Café, té o gaseosas: ¿Cuál es el peor para tu salud?

SALUD Julia VOSCO
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Llega el verano y deberíamos tomar más agua que nunca. Pero en vez de eso, nos llenamos de gaseosa, cafecitos y té frío y endulzado para “levantar” una tarde de calor. Vivimos en una sociedad donde tenemos récord de consumo de bebidas dulces y donde no hay encuentro sin café o mate de por medio.

 El hábito de incorporar cafeína de manera cotidiana está tan arraigada que casi nunca nos preguntamos hasta dónde afecta a nuestra salud. Salimos del subte lleno, o volvemos de trabajar cansados y nos premiamos con una gaseosa con hielo. El efecto es rapidísimo: se acelera el pulso, vencemos la pachorra y nos sentimos estimulados y renovados, listos para seguir el día con las pilas recargas. Pero ¿a qué costo?

Se calcula que alrededor del 80% de la población adulta toma cafeína de manera habitual y  consume más de 200 miligramos al día. Según la EFSA (un grupo de expertos europeos en salud alimentaria) a partir de 75 miligramos de cafeína se incrementa la atención, la memoria y la capacidad de aprendizaje. El problema es que desde los 300 miligramos, lo equivalente a un vaso, comienza a provocar estados de insomnio, irritación, ansiedad, acidez, hipertensión y riesgo de padecer osteosporosis.

TENÉ EN CUENTA QUE...

Café: una taza tiene 100 miligramos de cafeína. Como máximo se deberían consumir 3 tazas al día.  

Té: una taza posee alrededor de 50 miligramos de cafeína. Aunque antes se decía que no tenía, está demostrado que sí tiene. La única diferencia es que, en el conjunto de sustancias del té, la cafeína resulta más lenta de absorver por eso sus efectos no son tan notables.

Gaseosas: una lata tiene 35 miligramos de cafeína.

El consumo moderado de cafeína no sólo no es negativo para la salud sino que tiene algunas propiedades beneficiosas, como la protección frente a enfermedades cardiovasculares y la disminución de la diabetes. El café se aconseja como antioxidante y nuevos estudios aseguran que también puede disminuir la aparición de demencias como el Alzheimer.

 Las que peores efectos tienen sobre el cuerpo son las gaseosas, debido principalmente a la enorme cantidad de azúcar que está asociada a desarrollar obesidad y enfermedades asociadas como la diabertes de tipo 2.“Las evidencias son tan fuertes que en Estados Unidos ya se han puesto en marcha campañas de salud pública que prohíben su venta en las escuelas”, señala la doctora  Esther López García, epidemióloga en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.
    
En resumen, lo fundamental no es dejar de tomar un cafecito con tus amigas o prohibirte una coca fresca durante un asado. La clave está en evitar el abuso y que la cafeína no sea la primera opción. Una buena forma es reemplazarla por jugos naturales e incrementar el consumo de agua, sobre todo en verano. El agua sirve para aumentar la energía, bajar de peso, prevenir problemas cardiovasculares, evitar dolores de cabeza, mejorar tu digestión y hacer que tu piel esté sana y radiante. Así que la próxima vez que te pregunten qué querés tomar, ni lo dudes.

 

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