La seis claves para que los hijos tengan hábitos alimenticios saludables

SER PADRES Ana COHEN
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Llevar un estilo de vida saludable es ya de por sí bastante difícil para los adultos, incluso aunque conozcan los beneficios a largo plazo. El desafío mayor es conseguir que los hijos también adopten decisiones saludables.

El doctor Alexander Laceras, médico familiar del Hospital Houston Methodist, comenta que “los comportamientos que benefician nuestra salud física y nuestro bienestar mental requieren disciplina y autocontrol. Y esos son atributos que un niño todavía está desarrollando y perfeccionando”.

El experto indica que lo mejor que puede hacer un padre es ser un buen modelo de comportamiento saludable para que sus hijos imiten. “Tu hijo te está observando todo el tiempo, así que es importante que tú des el ejemplo de cómo debe ser un estilo de vida saludable”, subraya Laceras.

Consejos para lograr un estilo de vida saludable en casa:
Mantenerse activo: la actividad física beneficia la salud en general, ayuda a desarrollar músculos y huesos fuertes, mejora el estado de ánimo, promueve la buena salud del corazón y más”. Niños y adolescentes deben realizar por lo menos 60 minutos de actividad física todos los días.
Dar prioridad a los alimentos nutritivos. “Las investigaciones demuestran que los hábitos nutricionales de los padres determinan el comportamiento alimentario y la elección de alimentos de los hijos a futuro”, afirma el especialista.

Seis claves para una alimentación sana:
Comer comidas bien equilibradas, llenas de verduras, frutas, cereales integrales, proteínas magras, lácteos bajos en grasa, legumbres, frutos secos y semillas.
Elegir alimentos integrales siempre que sea posible y que suelen estar en el perímetro exterior del supermercado o los que sólo se han procesado mínimamente antes de envasarlos.
Evitar métodos de cocción y técnicas de condimentación poco saludables, como freír y añadir queso o manteca innecesarios.
Servir raciones de tamaño adecuado, que pueden variar en función de la edad y otros factores.
Tener a la mano golosinas saludables, como fruta, palitos de apio, zanahorias y hummus, yogurt bajo en grasa con fruta y galletas integrales.
Limitar alimentos procesados. Ningún alimento debería estar completamente prohibido, pero los alimentos procesados no deben ser fomentados en la dieta de los hijos. Este es un consejo que también deben tener en cuenta los adultos, ya que los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, calculan que casi 60% de las calorías del estadounidense promedio proceden de alimentos procesados.

“Los alimentos procesados suelen tener un alto contenido en aditivos como la sal, las grasas saturadas y el azúcar añadido, o peor aún, contienen grasas trans”, explica el Dr. Laceras, médico familiar del Hospital Houston Methodist. “Estos pueden ser sumamente perjudiciales para la salud de tu hijo y deben de limitarse”, añadió.

Los alimentos procesados suelen ser principalmente “calorías vacías”, esto significa que carecen de cualquier nutrición significativa, sin que las calorías sirvan para nada más allá de un shot de energía inmediata.

Algunos ejemplos de alimentos procesados que conviene limitar o evitar son:

gaseosas, bebidas deportivas, té dulce y limonada con azúcar.
Comida rápida y comidas congeladas.
Dulces, incluidos los caramelos duros, las barritas de chocolate y los chicles dulces o ácidos.
Facturas, galletas, donas y productos de panadería envasados.
“Comprueba siempre las etiquetas nutricionales cuando elijas los alimentos que les vas a dar a tus hijos”, recomienda Laceras.

Fomentar buenos hábitos de sueño
“El sueño es esencial para una buena salud, y los niños necesitan dormir más que sus padres”, afirma Laceras. “Mientras que los adultos sólo necesitan unas ocho horas por noche, los niños necesitan 10 horas o más dependiendo de su edad”.

Además de dormir lo suficiente, es importante que los niños duerman bien. Algunos consejos de higiene del sueño para que los hijos duerman lo mejor posible:

Conocer las horas de sueño que el chico necesita y establecer un horario.
Acostarse a la misma hora todas las noches, incluso los fines de semana.
Crear un entorno que favorezca el sueño, como una habitación fresca, oscura, silenciosa y libre de dispositivos.
Apagar los dispositivos y la televisión una hora antes de acostarse.
Seguir una rutina para relajarse, como leer o darse un baño caliente antes de acostarse.
“Mantener los dispositivos fuera de las habitaciones a la hora de dormir puede ser una regla especialmente importante”, comenta Laceras. “Es importante saber cómo utiliza tu hijo su dispositivo, así como cuándo y con qué frecuencia”, enfatiza el especialista en medicina familiar del Hospital Houston Methodist.

“Cada padre tendrá su propio conjunto de reglas, pero una regla general es limitar a los niños a alrededor de dos horas de tiempo de televisión por día, y sólo después de completar responsabilidades como deberes y tareas”, concluyó.

Fuente: TN

   

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