Adolescencia tardía, una realidad cada vez más frecuente

NOTICIAS DE INTERÉS Rosario CALVO
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La Organización Mundial de la Salud define a la adolescencia como el período de crecimiento que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, es decir entre los 10 y 19 años. Independientemente de la dificultad para establecer un rango exacto de edad, es importante el valor adaptativo, funcional y decisivo que tiene esta etapa.

“Actualmente, observamos que la adolescencia tiende a extenderse hasta los 25 años. Se inicia cuando el joven comienza a preguntarse sobre su futuro sea laboral, educativo, etcétera. Estas inquietudes aparecen al finalizar el ciclo secundario, siendo un momento sumamente angustiante: se termina una etapa y deben elegir qué estudiar o trabajar”, detalla Paola Bonelli (M.N.14.727) psicóloga psicoanalítica de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA).

Los padres ante la resistencia de los hijos a crecer
Los padres de Benito J. que está a punto de cumplir 20 años, por ejemplo, no saben si ser estrictos o “aflojar” ante la despreocupación del adolescente que ellos ya consideran adulto. No pudo terminar el secundario en tiempo y forma, no tiene intenciones de hacerlo, pero tampoco de buscar un trabajo. Sus días pasan entre dibujos, redes sociales y animés. ¿Es un “vago”, un “vivo” o un inmaduro? Nada de eso, parece ser un caso de adolescencia tardía.

La rebeldía, la resistencia a adaptarse a la vida adulta, la búsqueda de una identidad propia, los conflictos con los padres, los problemas para adquirir nuevas responsabilidades son algunas de las señales que se pueden observar en personas con adolescencia tardía.

El camino hacia la edad adulta
La neurociencia demostró que el desarrollo cognitivo de los jóvenes continúa más allá de los 18 años y que la madurez emocional, imagen personal y el propio juicio se ven afectados hasta que la corteza prefrontal del cerebro se desarrolle completamente.

“Los festejos del “último primer día” (UPD), del “último último día” (UUD) si bien se han impuesto en nuestra sociedad son formas de elaborar el duelo y tramitar diferentes ansiedades”, explica la psicóloga y agrega que hay adolescentes que son excelentes alumnos, pero se llevan todas las materias o presentan problemas de conducta, como manera de atrasar el fin de esta etapa.

Qué hacer ante la adolescencia tardía
La adolescencia es una etapa de florecimiento, de proyectos, de descubrimiento de sí mismos y del entorno. El rol como adultos es justamente el de colaborar para que esto fluya y habilitar a que pase, sin bloquearlo o enlentecerlo.

“Si bien hablamos de la búsqueda del primer trabajo o la elección de la carrera, la adolescencia tardía o fin de esta, no depende de la edad cronológica, sino de procesos mentales internos donde la familia y la sociedad juegan un papel fundamental”, remarca la especialista.

En ocasiones los padres transmiten miedo a crecer o independizarse por alargar el apego afectivo. También es importante que los padres se den cuenta de que no todos los jóvenes se desarrollan al mismo ritmo. Por esta razón, es fundamental evitar comparaciones.

Bonelli reconoce que, por un lado, se apura el ingreso a la adolescencia, pero por otro se dilata su finalización porque hay una idealización de la juventud en detrimento de la adultez, “juventud divino tesoro” y también por la dificultad en armar proyectos. El proceso de convertirse en adulto es más gradual y variado hoy en día que en el pasado. A los jóvenes, les toma más tiempo alcanzar la autonomía económica y psicológica, y las experiencias en los primeros años de la adultez varían enormemente según el género, el origen y la clase social.
 

Fuente: TN

   

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