posteriormente se les enviaron unas preguntas por correo electrónico y, en función de las respuestas, se les iban enviando preguntas adicionales en un proceso que se extendió durante algunas semanas. Se optó por el correo electrónico porque se estima que las personas suelen abrirse más sobre temas sensibles a través de este formato, a la vez que se garantizó la intimidad a lo largo de todo el proceso.

Entre los 78 participantes, se podían encontrar personas de diversos grupos de sexo y edad. Había 49 mujeres, 28 hombres y una persona de género fluido (no encajan dentro del binarismo de género), mientras que había diversos niveles de educación, relaciones y razas.

Orgasmos, conexión emocional y química: los resultados del estudio
Cuarenta y nueve de los participantes afirmaron que los orgasmos eran un elemento esencial de sus encuentros sexuales, por lo tanto era algo que definía el buen sexo. Algunos enfatizaron que lo importante era únicamente su propio orgasmo, mientras que otros priorizaron también la satisfacción de su pareja. Varios participantes consideraron los orgasmos mutuos como un elemento clave del buen sexo y los orgasmos múltiples eran también muy importantes para algunas mujeres. Sin embargo, quizá un poco sorprendentemente, veinte de los participantes afirmaron que los orgasmos no eran necesarios para que el sexo fuera excelente.

En tanto, cincuenta y dos participantes sugirieron que una conexión emocional era una de las características necesarias para tener un buen sexo. No obstante, establecieron una diferencia entre conexión emocional y el amor romántico. La conexión emocional no siempre implica que haya amor romántico ni amor en absoluto.

En este aspecto, varias mujeres priorizaban la conexión emocional frente al placer físico. Ocho de los participantes unieron amor y conexión emocional, mientras que otros definían este concepto como una mezcla de confianza y afecto, pero también en este aspecto hubo diferencias importantes: dieciséis de los participantes insistieron en que no hacía falta un vínculo emocional para que el sexo fuera excelente.

Otro de los aspectos que se destacó más fue la existencia de “química” entre los participantes. Treinta y seis de ellos la señalaron como esencial del buen sexo. A ninguno de ellos les resultó fácil definir qué entendían exactamente por química, pero varios dijeron que creían que estaba muy relacionada con las cosas que les gustaban y con la confianza en la persona. Era un aspecto que les permitía relajarse y ser ellos mismos.

Otros resultados
Muchos participantes coincidieron en la importancia de los tres factores mencionados, lo que también quedó claro en el estudio es que existe una gran variabilidad entre las personas a la hora de definir qué es el buen sexo. Unos calificaban el orgasmo como muy importante, mientras que para otras no lo era tanto y lo mismo pasaba con la conexión emocional o la química.

Esto nos lleva a pensar que existe una gran variabilidad de sensibilidades en este aspecto y que, aunque hay algunos rasgos que podemos calificar como más generales, no son en absoluto definitivos. Esto puede llegar a causar problemas cuando el concepto de buen sexo es muy diferente entre los miembros de una pareja.

De todos modos, las investigadoras reconocieron que queda mucho por hacer todavía en el campo de la sociología sexual y que su estudio solo es un primer paso en el camino para conocer cómo funciona nuestro placer sexual.

Fuente: TN

   

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