Tamaño del pene: qué dice el primer estudio científico realizado en la Argentina y cuáles son los mitos que derriba

SEXUALIDAD Cristina Mercado
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Príapo fue un dios maldecido con un falo gigante. Presentando como una antigua divinidad grecoromana, este hombre barbudo tenían un pene desproporcionadamente grande que le trajo más de un problema. Símbolo del instinto sexual, de la fecundidad masculina, la existencia de este dios dejó una huella en la ciencia: se denomina priapismo a la dolorosa enfermedad que provoca la permanente erección de este órgano reproductor que, en el plano sociocultural, posee una -¿sobre?- carga simbólica mayor que cualquier otra región del cuerpo.

Más allá de las antiguas creencias historias y mitológicas, el tamaño del pene ha sido siempre tema de conversación en las sociedades modernas. Fue a partir de este órgano, en palabras del sexólogo Walter Ghedin, que “se ha construido las bases del patriarcado, la dominación, la territorialidad corpórea y la espacial, el trabajo y sus jerarquías, las guerras, el poder, el orden, la obstinación, la fuerza motora, los fanatismos; en síntesis: la penetración humana al mundo circundante”.

Si bien todas las imágenes y representaciones sociales y culturales que dieron origen a la virilidad se están deconstruyendo, el tamaño del pene es una cuestión que sigue generando debate dentro del terreno de la sexualidad, y que preocupa a muchos hombres sobre la base de una pregunta de antaño, que mantiene a su vez vigencia en los tiempos modernos: ¿el tamaño importa?

Un estudio científico de 2015 presentó conclusiones sobre el tamaño considerado “normal” para el largo y la circunferencia del pene. Publicado en la prestigiosa revista de urología BJU International, el informe se basó en una serie de estudios para establecer un esquema gráfico o nomograma que representa la distribución del tamaño del pene en reposo o en erección y sus variantes normales. Según el estudio, el largo promedio de un pene erecto es de 13,12 centímetros. Para realizar esta obra considerada de utilidad pública, los médicos británicos utilizaron 17 estudios realizados en unos 15.500 hombres. Según los gráficos, el largo de un pene en reposo es de 9,16 centímetros, y el de un pene en reposo estirado es de 13,24 centímetros.

Qué dice el primer estudio argentino

Martina Solé, médica uróloga, fellowship en andrología y fertilidad masculina, quien trabaja para el Hospital Italiano de Buenos Aires, realizó un trabajo donde se propuso analizar los mitos y realidades del tamaño del pene. Para eso llevó adelante por primera vez un estudio sobre 800 pacientes donde llegó a un promedio de dicho tamaño en Argentina. Se trata de un trabajo multicéntrico que fue publicado hace un mes en la revista científica internacional Asian Journal of Andrology.

“La virilidad y el placer sexual se han asociado durante mucho tiempo con el tamaño del pene y esto, a su vez, generalmente se ha relacionado con algunas medidas antropométricas, como el tamaño del pie o la altura, lo que lleva a varios conceptos erróneos tanto de hombres como de mujeres. Nuestra intención es estimar parámetros del tamaño del pene en Argentina y evaluar la correlación entre el tamaño del pene y ciertas medidas antropométricas”, comienza diciendo el estudio.

Fue así como pacientes masculinos que se sometieron a un examen urológico procedimiento se incluyeron en cuatro hospitales ubicados en diferentes regiones del país. “Se tomaron diferentes medidas antropométricas: talla, peso, circunferencia del pene, longitud flácida y estirada, y longitud del pie. Se evaluaron un total de 800 pacientes”, indica la investigación. Según la conclusión del trabajo, las estimaciones de las medidas medias del pene en Argentina son:

Longitud del pene en flaccidez: 11,4 centímetros.

Circunferencia del pene en flaccidez: 10,1 centímetros.

Estirando el pene al máximo en flaccidez (esta maniobra es representativa de la longitud en erección): 15,2 centímetros.

Según detalló Solé, entre otras de las conclusión del trabajo, es que las medidas penianas, “no tienen relación con las medidas antropométricas estudiadas, como ser la altura, el tamaño del pie y el peso de la persona”.

Por lo tanto, sugiere Solé, quien actualmente trabaja en la Clínica Regional del Sud en Río Cuarto, Córdoba, “la famosa regla de la L” entre otros, son solamente mitos. “Los mitos son creencias populares que perduran a lo largo de los años. Todos hemos escuchado alguna vez la famosa “Regla de la L”, por la cual se cree que los hombres de baja estatura, tienen el pene mas largo que los altos. Otros mitos, hablan de que a mayor tamaño de pie, mayor es la longitud del pene, o que la gente con sobrepeso u obesidad, tienen el pene mas pequeño. Hicimos este trabajo, justamente para ponerle fin a todas estas creencias, las cuales no reflejan la realidad”, indicó la uróloga.

