Berrinches, rituales y adaptación: qué hacer en el primer día de jardín de infantes de los hijos

SER PADRES Adriana Grande
RT3UOW6QQBF6JG7QPK3I46EYFE

Se acerca el día y nuestra ansiedad va en aumento, todo es novedad y expectativa. El primer día de jardín de infantes nos espera y las preguntas surgen espontáneamente.

¿Por que se llama período de adaptación? ¿A qué nos tenemos que adaptar? Sin dudas, a separarnos. Abrimos la puerta de casa y aparece un mundo ampliado, lleno de intereses nuevos. “De casa al mundo y de mamá a la maestra”, un hito de despegue que quedará grabado para siempre en cuerpo y alma.

Cómo presentamos el nuevo espacio
La convicción será el ingrediente indispensable, es decir, sentir que aquello que estamos ofreciendo es lo mejor para nuestro hijo/a, que asistir a una sala de jardín es la mejor opción sin dudas, temores ni fisuras. Esta es la clave para transmitir nuestra propuesta con firmeza y seguridad, resultando una guía clara y orientadora que facilitará este pasaje.

Si, en cambio, nos sentimos inseguros, llenos de dudas y temores, el niño los captará y nos imitará de inmediato. Nuestra propuesta será confusa y débil y, por lo tanto, inservible como guía u orientación.

Será muy importante tomar conciencia que con cada gesto y palabra les estamos transmitiendo nuestra aceptación o rechazo al nuevo espacio.

Esta diferencia en el modo de presentación de nuestra propuesta puede facilitar o entorpecer el proceso de adaptación.

El primer tropiezo para el jardín de infantes: ¿Y si nuestro hijo no quiere salir de casa?
“¡Al jardín nooooo…!”, se escucha retumbar en las paredes de casa. ¿Qué hacer? Vamos con tres “no” y tres “sí”:

No demostrar ansiedad.
No oponernos.
No enojarnos.
Sí calmarlo.
Sí decirle algo que aleje el jardín de nuestro horizonte inmediato. Por ejemplo: “Para llegar al jardín falta mucho tiempo. Primero tenemos que…”.

Sí a un súper recurso que es nuestro ritual cotidiano.
Será una escena que se repite cada día y que nos acompaña en el trayecto al jardín. “Primero nosotros vamos a visitar a nuestras mascotas que nos están esperando (recuerdo que eran cuatro perros que estaban en casas vecinas a quienes saludamos cada mediodía de salita de 2 años)”, o “vamos al kiosco que tenemos que comprar tu chocolate para el recreo”, o “vamos a cantar nuestras canciones”, o “tenemos que buscar a tu amigo para jugar al veo-veo”. Habrá tantas posibilidades como padres haya. Confío plenamente en la creatividad de cada madre y cada padre para armar su ritual cotidiano.

Más consejos para esos primeros días de integración al jardín de infantes
El otro elemento fundamental es el tiempo. Les recomiendo tener el tiempo necesario para poder recorrer ese camino al jardín en paz, ya sea en colectivo, auto, caminando o en bici, la famosa adaptación ya comienza en ese trayecto de casa al jardín.

Porque cuando contamos con ese tiempo, muchas veces no más de 30 minutos, los adultos nos serenamos y aparece esa cuota de paciencia necesaria para contener las vicisitudes que vayan apareciendo. Habrá una diferencia abismal entre llegar llorando, arrastrado y malhumorado que llegar sereno y tranquilo.

Ritual y tiempo, dos aliados esenciales para la entrada al jardín de infantes
Obviamente hay que seguir las reglas del jardín y ubicarnos allí donde nos indiquen.

El ingrediente que no puede faltar en este momento es nuestra voluntad de instalación, es decir colocar nuestra cola en una sillita de jardín el tiempo que sea necesario. Lo que quiero resaltar es que nos tenemos que mentalizar y sentir que en ese momento el tiempo se detiene, no hay más apuros ni urgencias, solo instalación y entrega. En esta cultura de tiempos agitados y vertiginosos, puede resultarnos todo un desafío.

Qué hacer cuando en la adaptación al jardín de infantes vienen a buscarnos
Debemos comprender que ellos necesitan dos cosas: por un lado, saber que estamos allí y, por otro, “cargar nafta”, es decir, volver a mamá o papá para recibir un beso, hacer un upa, comer juntos una galletita o mostrarnos un nuevo juguete. Entonces:

Sí a recibirlo sin ansiedad, cóncava y mimosamente, siempre bajo el lema “instalados y ofrecidos”. De esta forma es como más rápido regresará con su maestra y compañeros.
No a angustiarnos y decirle nerviosamente “anda con ellos, no ves que te estás perdiendo ese juego, no tenés que estar acá”. Así se sentirá echado y ansioso porque no está recibiendo la nafta que vino a buscar. Insistirá más en quedarse y todo terminará en un enredo donde la ganadora es la tensión entre su voluntad y la nuestra.

El amor en dos tiempos. En el primer tiempo (o tiempo de llenado) nos ofrecemos tranquilos para abastecerlo de todo aquello que necesita. Sería darle la nafta que necesita, simplemente una dosis de mamá/papá para poder seguir. Sin ansiedad, solo con paz y entrega.

En el segundo tiempo, (o tiempo de descarga), una vez que percibimos que su tanque ya está lleno, entonces lo entusiasmamos para enviarlo a su lugar nuevamente (en este caso su sala de jardín), diciéndole por ejemplo: “Mirá qué lindo tren están haciendo tus compañeros. No te lo pierdas”. Es impresionante como vuelven a su ámbito mucho más rápido y contentos.

Dos errores comunes en el jardín de infantes
Si prolongamos demasiado el primer tiempo corremos el riesgo del efecto pegote, es decir, favorecer que quede pegado a mamá/papá. Por ejemplo, quedará a upa y alejado de sus pares más tiempo del necesario.
Si acortamos demasiado el primer tiempo, estamos forzando su despegue, intentando mandarlo al ruedo precipitadamente, antes de tiempo. La respuesta de nuestro hijo se hará sentir con llantos, protestas y enojos porque aún le falta tiempo de llenado.
La salida del jardín de infantes
Es la gran fiesta del reencuentro luego de la separación que nos ha permitido disfrutar de nuestros espacios de autonomía. Con nuestra presencia estable, cada día en la puerta del colegio, estamos colocando la piedra fundamental del reencuentro. Por eso, es fundamental que sepa quién lo buscará cada día y llegar en horario (es muy feo quedar siempre último).

Qué hacer después del jardín de infantes
He visto que hay dos posibilidades opuestas, depende de muchos factores. Hay niños para quienes es indispensable jugar libremente al aire libre al salir del colegio (por ejemplo, en una plaza) después de haber obedecido normas durante todo el día. En cambio, otros niños quieren llegar a casa cuanto antes para descansar y estar tranquilos.

Es absolutamente indispensable poder acompañar a nuestros hijos en este primer pasaje de casa al mundo. Este modelo inicial de separación-autonomía y reencuentro quedará impreso para siempre y será la base emocional para adultos más sanos y equilibrados.

Fuente: TN

Últimas publicaciones
Te puede interesar
hoy

¿Es posible escoger el sexo de nuestro bebé?

Redacción
SER PADRES

Los métodos más precisos para elegir el sexo de un bebé son generalmente los más caros. Además, suelen implicar tratamientos de infertilidad invasivos y medicamentos para la fertilidad con efectos secundarios.

Lo más visto