Psicofármacos, síntomas y simples señales de humanidad

NOTICIAS DE INTERÉS Gina NAVARRO
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Ya en la famosa novela “La máquina del tiempo”, escrita por Herbert George Wells y publicada en 1895 (luego llevada al cine en diferentes versiones), el autor narra cómo el protagonista viaja sin querer hacia el futuro y allí, para su asombro, descubre una sociedad en extremo insensible. Sin importar que una persona se estuviera ahogando en un río, a escasos centímetros, el resto continúa contemplando el entorno de manera inmutable.

Tal vez el autor no reparó en que, quizá en un futuro, dicha insensibilidad podría ser palpable en nuestro mundo real. Claro que, en lugar de estar absortos con la nada misma habríamos de estar ensimismados con nuestros celulares. Pero desde luego que ese es solo un detalle. ¿Estaremos acaso demasiado lejos de ese futuro novelesco?

Aparentemente, para evitar sentir dolor, algunos creen que lo más conveniente es volverse insensibles. De allí que a múltiples consultorios psicológicos y psiquiátricos suelen acudir personas queriendo exorcizar sus vidas destellos de ansiedad, mínimos atisbos de angustia y otras diversas molestias psíquicas menores. ¿Es eso conveniente? ¿Puede considerarse que siempre la ansiedad y la angustia son síntomas? Definitivamente no.

Cómo diferenciar señales naturales de síntomas de trastornos
Quien ansía obtener un resultado positivo en algún área o espera resolver determinado conflicto, evidentemente habrá de mostrarse ansioso. Esto no es más que una respuesta natural y humana. Y quien acaba de padecer de alguna pérdida o recibió una pésima noticia, también en consecuencia habrá de manifestar algún grado de angustia a modo de señal de alarma de su aparato psíquico. De hecho, si dichas emociones no acontecieran, estaríamos frente a individuos que no se comportan dentro del grado esperable de respuesta. Sí, estaríamos frente a sujetos que habrían perdido en gran parte su propia humanidad.

¿Cómo diferenciar entonces estas señales naturales y esperables de lo que consideraríamos síntomas? Existen indudablemente diversos trastornos de ansiedad, así como también variadas ocasiones en que la angustia nos sobrepasa y puede devenir incluso en somatizaciones o en ataques de pánico o puede, incluso, dejarnos anclados en un duelo perpetuo.

Como en todas las cosas, todo es cuestión de grados. Y señales humanas y esperables no deben confundirse con patologías o síntomas. Pero intentar acallar toda señal con psicofármacos sería equivalente a pretender bloquear nuestra propia humanidad. Y esta parecería ser una patológica tendencia de nuestros tiempos: No sentir nada para no sentir dolor, incluso cuando sentir dolor también es parte del ser humanos.

Cómo superar la baja autoestima
Toda medicación psiquiátrica deberá siempre ser prescripta por un profesional especializado en el tema (psiquiatra). Este habrá de evaluar cuándo, cómo y qué debe ser suministrado. Pero el verdadero objetivo de dicha medicación nunca es acallar señales humanas y esperables sino solo aquellas que ya pueden considerarse síntomas, y el objetivo será siempre habilitar al paciente para que pueda trabajar con la palabra. Y así y solo así, asistido por un psicoterapeuta, trabajar para procurar modificar su vida y su posición frente al mundo y los otros. Se trata de superar aquello que nos daña, pero esto no significa convertirnos en autómatas y dejar de ser humanos.

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