¿Es cierto que si comes poco se cierra el estómago?

ALIMENTACIÓN Y SALUD Carola LEVI
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Una de las frases clásicas de madre que más habrás escuchado es: «Si comes tan poco se te va a cerrar el estómago». Esta afirmación ha evolucionado a lo largo de los años como solución para aquellas personas que quieren adelgazar y piensan que reduciendo la ingesta de alimentos, también lo hará eltamaño de su estómago.

Pero la realidad es que todos los estómagos tienen el mismo tamaño. Así lo manifiesta Gonzalo Guerra, director médico y jefe del servicio de cirugía general y digestiva del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED): «Dependiendo de la altura o el peso de la persona puede cambiar la forma, pero el tamaño varía muy poco entre unos y otros».

Guerra explica que este órgano no reduce su tamaño tal y como decían nuestras madres.

Es la grelina (hormona que regula el apetito) y la propia distensión del estómago, es decir, el reflejo por el cual nuestro organismo nos dice que estamos llenos, lo que hace que una vez que este se empieza a dilatar, mande una señal al cerebro de que estamos saciados. «Si nos acostumbramos a comer menos cantidad, esa orden o esa sensación de plenitud se alcanza antes, y nos acostumbramos a llenarnos con menos comida».

«En esta línea, también es falso que el estómago se dilate porque comamos más. Una persona que come mucha cantidad no tiene un estómago mayor del que come menos», expone Guerra. Lo que sí es cierto es que este órgano se acostumbra a recibir cantidades más grandes de comida y esa señal de que se está lleno se alcanza más tarde. «Es algo que se puede entrenar», señala.

El problema es que cuando te acostumbras a comer poco y tratas de aumentar tus ingestas, tu estómago puede sufrir, porque no está acostumbrado a almacenar esa cantidad de comida. Esto puede producir síntomas como náuseas, sensación de presión o hinchazón...

Por este motivo, la mejor solución para una persona que quiera coger peso –apunta Guerra– no es comer más cantidad de comida, sino más calorías. «Habría que priorizar la ingesta de proteínas, grasas o de hidratos de carbono, que nos aportan más energía por gramo consumido».

Una de las frases clásicas de madre que más habrás escuchado es: «Si comes tan poco se te va a cerrar el estómago». Esta afirmación ha evolucionado a lo largo de los años como solución para aquellas personas que quieren adelgazar y piensan que reduciendo la ingesta de alimentos, también lo hará eltamaño de su estómago.

Pero la realidad es que todos los estómagos tienen el mismo tamaño. Así lo manifiesta Gonzalo Guerra, director médico y jefe del servicio de cirugía general y digestiva del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED): «Dependiendo de la altura o el peso de la persona puede cambiar la forma, pero el tamaño varía muy poco entre unos y otros».

Guerra explica que este órgano no reduce su tamaño tal y como decían nuestras madres.

Es la grelina (hormona que regula el apetito) y la propia distensión del estómago, es decir, el reflejo por el cual nuestro organismo nos dice que estamos llenos, lo que hace que una vez que este se empieza a dilatar, mande una señal al cerebro de que estamos saciados. «Si nos acostumbramos a comer menos cantidad, esa orden o esa sensación de plenitud se alcanza antes, y nos acostumbramos a llenarnos con menos comida».

«En esta línea, también es falso que el estómago se dilate porque comamos más. Una persona que come mucha cantidad no tiene un estómago mayor del que come menos», expone Guerra. Lo que sí es cierto es que este órgano se acostumbra a recibir cantidades más grandes de comida y esa señal de que se está lleno se alcanza más tarde. «Es algo que se puede entrenar», señala.

El problema es que cuando te acostumbras a comer poco y tratas de aumentar tus ingestas, tu estómago puede sufrir, porque no está acostumbrado a almacenar esa cantidad de comida. Esto puede producir síntomas como náuseas, sensación de presión o hinchazón...

Por este motivo, la mejor solución para una persona que quiera coger peso –apunta Guerra– no es comer más cantidad de comida, sino más calorías. «Habría que priorizar la ingesta de proteínas, grasas o de hidratos de carbono, que nos aportan más energía por gramo consumido».

Funciones del estómago
Eduard Prats, médico especialista en Aparato Digestivo, explica que el estómago es una bolsa de unos 24 x 12 x 8 centímetros, cuya capacidad es de ¼ de litro en reposo pudiendo llegar al litro y medio cuando comemos. Sus funciones son las siguientes:

- Recibir el alimento ingerido y luego transportarlo por el esófago.

- Fabricar ácido clorhídrico y fermentos gástricos para iniciar la digestión de los alimentos y convertirlos en nutrientes.

- Segregar factor intrínseco para unirlo a la vitamina B12 ingerida, favoreciendo la absorción de esta por el intestino.

- Expulsar la pasta (quimo) en la que se han convertido los alimentos después de la digestión (química) de los mismos.

- Producir algunas hormonas, como la gastrina (estimuladora de la secreción ácida) y la grelina (reguladora del apetito).

Eduard Prats, médico especialista en Aparato Digestivo, explica que el estómago es una bolsa de unos 24 x 12 x 8 centímetros, cuya capacidad es de ¼ de litro en reposo pudiendo llegar al litro y medio cuando comemos. Sus funciones son las siguientes:

- Recibir el alimento ingerido y luego transportarlo por el esófago.

- Fabricar ácido clorhídrico y fermentos gástricos para iniciar la digestión de los alimentos y convertirlos en nutrientes.

- Segregar factor intrínseco para unirlo a la vitamina B12 ingerida, favoreciendo la absorción de esta por el intestino.

- Expulsar la pasta (quimo) en la que se han convertido los alimentos después de la digestión (química) de los mismos.

- Producir algunas hormonas, como la gastrina (estimuladora de la secreción ácida) y la grelina (reguladora del apetito).

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