Dormir siestas largas podría ser un signo del alzheimer en adultos mayores

SALUD Rosario Calvo
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Un día frío y nada importante para hacer puede tentar a las personas a tomar siestas más largas que de costumbre. Lejos de tentarse, los científicos estudian si, transformada en hábito, una siesta XL, es decir, que supere los 120 minutos, sería precursora de la enfermedad de Alzheimer.

“Las siestas durante el día y la enfermedad de Alzheimer parecen fomentar los cambios mutuos de forma bidireccional”, señaló la autora del estudio, Yue Leng, profesora asistente de psiquiatría de la Universidad de California, en San Francisco EE.UU.

Según la experta, los adultos mayores, y sobre todo los que tienen enfermedad de Alzheimer, deben prestar más atención a sus conductas de hacer siestas durante el día.

“Ahora sabemos que la patología relacionada con el deterioro cognitivo puede causar otros cambios en la función”, reconoce. “Es realmente un trastorno multisistémico, que también incluye dificultad para dormir, cambios en el movimiento, cambios en la composición corporal, síntomas de depresión, cambios de comportamiento, etcétera”. complementa.

Los investigadores siguieron a más de 1,400 pacientes durante 14 años como parte del Rush Memory and Aging Project y el Religious Order Study.

Los participantes usaron un sensor de muñeca que registró la actividad continuamente durante un máximo de 10 días, y se hicieron, una vez al año, exámenes y pruebas cognitivas. Cualquier período prolongado de ausencia de actividad durante el día de 09.00 a 19.00, se consideraba una siesta.

Cuando comenzó el estudio, más del 75% de los participantes no mostró signos de ningún deterioro cognitivo, el 19,5% tenía deterioro cognitivo leve y un poco más del 4% tenía demencia por enfermedad de Alzheimer.

La siesta diaria aumentó en aproximadamente 11 minutos por año entre aquellos que no desarrollaron deterioro cognitivo durante el seguimiento.

Las siestas se duplicaron después de un diagnóstico de deterioro cognitivo leve, y casi se triplicaron después de un diagnóstico de demencia de la enfermedad de Alzheimer.

Los investigadores también compararon a los participantes que tenían una cognición normal al comienzo del estudio, pero desarrollaron demencia de la enfermedad de Alzheimer con sus contrapartes, cuyo pensamiento se mantuvo estable durante el estudio. Encontraron que las personas mayores que dormían más de una hora al día tenían un riesgo 40% mayor de desarrollar alzheimer.

Sobre la enfermedad de Alzheimer
El mal de Alzheimer afecta a más funciones que la memoria y las habilidades de pensamiento, comentó el autor del estudio, el doctor Aron Buchman, profesor de neurología del Centro Médico de la Universidad de Rush y neurólogo del Centro Rush de la Enfermedad de Alzheimer, en Chicago.

En algunos, la enfermedad puede eliminar los recuerdos, pero en otros puede resultar en problemas del sueño o afectar a la función motora, apuntó Buchman que enfatizó que el estudio no implica que la siesta cause demencia por alzheimer o viceversa.

“Este es un estudio observacional, por lo que no podemos decir que ‘A causa B’”, advierte. “Pero podemos decir que se desarrollan al mismo tiempo, y es posible que las mismas patologías puedan contribuir a ambos”.

Los pacientes del estudio quizá ya tuvieran señales preclínicas de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro, planteó Ricardo Osorio, director del Centro de Sueño y Salud del Cerebro de Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York. “A los 80 años, incluso sin síntomas, es bastante común presentar patología del alzheimer en el cerebro”, explicó.

En el futuro, la investigación debe observar los patrones de las siestas en las personas más jóvenes, y darles seguimiento para ver quién desarrolla enfermedad de Alzheimer y quién no, sugirió Osorio.

Fuente: TN

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