El condimento ancestral que funciona como medicina natural

POR UNA VIDA MÁS SALUDABLE Ana COHEN
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Multifacético, aromático, picante y sabroso. No hay punto medio cuando se trata del jengibre y no quedan dudas de que no tiene competidores a la hora de sumarlo como complemento a un plato o infusión, incluso, para usarlo de forma medicinal y hasta espiritual. Es que su frescura y exuberancia, lo transformaron desde hace muchos años en el rey de los condimentos, halagado no solo por su sabor sino también por sus propiedades nutricionales y por los infinitos beneficios que aporta al organismo.

Considerado un alimento noble, es furor entre los adeptos de un estilo de vida saludable y también entre celebridades, como es el caso de la actriz Selena Gomez, quien confesó hace un tiempo en el reconocido programa de televisión norteamericano The Late Show, que ingiere jengibre todas las mañanas, ya sea en bebidas o de manera comestible, con la finalidad de desintoxicar su organismo. Pero no es la única, la cantante Beyoncé y la modelo brasileña Gisele Bündchen, también revelaron ser fieles seguidoras de este producto natural. En su libro, Raíces, Juliana Awada relata: “lo uso muchísimo porque fortalece el sistema inmunológico. Siempre lo agrego al agua con limón por la mañana, también a los jugos”.

Analía Yamaguchi, médica clínica especialista en Nutrición y secretaria de la Sociedad Argentina de Nutrición aclara que además de ser altamente nutritivo, se caracteriza por contener gingeroles, un componente que no solo le da el sabor picante, sino que también produce efectos antiinflamatorios y analgésicos en personas que sufren algún tipo de dolor o molestia corporal, por ejemplo, migrañas”, explica Analía Yamaguchi, médica clínica especialista en Nutrición y secretaria de la Sociedad Argentina de Nutrición.

Y gracias a que también tiene vitaminas del complejo B3, B6 y C, potasio, magnesio, calcio, fósforo y hierro, a la lista de virtudes, se le suman otras ventajas más, mencionadas en un informe publicado en la revista Harvard Health Publishing, que tienen que ver con: la mejora de la función gastrointestinal, ya que se estimula la digestión de los alimentos y la secreción de los jugos gástricos previniendo la sensación de náuseas y mareos. Según el estudio, al ser antioxidante, ofrece protección cardiovascular y combate los problemas respiratorios, ayuda a sanar los cuadros de tos o congestión, y regula los niveles de azúcar en sangre.

Sus orígenes se remontan a tiempos lejanos y se estima que surgió en la región de Asia Central, particularmente en la India, cuya sociedad no tardó en formar con esta especie, una alianza culinaria y medicinal para tratar y prevenir de manera natural distintas patologías. “Para los hindúes, los alimentos tienen distintas categorías y este en particular, es considerado sagrado, argumentando que da fuerza, estabilidad y salud mental”, cuenta Yamaguchi y explica que por ello, tiene gran implicancia en el mundo del yoga y todo lo que tiene que ver con la introspección y la relajación.

Otro de los países emblemáticos en cuanto a su uso es China, que lo incorporó de manera diaria durante las dinastías del siglo XI a.c. La costumbre era mezclarlo con el té verde en polvo, actualmente conocido como matcha, para incorporar de esta manera todas sus bondades.

Entrado el año 750 a.c, allá por la época de la Antigüa Roma, su comercio desembarcó en el Viejo Continente y marcó tendencia, aromatizando platos y bebidas. Hoy, las principales zonas de producción son las regiones tropicales del planeta: Jamaica, Filipinas, Brasil, Tailandia y la India, que tiene el 50% de la cosecha mundial.

El jengibre proviene de una planta repleta de flores violetas y amarillas conocida técnicamente como Zingiberaceae. La parte comestible es la raíz, apodada rizoma, que es gruesa, dura y de color tierra, y se lo puede degustar –siempre lavándolo de antemano- fresco, seco, en polvo en aceites y jugos. Las recetas y las formas de incorporarlo son de las más variadas, algunos lo rallan, otros lo cortan en pequeños cubos, están quienes lo cocinan, lo que sí, comerlo solo es casi imposible debido a la intensidad de su sabor, por ello, se sugiere mezclarlo con otros alimentos.

Y si bien no hay ninguna regla nutricional que establezca a rajatabla la cantidad ni la manera exacta de consumirlo, “lo ideal es que sea en proporciones adecuadas, un poquito todos los días y acompañado de una alimentación saludable, equilibrada y variada”, sostiene Mariana Páez, nutricionista de Tu Grupo Saludable.

En este sentido, Páez lo recomienda a todas aquellas personas que eligen un estilo de vida saludable, así como también a mujeres embarazadas o a quienes son propensos a la hipertensión ya que no aumenta la presión arterial. Pero como todo, los que deben tener especial cuidado son los que están medicados con anticoagulantes “porque como el jengibre tiene efectos vasodilatadores, podrían tener riesgo de hemorragias.

Más allá de que se trate de un producto completo y altamente recomendado, Yamaguchi hace hincapié en que no existen los “superalimentos mágicos”, la clave es ingerir de todo un poco.

Fuente: La Nacion 

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