Cómo mejorar la hernia de hiato con la alimentación

ALIMENTACIÓN Y SALUD Elisa Escorihuela
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La hernia de hiato es una dolencia muy frecuente que genera muchas molestias y que se debe al desplazamiento de la barrera (diafragma) que separa el esófago del estómago, favoreciendo de esta manera el reflujo gastroesofágico, dolor y ardor en la zona del tórax, disfagia (dificultad para tragar), afonía y dificultad al respirar.

Dependiendo de nuestros hábitos de vida puede empeorar o bien mejorar, siendo la alimentación un punto clave.

Sus causas pueden ser de origen variado: desde la edad, siendo las personas de más de 50 años la que más lo padecen; el sobrepeso y la obesidad (incluso mujeres embarazadas pueden sufrirlo por la misma presión en el abdomen), ya que la grasa abdominal puede desplazar los órganos y someter a más presión a los mismos; el estreñimiento; el tabaquismo; el alcoholismo y el consumo de alimentos muy especiados o irritantes como el café.

¿Cómo debe ser la alimentación para mejorar la hernia de hiato?

En primer lugar debemos plantearnos si es necesario perder peso, ya que una reducción del índice de grasa visceral puede ayudar mucho a la mejora de la patología. Para ello rodéate siempre de los mejores profesionales y personaliza tu dieta, pues no todos los alimentos te van a sentar bien.

No te acuestes inmediatamente tras las comidas, espera entre dos y tres horas para evitar el reflujo.

Comer menos cantidad de comida pero más veces al día, porque ingestas más abundantes pueden empeorar la digestión y en el caso contrario de que no comamos suficiente puede haber un aumento de ácido clorhídrico (que provocará acidez estomacal). 

Las técnicas de cocción de los alimentos deben ser sencillas y evitar fritos y rebozados y en un principio también aquellos alimentos hechos al horno, ya que la costra que se produce en su superficie pueden hacer un daño (físico) a las paredes digestivas.

En cuanto a los alimentos, se desaconseja el consumo de aquellos que sean demasiado ácidos, muy grasos y  gastrolesivos.

Evitar las grasas. De esta manera tendremos que descartar todos los productos ultraprocesados, alimentos ricos en grasas saturadas; la mantequilla, la nata…
Evitar alimentos que por su composición pueden ser demasiado ácidos o irritantes, entre ellos: los cítricos, el café, vinagre, el tomate, las bebidas alcohólicas y especias picantes.
Evitar el consumo de alimentos (sobre todo en la fase restrictiva de la dieta) que puedan generar gases; la familia de las coles, las legumbres, espárragos, alcachofas…

En general, para notar una pronta mejoría y poco a poco ir añadiendo más variedad de alimentos, es muy recomendable comenzar con una dieta blanda, de manera que así pondremos en ‘cuarentena’ a nuestro sistema digestivo por si hay otras posibles lesiones como úlceras.

Recuerda que la alimentación es uno de los mayores aliados para mejorar tu salud.

Fuente: abc

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