Adolescentes con tics nerviosos: un fenómeno social que aumentó durante la pandemia

SER PADRES Pia Martin
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Un estudio reciente sobre adolescentes y preadolescentes encontró una asociación entre el tiempo que pasan en las redes sociales y la gravedad de los tics, según los resultados preliminares publicados hace algunos días.

Los tics son sonidos o movimientos compulsivos, a menudo repetitivos, que generalmente comienzan en la infancia. En algunos casos, pueden dar como resultado un diagnóstico de un trastorno de tic crónico, como el síndrome de Tourette.

Los tics pueden variar desde contracciones de la cabeza hasta gruñidos y chasquidos, o más raramente casos de arrebatos inapropiados u obscenos.

Una ola repentina de nuevos casos de tics en adolescentes desde el comienzo de la pandemia ha desconcertado a los científicos de todo el mundo, lo que ha dado lugar a artículos e investigaciones en revistas médicas. El último esfuerzo para comprender la creciente prevalencia de los tics buscó respuestas en las redes sociales.

“Dados los aumentos conocidos en el uso de las redes sociales durante la pandemia, así como el aumento paralelo de los trastornos de tics que hemos visto en nuestra clínica, investigamos si había alguna correlación entre el uso de las redes sociales y los síntomas de los tics”, dijo la autora del estudio, Jessica Frey, especialista en trastornos del movimiento de la Universidad de Florida, en un comunicado de prensa.

En el estudio, 20 adultos jóvenes de entre 11 y 21 años completaron una encuesta sobre el tiempo que pasan en las redes sociales, la frecuencia y gravedad de los tics y la calidad de vida en general. La gran mayoría (90%) de los participantes dijo que usó más las redes sociales durante la pandemia de COVID-19, y el 85% indicó que sus tics también se volvieron más frecuentes durante ese tiempo.

La mitad de los adolescentes encuestados aseguró que las redes sociales habían tenido un impacto negativo en sus tics, según el comunicado de prensa. Los investigadores informaron un vínculo significativo entre una mayor gravedad de los tics, un mayor uso de las redes sociales y una calidad de vida reducida; sin embargo, no encontraron un vínculo entre el uso de las redes sociales y la frecuencia de los tics.

“Nuestros resultados han comenzado a arrojar luz sobre el impacto que la pandemia de COVID-19 y el mayor uso de las redes sociales pueden tener en los adolescentes y adultos jóvenes con trastornos de tics”, subrayó Frey. “Se necesita más investigación para identificar mejor los factores estresantes exactos que conducen a tics más graves para que podamos trabajar para reducir los factores estresantes para quienes los experimentan”.

Los resultados del estudio se presentarán en la reunión anual de la Academia Estadounidense de Neurología en abril. Mientras tanto, los investigadores planean inscribir a 60 participantes más y explorar más la asociación. Si bien no existe un esfuerzo a gran escala para rastrear los casos de tics a nivel nacional, los especialistas en los Estados Unidos han informado tendencias similares: una afluencia de nuevos pacientes con tics, muchos de ellos niñas adolescentes.

Los trastornos de tics crónicos como el de síndrome Tourette afectan principalmente a los niños, y muchos de esos niños comienzan a mostrar síntomas a los 6 o 7 años, según Mayo Clinic.

Un artículo del diario Wall Street Journal publicado en octubre describió la afluencia de nuevos pacientes con tics, principalmente mujeres adolescentes, en todo el país, desde el Texas Children’s Hospital hasta el Rush University Medical Center en Chicago. Casi al mismo tiempo, investigadores del Reino Unido publicaron un informe que detallaba un aumento de niñas adolescentes que mostraban tics “complejos y extraños”.

Como muchas de las chicas informaron que usaban TikTok, los investigadores consideraron cómo las redes sociales podrían impulsar una tendencia tan inusual y de gran alcance. Algunos de los nuevos pacientes dijeron que pasaron tiempo viendo videos de personas influyentes que informaron tener síndrome de Tourette u otros trastornos de tics, informó WSJ.

Pero el costo mental de la pandemia no puede subestimarse. Las personas con trastornos de tics a menudo manejan otras afecciones de salud mental, como ansiedad, depresión y trastorno obsesivo-compulsivo, según la Sociedad Internacional de Parkinson y Trastornos del Movimiento. Los expertos también han señalado una prevalencia creciente de ansiedad y depresión en niños y adolescentes durante la pandemia, lo que podría ser otro factor determinante.

La pandemia de COVID-19 le ha pasado una enorme factura a la salud mental, indicó este miércoles la Organización Mundial de la Salud, destacando que los casos de ansiedad y depresión han aumentado en más del 25% a nivel global. En un nuevo informe científico, la OMS también señala que la crisis de coronavirus impidió de manera significativa el acceso a los servicios de salud mental en muchos casos, generando inquietud por el aumento de los comportamientos suicidas.

Este informe, apoyado en el análisis y compendio de gran cantidad de estudios, determinó que en el mundo se registró un aumento del 27,6% de los casos de trastorno depresivo grave solamente en 2020. Durante el primer año de pandemia también se pudo constatar un 25,6% más de casos de trastornos de ansiedad a nivel mundial. “En términos de proporciones, se trata de un gran aumento”, advirtió Brandon Gray, del Departamento de salud mental y toxicomanías de la OMS, quien coordinó dicho informe científico. El trabajo “demuestra que el COVID-19 ha tenido un fuerte impacto en la salud mental y bienestar de las personas”.

Fuente: Infobae 

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