Cómo controlar el ácido úrico con la alimentación

NUTRICIÓN Ivana ALFARO
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¿Te ha subido el ácido úrico?, pues toma nota de cómo mantenerlo a raya y no le eches la culpa al tomate. El ácido úrico es el resultado final de la metabolización de unas sustancias llamadas purinas, las cuales se pueden producir en nuestro cuerpo u obtenerse de forma exógena a través de determinados alimentos y bebidas.

Este ácido, se disuelve en la sangre y se elimina junto con la orina gracias a nuestros riñones. Sin embargo, en algunas ocasiones se da una acumulación reflejándose como altos niveles en sangre, y esto puede ser debido a que el cuerpo no es capaz de eliminar la suficiente cantidad o que produce más cantidad de lo normal.

 Los valores normales (que pueden variar de un laboratorio a otro) están comprendidos entre:

2,4 y 6,0 mg/dl en el caso de las mujeres
3,4 y 7,0 mg/dl para los hombres
Y que se mantengan dentro de los valores dependen del balance entre su producción y su excreción, siendo el 90% de los casos de hiperuricemias debida a una menor excreción urinaria

Cuando los niveles superan los 7 mg/dl durante un tiempo prolongado se pueden formar y acumular cristales de urato monosódico, denominados tofos gotáceos o tofos gotosos. Estos, se almacenan en las articulaciones y por sus aristas puntiagudas pueden causar un dolor intenso, producido por un proceso inflamatorio conocido como ataque de gota.

En la actualidad, en la población española se ha observado un aumento en la prevalencia de hiperuricemia de un  20-25%.

Este incremento encuentra su respuesta en el cambio de hábitos alimenticios que ha experimentado nuestra sociedad en los últimos años, habiéndose producido un aumento en el consumo de bebidas alcohólicas, en el consumo de azúcar y en alimentos ricos en purinas (las cuales suelen ir asociadas a aquellos alimentos ricos en grasa, como la carne roja, el marisco y las vísceras).

Como en cualquier patología, un estilo de vida saludable es fundamental y en el caso de la hiperuricemia no es menos, ya que además, el sobrepeso y la obesidad se consideran factores de riesgo de esta patología. 

Por ello, para su tratamiento y también su prevención, se deberían tener en cuenta las siguientes recomendaciones a nivel nutricional:

Asegurar una buena hidratación: 
Se aconseja una ingesta de 2,5 o 3 litros de agua diarios, ya que ayuda a diluir la orina y evitar, por tanto, la cristalización de los minerales que forman los cálculos.

Es importante aclarar que cuando hablamos de hidratación, hablamos únicamente de agua. El consumo de bebidas azucaradas puede potenciar la producción de ácido úrico por la fructosa y el consumo de bebidas alcohólicas, especialmente la cerveza, por su contenido en purinas.

 Poner atención al consumo de carbohidratos y fibra:
Dentro de los carbohidratos, se recomienda comer más cereales integrales y disminuir el consumo de alimentos ricos en azúcares simples, sobre todo aquellos ricos en fructosa.

El salvado que hay en los granos enteros contiene ácido fítico, el cual se une con el calcio en el intestino formando fitato cálcico y se excreta por las heces, disminuyendo la excreción renal de calcio.

Cuidado con la ingesta de legumbres:
Las legumbres contienen purinas y hay que ser cautos en su consumo, reduciéndolo tanto en la frecuencia como en la cantidad.

En el caso de hiperuricemias más graves, se recomienda dejar que sea el nutricionista quien evalúe posibles riesgos o beneficios de integrar las legumbres en la alimentación.

Reducir el consumo de carnes rojas y vísceras:
En vez de este tipo de carnes ricas en purinas, se recomienda el consumo de carnes blancas (como el pollo, el pavo y el conejo).

Disminuir el consumo de grasas saturadas:
Este tipo de grasas se encuentra en las carnes rojas, embutidos, ultraprocesados y lácteos con altos contenidos en grasas.

Reducir la ingesta de pescado:
En concreto debemos eliminar el pescado azul y el marisco. A pesar de ser alimentos nutricionalmente ricos, también contienen altos niveles de purinas.

El consumo de productos lácteos:
En varias investigaciones se ha visto que los lácteos podrían actuar como protectores frente a la hiperuricemia. Para disminuir el aporte de grasas saturadas, se podría optar por lácteos desnatados o semidesnatados.

Valorar el uso de suplementos de omega 3:
Puesto que el omega 3 tiene un efecto antiinflamatorio, es beneficioso para aquellas personas que padecen hiperuricemia.

Además, debemos tener en cuenta que al reducir el consumo de pescados azules es posible que se necesite suplementación adicional.

Potenciar la ingesta de vitamina C:
Se ha visto que la vitamina C, presente sobre todo en las frutas cítricas y en verduras como el pimiento rojo, puede ejercer un efecto protector frente a la hiperuricemia y la gota.

Valorar el consumo de verduras y hortalizas:
Algunas hortalizas tienen mayor contenido en purinas, como por ejemplo, los espárragos, los champiñones y las espinacas. Por eso se debe reducir la ingesta de algunas en concreto y si el nutricionista lo considera oportuno eliminarlas, no siempre es necesario.

Pero ¿Qué pasa con el tomate? Con frecuencia se dice que para disminuir el ácido úrico hay que eliminar la ingesta del tomate, pero en realidad su contenido en purinas no es elevado y por lo tanto no incrementa los niveles de ácido úrico.

 Valorar el consumo de fructosa:
Los alimentos ricos en fructosa podrían contribuir al aumento de los niveles de ácido úrico en plasma y como la fructosa es un componente de la fruta se podría pensar que los pacientes con gota deberían disminuir el consumo de fruta fresca. Aún así, los estudios indican lo contrario, es decir, no muestran una relación entre la ingesta de fruta y el aumento de los niveles de urato en plasma.

Las frutas contienen bajos niveles de fructosa y como son ricas en otros nutrientes como la fibra y vitamina C, se piensa que podrían retrasar la absorción el ácido úrico o bloquear su metabolismo.

Otras recomendaciones:
Además de las recomendaciones a nivel nutricional, existen otras relacionadas con el estilo de vida.

Mantén un peso adecuado, ya que el sobrepeso y la obesidad son un factor de riesgo, por lo que la pérdida de peso sería recomendable de cara a mejorar los niveles de ácido úrico.

Además, otro factor importante es la actividad física que nos ayudará a mejorar nuestra salud cardiovascular y fomentará la pérdida de peso.

Y por supuesto, mantente alejad@ de hábitos tóxicos como el tabaco y el alcohol.

Y si te queda alguna duda puedes preguntarme o recurrir a mi libro ‘Dietoterapia’ donde te cuento las patologías que más vemos en consulta y cómo las tratamos desde el rigor científico.

Fuente: abc

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