Cáncer de próstata: una cirugía robótica se presenta como la alternativa más innovadora para tratarlo

SALUD Pilar PARDO
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Con más de 11.600 nuevos casos por año, lo que representa más de un diagnóstico cada hora, el cáncer de próstata es el más frecuente en varones en la Argentina y el tercero en mortalidad, luego del cáncer de pulmón y el colorrectal, según las últimas estimaciones realizadas por la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC). Si se observa la incidencia en los diferentes países de América Latina, Argentina se ubica en quinto lugar en términos de frecuencia, subiendo dos posiciones con respecto al año 2018.

A pesar de ser una enfermedad tan frecuente, coinciden los especialistas en que queda mucho camino por recorrer para lograr que se llegue al diagnóstico temprano, que es lo que dará a la enfermedad un mejor pronóstico.

En la Argentina cerca del 20% de los nuevos diagnósticos de cáncer de próstata se encuentran en estadíos avanzados con presencia de metástasis. El cáncer de próstata es una enfermedad de crecimiento lento y suele cursar de un modo totalmente asintomático.

A medida que los hombres envejecen, sus próstatas aumentan de tamaño. Esto se conoce como Hiperplasia Prostática Benigna (HPB), que es una condición no cancerosa. Este agrandamiento suele producir síntomas prostáticos, como necesidad de orinar con más frecuencia, sobre todo durante la noche, necesidad de apresurarse al baño, dificultad para comenzar a orinar (vacilación), esforzarse o tomar mucho tiempo mientras se orina, flujo débil, y sensación de que la vejiga no se ha vaciado por completo.

A pesar de que estos síntomas son debido al agrandamiento benigno de la próstata, algunos hombres con hiperplasia benigna de la próstata podrían estar cursando un cáncer de próstata en forma simultánea y ser totalmente asintomáticos.

“Es importante saber que así como a las mujeres a partir de los 50 años se les recomienda realizar mamografías anuales, los varones deben visitar al urólogo a partir de los 50, a los 45 si tiene antecedentes familiares de cáncer de próstata y a partir de los 40 en hombres con mutaciones del gen BCRA”. El jefe del Servicio de Urología del Hospital Italiano de Buenos Aires, Pablo Martínez (MN 87.045) explicó a Infobae que “en esta consulta, médico y paciente determinarán qué exámenes son los más pertinentes a realizar según sus antecedentes y la expectativa de vida”.

Y agregó que “lo más recomendado usualmente es la realización de una análisis de sangre para determinar los valores del antígeno prostático específico (PSA) y la realización de un tacto prostático. para conocer el estado de la próstata. Así, ante la presencia de enfermedad, se la puede detectar a tiempo y comenzar tempranamente con el tratamiento con fines curativos en caso de ser necesario”.

Una vez detectada la enfermedad, el oncólogo clínico Juan Sade (MN 105141), jefe de la Unidad Genitourinaria del Instituto Alexander Fleming aseguró que la evolución es “alentadora” por la eficacia de las herramientas terapéuticas disponibles. “Los tratamientos curativos, como la radioterapia, han avanzado enormemente y tienen alta precisión, con lo cual mejoran las tasas de curación y disminuyen los efectos colaterales”, dijo, y destacó los avances en el tratamiento de la enfermedad avanzada. “Hemos ido aumentado el tiempo de vida y calidad de vida en los pacientes que tienen una enfermedad incurable, duplicando en promedio cada 7 o 10 años el tiempo de vida”, sumó.

El urólogo cirujano Gustavo Villoldo (MN 100654), subjefe del Servicio de Urología del Instituto Alexander Fleming, por su parte, explicó que “desde el punto de vista de la cirugía, hubo una mejora en las imágenes y eso hace que podamos detectar tumores más incipientes y metástasis cada vez más pequeñas”. El cirujano oncológico destacó la implementación de la cirugía mínimamente invasiva, con la laparoscopia como punto de inicio.

“Lo que mejoró enormemente los resultados funcionales es la cirugía robótica. Es manejada por la empresa Intuitive, el robot se llama Da Vinci, y permite operar con una destreza superior a lo que habíamos imaginado, con visión tridimensional y con algunos suplementos extra que permiten visualizar mejor los nervios, preservar mejor la función eréctil y las tasas de incontinencia, manteniendo los resultados oncológicos. Más allá de las dificultades en el acceso, porque es una tecnología que no tiene cobertura, creo que el futuro de la cirugía va por ese camino”, anticipó.

