Estos son los efectos del consumo de carne roja en adultos mayores

ALIMENTACIÓN Y SALUD Carola LEVI
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Una reciente investigación científica, publicada en la revista científica Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology, reveló que los adultos mayores que comen más carne roja tienen un 22% más de riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular aterosclerótica.

Según los autores, el aumento de la TMAO y los metabolitos relacionados encontrados en la sangre de los voluntarios explicaban aproximadamente una décima parte de este riesgo elevado. También señalaron que el azúcar en sangre y las vías generales de inflamación pueden ayudar a explicar los vínculos entre el consumo de carne roja y las enfermedades cardiovasculares.

Según especificaron, el azúcar en sangre y la inflamación también parecen ser más importantes en la relación entre el consumo de carne roja y las enfermedades cardiovasculares que las vías relacionadas con el colesterol en sangre o la presión arterial. En tanto, el consumo de pescado, aves de corral y huevos no se relacionó con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.

“Es necesario investigar para comprender mejor los posibles efectos sobre la salud de la L-carnitina y otras sustancias presentes en la carne roja, como el hierro hemo, que se ha asociado a la diabetes de tipo 2, en lugar de centrarse únicamente en las grasas saturadas”, afirmó Meng Wang, coautora del estudio y doctora becaria postdoctoral de la Escuela Friedman de Ciencia y Política de la Nutrición de la Universidad Tufts de Boston.

Enfermedades cardiovasculares y el consumo de carne roja
En todo el mundo, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte. Aunque el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular, incluidos el infarto y el ACV, aumenta con la edad, otros factores de riesgo tienen que ver con el estilo de vida y la alimentación.

Se sabe que para tener un corazón sano lo más recomendado es una dieta basada en frutas y verduras, actividad física, buen descanso nocturno, y no tener sobrepeso, presión arterial elevada ni colesterol malo alto.

“La mayor parte de la atención prestada a la ingesta de carne roja y a la salud se ha centrado en las grasas saturadas de la dieta y en los niveles de colesterol en la sangre. Basándonos en nuestros hallazgos, las intervenciones novedosas pueden ser útiles para dirigir las interacciones entre la carne roja y el microbioma intestinal para ayudarnos a encontrar formas de reducir el riesgo cardiovascular”, precisó Wang.

Investigaciones anteriores han demostrado que ciertos metabolitos (subproductos químicos de la digestión de los alimentos) están asociados a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Uno de estos metabolitos es el TMAO, o N-óxido de trimetilamina, que producen las bacterias intestinales para digerir la carne roja, que contiene altas cantidades de la sustancia química L-carnitina.

Los niveles elevados de TMAO en la sangre de los seres humanos pueden estar asociados a un mayor riesgo de ECV, enfermedad renal crónica y diabetes de tipo 2.

No obstante, aún se desconoce si la TMAO y los metabolitos relacionados derivados de la L-carnitina pueden ayudar a explicar los efectos de la ingesta de carne roja en el riesgo cardiovascular.

Cómo fue la investigación
Los investigadores midieron los niveles de los metabolitos en muestras de sangre de casi 4.000 participantes con un promedio de 73 años (sin antecedentes de enfermedades cardiovasculares), así como el azúcar en sangre, la inflamación, la presión arterial y el colesterol malo.

Según detallaron, casi dos tercios de los participantes eran mujeres. Todos recibieron un seguimiento de 12,5 años y de hasta 26 años en algunos casos, donde se evaluaron los antecedentes médicos, el estilo de vida, las condiciones de salud, las características sociodemográficas de los participantes, los ingresos familiares, la educación y la edad.

En las muestras de sangre en ayunas almacenadas, se analizaron los niveles de varios microbiomas intestinales relacionados con el consumo de carne roja, como la TMAO, la gamma-butirobetaína y la crotonobetaína.

Los participantes debieron responder a dos cuestionarios validados de frecuencia de alimentos sobre sus hábitos, incluida la ingesta de carne roja, carne procesada, pescado, aves y huevos.

Por último, y para llegar a las conclusiones, los investigadores compararon el riesgo de enfermedad cardiovascular entre los participantes que comían diferentes cantidades de alimentos de origen animal, es decir, carne roja, carne procesada, pescado, pollo y huevos.

Fuente: TN

   

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