La muestra del estudio estuvo compuesta por pacientes varones nacidos en Argentina, mayores 18 años, que se sometieron a procedimientos urológicos por patologías diferente al tamaño del pene bajo anestesia general en cuatro hospitales ubicados en diferentes regiones de Argentina (el departamento de Urología en el Hospital Italiano, Buenos Aires; Sanatorio Allende, Córdoba; Hospital Privado de la Comunidad, Mar del Plata; y Hospital Central, Mendoza).

El análisis de los expertos

“La investigación me parece muy interesante porque desmitifica de alguna manera la relación que podría existir entre las medidas antropométricas y el tamaño del pene, cosa que no existe por lo menos lo que revela en este estudio. Yo creo lo mismo: no existe una una conexión entre esas medidas y el tamaño del pene, son tantas variables como hombres existen, por lo tanto es más el tema de esta construcción cultural de la virilidad, esta cuestión de querer unir las medidas antropométricas con el tamaño del pene como si la altura o el estado atlético del sujeto o el color de la piel, fueran factores determinantes constitutivas, no solamente de el órgano sexual el pene, sino también de la masculinidad”, analizó a Infobae el sexólogo Walter Ghedin.

“Un hombre grande o un hombre musculoso y atlético tiene, desde la mirada cultural, más componente viril que lo que podría tener un hombre con otras características, tal vez más pequeño, menos atlético, o con algún rasgo también que no cumple con los parámetros clásicos de la masculinidad”, agregó el sexólogo.

La doctora Romina Camacho, sexóloga clínica, medica emergentóloga, sostuvo que el estudio refleja que las medidas tomadas están dentro del promedio del tamaño del pene de la población mundial y concuerda con que desmitifican ciertas creencias populares.

Y apunta haciendo una salvedad: “El estudio se realizó con penes en estado flácido siempre con el prepucio rebatido. Para compararlo con un pene erecto, al ser un tanto invasivo para el paciente, se estira el pene con la mano. Esto no es tan orientativo como un pene erecto ya que los cuerpos cavernosos están llenos de sangre en su máximo estado de erección y el tamaño en este estado seguramente varíe”, explicó Camacho a Infobae.

“Es un estudio multicéntrico importante, donde participaron cuatro hospitales de la Argentina. Lo bueno de este trabajo es que son 800 hombres a los que se le midió e el pene en quirófano bajo anestesia general. Esto disminuye muchísimo los sesgos de la medición peniana, porque las condiciones de ambiente, el calor o el frio, pueden variar en el tamaño del pene. Por otra parte hay estudios que han medido el pene sin retirar la grasa suprapúbica. Esto puede falsear alguno centímetro del pene. Hay penes que parecen más chicos de lo que son porque tienen sobrepeso, porque tiene mucha grasa suprapúbica, porque tiene vello, porque tiene un escroto prominente, entonces parece que tiene un pene más chico, porque tiene el prepucio con mucha piel”, explica a Infobae Florencia Salort, ginecóloga y sexóloga.

“La importancia de este estudio es todo lo que las películas pornográficas y la creencia popular habla de los tamaños de pene y la realidad distan mucho del tamaño medio real. Y así se transforman en problemas como el síndrome de pene pequeño o el síndrome dismórfico corporal, donde las personas creen que partes de su cuerpo son anormales. En este caso, el pene. Ya sea por su grosor como longitud”, agrega Salort.

Por fuera de lo que puede significar las estadísticas y estudios científicos, el pene tiene una connotación especial. “El pene como órgano masculino sería una región del cuerpo más si no fuera por la representación subjetiva que se tiene del mismo”, dice Ghedin, quien sostiene además que el pene físico comenzó a dar paso a un sinnúmero de imágenes y representaciones sociales y culturales que dieron origen justamente a “la virilidad como componente identitario fundamental de la subjetividad masculina que la acompaña desde hace siglos y, que por fin, se está deconstruyendo”, sigue el sexólogo.