Con más de 1.500 intervenciones en el Hospital Italiano de Buenos Aires, la cirugía robótica se instala como una de las alternativas que contribuyen a la mejoría de la calidad de vida de los pacientes con cáncer de próstata y a un menor tiempo de recuperación.

Además, la innovadora alternativa presenta un alentador pronóstico en cuanto a los principales temores de los hombres que deben ser sometidos a este tipo de intervención: incontinencia urinaria y disfunción eréctil.

Incontinencia urinaria y disfunción eréctil: los principales temores

“Independientemente del tratamiento indicado, los temores y las dudas de los pacientes se concentran principalmente en torno al control oncológico, a la incontinencia urinaria y a su actividad sexual, lo cual es lógico debido a la anatomía de la glándula prostática, ubicada debajo de la vejiga y próxima a los nervios responsables de las erecciones”, sostuvo Martínez.

En cuanto a los tratamientos más novedosos destacó que “una de las especialidades en la que más impacto ha tenido la cirugía robótica es en la urología, ya que el procedimiento más realizado en el mundo con el robot Da Vinci es la prostatectomía radical, en la que se busca quitar el cáncer de próstata”.

El procedimiento, según explicó el especialista, “trata de generar menores complicaciones comparado con otras técnicas quirúrgicas: se realizan incisiones muy pequeñas que generan menor dolor, menor sangrado y una recuperación más rápida del paciente. Y los resultados funcionales en los pacientes como son las erecciones y la incontinencia urinaria, de esta manera la cirugía robótica contribuye a la mejoría de la calidad de vida de los pacientes y tiempo de recuperación”.

Por su parte el subjefe del Servicio de Urología del Hospital Italiano de Buenos Aires, Wenceslao Villamil (MN 94.611), quien además es el responsable del área de cirugía robótica destacó que “la plataforma Da Vinci permite realizar intervenciones quirúrgicas mediante una consola de mando que controla cuatro brazos robóticos articulados, los que reproducen los movimientos de la mano y la muñeca del cirujano, otorgándole mayor precisión durante la intervención y ofreciendo una visión ampliada (10 aumentos) y en tres dimensiones del campo operatorio”.

“Hoy gracias a la cirugía robótica, tenemos las mejores herramientas para preservar el mecanismo esfinteriano y separar la glándula prostática de los nervios erectores que la rodean, en los casos de tumores bien localizados. Que son justamente los que permitirán al paciente controlar sus esfínteres e intentar preservar su capacidad eréctil”, subrayó Villamil.

Para Martínez, “el robot ofrece excelentes resultados en cirugías de resección tumoral y preservación del tejido sano debido a una menor tracción de los mismos comparados con técnicas convencionales como son la laparoscopía o la cirugía abierta”.

Para realizar la intervención se realizan cuatro micro incisiones (de un centímetro cada una) en el abdomen por las que ingresan las cámaras que muestran la anatomía interior del paciente y el instrumental robótico articulado que es controlado desde la consola de mando. “Mis manos sostienen una especie de joystick, como los controles de un video juego. De esta forma podemos ver la zona de intervención en 3D”, puntualizó Villamil, quien aclaró que durante la intervención “se debe tener mucha paciencia y tomar el tiempo necesario para separar los distintos planos quirúrgicos”.

La gran mayoría de los pacientes permanecen internados 24 horas y deberán tener un catéter por diez días. “Luego de la extracción del mismo, el paciente tomará una medicación para favorecer la erección, pero es probable que deban pasar unos dos años hasta que la recuperación sea completa -precisó el especialista-. Siempre y cuando se hayan conservado los filetes nerviosos”.

Entre las ventajas de la cirugía robótica, Villamil mencionó que “las intervenciones con el robot quirúrgico eliminan los movimientos involuntarios del cirujano y se reduce el cansancio postural en cirugías de larga duración, al permitirle estar sentado ante la consola”.

Para los pacientes esta cirugía brinda una internación más corta, con menos dolor en el postoperatorio, menos riesgos de contraer infecciones, menos pérdida de sangre, incisiones más pequeñas y cicatrices mínimas, con períodos de recuperación más reducidos.

 

Fuente: Infobae

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