Es peor llevar unas gafas de sol malas que no usar nada

SALUD Melisa GONZÁLEZ
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Ver una pantalla digital a menudo hace que los ojos trabajen más. ¿Te pasas tu jornada laboral mirando un ordenador? Si es así, y como consecuencia, muy probablemente desarrolles síntomas relacionados con la visión como el síndrome de ojo seco.

Una de cada tres personas padece el síndrome del ojo seco, un trastorno originado por la falta de lágrima o porque la existente se evapora de forma excesiva y es de mala calidad. «El picor, el escozor o la sensación de arenilla en el ojo son sus principales síntomas, aunque también se puede dar una dificultad para abrir los ojos por las mañanas, fotofobia, una sensación de visión borrosa, fatiga ocular o lagrimeo», subraya el Dr. Ramón Torres Imaz, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Nuestra Señora del Rosario, quien destaca que es el problema ocular más frecuente en consulta.

 Los problemas de visión no corregidos pueden aumentar la gravedad del síndrome de visión por ordenador o los síntomas de fatiga visual digital. Algunas personas inclinan la cabeza en ángulos extraños porque sus anteojos no están diseñados para mirar una computadora o se inclinan hacia la pantalla para verla con claridad. Algunas posturas pueden provocar espasmos musculares o dolor en el cuello, el hombro o la espalda.

No obstante, no hay que exagerar... «Hay que dismitificarlo porque las pantallas no tiran rayos malignos que dañen, si no que pasamos mucho tiempo mirándolas. Nadie está ocho horas mirando un árbol a la misma distancia, y sin embargo la pantalla de un ordenador sí. También si corres ocho horas te cansas y dañas las articulaciones, por lo que cualquier cosa que hagas durante ese tiempo al día te va a cansar o incluso hacer daño», expone Daniel Elies, director médico de IMO Miranza Madrid.

Para no dañar los ojos
¿Qué soluciones encuentra este experto? Ya sea por ocio o por obligaciones, hay que prestar atención a la posición del ordenador: «El ordenador tiene que estar por debajo de la línea de los ojos. Si miras una hora al cielo acabas muy cansado por la musculatura porque estamos hechos para mirar lo que pisamos, no por encima de la línea de la mirada». Además, la distancia entre los ojos y la pantalla debe ser de unos 70 cm de distancia: «No hay que comerse el ordenador», comenta. Por último, hay que seguir la regla del 20. «Se recomienda que cada 20 minutos se quite la vista de la pantalla y se mire algo a unos 5 metros de distancia», comenta Elies.

Lo de parpadear es otro asunto muy ligado al uso de ordenadores... «No hay que olvidarse de que parpadear ayuda a producir lágrima. Cuando estamos frente a un ordenador, la vista se nos tensa y no parpadeamos tanto como si mirásemos otra cosa. Estamos pendientes de no equivocarnos y esa tensión hace que el ojo se reseque. Cuando esto no ocurre, hay que recurrir a una lágrima artificial y será un oftalmólogo el que reflexione cuál es mejor para cada individuo», asegura Daniel Elies, que insiste en reflexionar sobre lo siguiente: «Trabajar ocho horas nos va a cansar los ojos pero poner los medios para no cansarnos tantos y no empeore está en la mano de cada uno».

El Dr. Torres Imaz, por su parte, proporciona algunos consejos de fácil cumplimiento que, de seguirse, contribuirán a evitar o a aliviar los síntomas de este síndrome. Estos, según el, son los siguientes:

- Usar gafas de sol, incluso en invierno, contra el viento y el aire frío.

- Parpadear, especialmente delante del ordenador, de la televisión o de las múltiples pantallas con que contamos hoy en día.

- Evitar los aires acondicionados, así como los ambientes secos o con humo y la contaminación.

- Emplear gafas y protección solar de párpados en la montaña.

- Evitar los colirios con corticoides, antibióticos, etc., porque agravan el ojo seco.

- No exceder los tiempos aconsejados de uso de lentes de contacto.

Los ojos en verano
¿No sientes que en la temporada estival tus ojos sufren más que el resto del año? Hay que tener en cuenta tantos factores... pero es primordial tener claro el más importante: las gafas de sol. Daniel Elies recomienda su uso pero atendiendo a la edad de la persona que las lleva. Es decir, no es lo mismo un ojo de una persona joven que el de un adulto mayor: «El filtro ayuda pero no es imprescindibles porque depende de los casos: en unos puede ser necesario, recomendable o intranscendente. Lo que está claro es que nunca van a dañarlos, lo que sí es que hay que valorarlo para cada caso concreto».

En cuanto a la gafa, «pensemos que una gafa no solo es algo opaco que quita luz, también protege de los rayos de sol con filtro adecuado: «Si llevamos una gafa muy opaca hará que baje la intensidad de luminosidad y la pupila se abre más. Es peor una mala gafa que no usar nada».

Como ocurre con las pantallas, el sol, el agua del mar o el cloro de las piscinas pueden dañarlos, por lo que es bueno usar gafas de buceo o lágrimas artificiales que protejan el ojo ante estos agentes adversos para compensar la toxicidad. «El ojo no está hecho para trabajar en situación de oscuridad ni iluminación extrema», concluye Daniel Elies.

Fuente: abc

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