Pieles sensibles: consejos para pasar el verano sin quemaduras solares

ALIMENTACIÓN Y SALUD Juana BLANCO
GR244JOXXBH5HHHCQQIZLHN6E4

Muchas personas se van de vacaciones y temen tomar sol por miedo a quemarse y arruinar sus días libres. Los riesgos de la exposición al sol siguen siendo un tema delicado, sobre todo para aquellos con pieles más sensibles. Por eso, antes de poner un pie en la playa o en la pileta (o tomar sol en el balcón), es importante saber a qué estamos expuestos.

Andrés Politi (M.N. 73.970), dermatólogo y miembro titular de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), explicó: “Lo falso es asumir que si uno va tomando sol de a poco está todo bien. Broncearse genera placer, pero a largo plazo es lo mismo tener una quemadura. De hecho, las personas que en general tienen cáncer de piel no son las más blancas sino aquellos que, por ejemplo, trabajan expuestas al sol como agricultores, pescadores, guardavidas, etcétera”.

El especialista señaló que el “curtido” no es aquel cuya piel se adaptó o tolera bien el sol. “El bronceado es la forma en que reacciona la piel frente a un daño previo. No existe un bronceado seguro, por decirlo de alguna manera. A las personas de piel muy blanca, les aconsejo respetar su blancura. Si van a la playa, les sugiero alcanzar poco color. Si, en cambio, toman mucho color, en el momento no pasa nada, pero eso aumenta la posibilidad de que se le dañe, seque, arrugue o manche la piel, incrementando el riesgo de cáncer de piel”, alertó

Recomendaciones para cuidar la piel en verano
Politi dio los siguientes tips para prevenir daños en la dermis en verano:

No exponerse al sol de forma directa de 10.00 a 16.00.
Estar mayormente a la sombra.
Usar protector solar mayor de 30, renovando su aplicación cada dos horas.
“Todas estas medidas tienen por finalidad que uno se broncee poquito. A mí me gusta hacer esta comparación: cuando una persona hace dieta, respeta un régimen alimentario, pero lo que en definitiva dice la balanza (si se bajó o no de peso) es lo que marca el resultado. Con el sol pasa lo mismo: lo que nos va a indicar si hicimos bien o no las cosas es si, tras la exposición al sol, nos pusimos colorados o nos bronceamos”, precisó.

El bronceado y los rayos UV
La exposición solar fuerte puede provocar daño en la piel, como quemaduras, alergias, manchas, arrugas e incluso puede causar enfermedades como melanomas.

Los rayos UV son la principal causa del envejecimiento prematuro de la piel (hasta el 90% de los signos visibles). Pero, ¿qué tipo de rayos existen? Mientras que los rayos UVB son responsables de las quemaduras solares, los rayos UVA pueden causar envejecimiento prematuro y manchas en la piel, como consecuencia de un daño celular a lo largo del tiempo.

También es importante destacar que la intensidad de los rayos UVB depende en gran parte de la temporada y el momento del día en los que se está expuesto, mientras que los efectos de los rayos UVA se mantienen relativamente constantes durante todo el año. A su vez, ellos son los “responsables” del bronceado que tanto buscamos conseguir en el verano. Por lo que es imposible tener “un buen color” sin exponerse a ellos.

El bronceado se genera como respuesta de la melanina de nuestra piel y es un mecanismo de protección ante los rayos UV del sol, por eso es importante protegerse en la justa medida para no generar consecuencias permanentes.

Manchas oscuras por el sol: cómo prevenirlas
Las manchas oscuras de la piel, más cocidas como solares, constituyen un problema de lo más frecuente, sobre todo en verano. Muchas personas no saben cómo corregirlas ni tratarlas, por lo que experimentan con alternativas no científicas que muchas veces potencian los efectos nocivos.

Las manchas solares son el resultado de la hiperpigmentación de la piel y responden a una serie de factores causales, cuyo conocimiento en detalle favorece los esfuerzos de prevención.

Tal como lo indica su nombre, las manchas oscuras suelen ser causadas por el daño solar, aunque también responden a cambios hormonales y traumatismos en la piel como acné severo o cicatrices.

La exposición reiterada a la luz solar y a los rayos ultravioleta sin dudas es lo que más favorece su aparición y, además, puede empeorarlas una vez desarrolladas.

Entre los tipos de manchas producidas por el sol figuran:

Manchas grandes, de distintos colores y bordes irregulares: aparecen en zonas expuestas, son los lentigos malignos/melanoma, una forma grave de cáncer de piel.
Pecas: se atenúan cuidándose del sol (sombrero y protector solar), pero reaparecen al menor descuido.
Melasma: son placas de pigmentación oscura, difíciles de tratar. Se pueden usar cremas blanqueadoras potentes. Se aconseja la protección solar estricta y la suspensión de anticonceptivos.
Lentigos solares: son manchas planas de color intenso. Se destruyen con ácidos, criocirugía, láser o electrocoagulación.

Fuente: TN

Últimas publicaciones
Te puede interesar
Lo más visto