Qué es la alopecia areata, la enfermedad autoinmune que afecta a Jada Pinkett Smith

SALUD Julia VOSCO
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La actriz Jada Pinkett Smith padece alopecia areata, un trastorno autoinmune que ataca a los folículos pilosos provocando parches de calvicie y pérdida de cabello.

“Fue aterrador cuando empezó. Un día estaba en la ducha y de repente me vi con un puñado de pelo en las manos y pensé: ‘Dios mío, ¿me estoy quedando calva?´”, explicó la actriz en 2018.

Anoche, en la entrega de los Oscar, su enfermedad fue motivo de burla por parte del comediante Chris Rock, quien dijo: “Jada, te amo. ‘G.I. Jane 2′. No puedo esperar por verla” (en referencia al personaje de Demi Moore, quien interpretó a una militar rapada en una película de 1997). El comentario desató la ira del actor Will Smith, quien le pegó al humorista en la cara y luego, a los gritos, le advirtió: “Sacá el nombre de mi esposa de tu maldita boca”.

Tipos de alopecia
La alopecia areata es cuando el sistema inmunitario ataca por error a los folículos pilosos, provocando como resultado una inflamación. La pérdida de cabello suele ser abundante, dejando a la vista parches de calvicie.

Andrés Politi (M.N. 73.970), dermatólogo y miembro titular de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), explicó: “Las caídas del cabello pueden ser parciales o generales. La otra clasificación que hacemos los especialistas es si son cicatrizales o no cicatrizales. En el primer caso, el pelo se cae y no vuelve a crecer. La localizadas no cicatrizales son las más comunes, es decir, esos redondeles conocidos como alopecia areata. Es cuando a las personas, por estrés o causas inmunológicas, se les cae un redondel de pelo y, si tienen suerte, les vuelve a crecer solo. En menos del 1% de los casos, avanza y compromete toda la cabeza”.

En ese sentido, el especialista añadió: “Otra caída de cabello nada rara, localizada y no cicatrizal se da en los chicos que se tironean el pelo, lo que se llama tricotilomanía que es expresión de tensión y estrés. También están las caídas localizadas, pero con cicatriz, que se dan en el contexto de ciertas enfermedades como el lupus, donde se pierden lamparones de pelo y que requieren un tratamiento rápido ya que, de lo contrario, el folículo queda tapado por una cicatriz y no vuelve a crecer más”.

El especialista explicó que otro grupo de caídas son las generalizadas, donde están las cicatrizantes y las no cicatrizantes. “La típica de los varones es la llamada alopecia androgénica, que empieza con la edad y se va pronunciando con la herencia familiar. Algo similar ocurre en las mujeres, también con herencia familiar de pérdida del cabello. Después de los 50 años, al tener menos estrógenos, empiezan a experimentar caída de pelo, en especial en la zona de la corona”.

Politi señaló que también están las caídas reactivas, llamadas “efluvios telógenos”, que son aquellas que ocurren y se revierten solas por carencia de algo como la hormona tiroidea o de hierro, donde suele caer el 15% del pelo. “Esos cuadros suelen mejorar con tratamiento”. En tanto, “los efluvios telogénicos también pueden darse en postparto, postestrés y postinfección por covid”, señaló.

Por último, explicó que también existen caídas por efectos adversos de ciertos medicamentos, como sucede en los pacientes con cáncer que reciben quimioterapia, donde se pierde un 80% del cabello.

Cuidados para evitar la caída del cabello
En el caso de estar preocupados por la caída del pelo, es recomendable consultar con un dermatólogo para que analice si es necesario algún tratamiento específico. No obstante, para ayudar a fortalecer el cuero cabelludo se puede tener en cuenta lo siguiente:

Cuidado al peinarse: no se debe cepillar el pelo de forma brusca, dar tirones o hacerlo si está muy mojado. Evitar en la medida de lo posible recogidos tirantes.
Evitar tinturas o permanentes muy agresivas: pueden quebrar la fibra capilar desde la raíz.
No atarse el pelo cuando está mojado: debilita la raíz del cuero cabelludo y puede generar la aparición de caspa. Del mismo modo, está contraindicado pasarse la plancha si el cabello no está del todo seco.
Usar el secador con moderación: cualquier tipo de aparato que irradia calor afecta la cutícula protectora del cabello y rompe el equilibrio de humedad y sequedad, por lo que aumenta su vulnerabilidad.
El control de la alimentación: las dietas estrictas y de pocas calorías reducen los niveles de energía y uno de sus efectos secundarios es que se debilita el cabello. Por otro lado, se recomienda consumir fenogreco, té verde, raíz de regaliz y remolacha, alimentos a los que se considera beneficiosos para ayudar al crecimiento del pelo.
Usar cosméticos capilares con agregados de vitaminas y sustancias acondicionadoras: sobre todo cuando el cabello sufre los efectos del sol y el agua de la pileta o del mar. Remedios caseros que dan buenos resultados son el jugo de cebolla y el aloe vera.
La incorporación de colágeno a la dieta: se puede hacer a través del colágeno bebible, conocido como “shot saludable”. Esta proteína fortalece el cabello, reduce su pérdida y además aumenta su volumen.
Los masajes con aceites esenciales como el de coco, de almendras, de oliva, de ricino y de romero: incrementan el flujo sanguíneo hacia los folículos pilosos y fortalecen las raíces.
Un corte asiduo: cortarse la cabellera cada mes y medio hace que crezca saludable. Si se deja pasar mucho tiempo, las puntas comienzan a abrirse.

Fuente: TN

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