Parte de esta deconstrucción quizás aún tenga un camino de maduración y no sea algo inmediato. Camacho dice que como sexóloga se debe explicar al paciente que estas representaciones y los mitos que nacen de las mismas, no son verdad. “Muchos padecen graves consecuencia por considerar que su pene es chico su pene, generando así disfunciones sexuales e inhibiciones psicológicas, impidiéndoles disfrutar de una sexualidad plena”, explica Camacho en consonancia con sus colegas.

La pregunta del millón: ¿el tamaño importa?

Como médicos sexólogos, reiteradas veces les han hecho a los especialistas consultados en esta nota la pregunta del millón: ¿el tamaño del pene importa?. “Mi respuesta es no”, dice Camacho. “El tamaño del pene no es realmente importante a la hora de satisfacer sexualmente a la pareja, lo realmente importante es cómo se utilice antes y durante la penetración. Es más determinante la funcionalidad que el tamaño. La relación entre el tamaño del pene y el placer es principalmente mental y no fisiológica. Las mejores experiencias sexuales son aquellas que también son sensuales, las que dan protagonismo a estímulos sensoriales y a las fantasías como la mejor amiga del deseo. La sensualidad tiene que ver con aquellas acciones con las cuales se estimulan los sentidos provocando excitación o generando placer a través de alguno de ellos. No nos olvidemos que el órgano sexual mas grande es la piel y el mas importante es el cerebro”, completa la sexóloga.

“Tema consultado si los hay”, suma Ghedin. “Desde el punto de vista neuro anatómico, neurofisiológico y orgánico, no importa. ¿Por qué no importa?, porque la estimulación de la parte anterior de la vagina, en una relación obviamente heterosexual hablamos, es la que despierta más sensaciones placenteras y dispara la respuesta orgásmica. Por lo tanto no se necesita tener un pene de dimensiones grandes, para estimular esa zona que es la primera zona vaginal, que es la que contiene las ramificaciones internas del clítoris. Por lo tanto la fricción del pene, aunque sea pequeño en esa zona, estimula la respuestas orgásmica. Desde ese punto de vista neurofisiológico no importa el tamaño del pene”, agrega el sexólogo.

Y sigue: “Pero hay otro tema que es el psicológico. Ahí sí, encontramos muchas muchas creencias y muchas representaciones mentales respecto al tamaño del pene. Para muchas personas, el tamaño del pene desde el punto de vista psicológico no tiene importancia porque están abiertas a distintas prácticas, donde el tamaño en realidad queda en un segundo plano, porque se le da importancia a las otras prácticas que pueden aparecer, como la estimulación oral, el contacto erótico las caricias, los besos, todo el franeleo. Todo eso ayuda. En los hombres la creencia de que existe un pene promedio o que con el pene más grande se obtienen mayores beneficios, es una creencia que la tiene muchos hombres. Y a veces con un pene de tamaño promedio, tienen el complejo de pene pequeño y que no van a poder complacer a sus parejas. Esas son construcciones puramente mentales que obviamente influyen y condicionan el comportamiento sexual. Desde el punto de vista de mujeres u hombres que necesitan visualmente, o se estimulan visualmente con el tamaño del pene, para estas personas sí es importante porque el estímulo visual dispara más excitación y más placer. Lo mismo que tocar las dimensiones del pene”.

“El tamaño del pene no tiene que ver con el goce”, define Salort. “Cualquier persona con cualquier tamaño de pene tiene la posibilidad de gozar y producir goce a otra persona. En el caso de las personas con vulva, el 80 por ciento necesitan de una estimulación directa en el clítoris para llegar al orgasmo. Solo el 20 lo tienen con penetración, sin tocarse el clítoris de forma externa. Lo que se cree es que en el coito, por la manera de la posición que la grasa suprapúbica puede frotar el clítoris, o en la posición misma donde se puede producir el frote, o por una caricia, desde la vagina podrías llegar al orgasmo. Teniendo en cuenta este 80 por ciento que necesita una estimulación directa del clítoris, el tamaño no debería ser un problema”, agrega la sexóloga.

Y concluye: “Las creencias de la sociedad de la cultura, hicieron que una persona con pene sienta que su virilidad pasa por su tamaño y grosor, y no por la manera de vincularse sexo afectivamente con las persona. Tiene muchos más metros cuadrados de piel de sentidos para dar el placer que el tamaño del pene. De hecho hay beneficios con el pene pequeño. Es más fácil el sexo anal, el sexo oral, tienen erecciones más fáciles con respecto al llenado del pene, son más fáciles para masturbarlos, hay muchas veces que se pueden lograr otras posturas y que se logre más el placer porque se toque el pubis de la persona con el clítoris y es mejor el frote”.

Fuente: Infobae

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