Esto es lo que pasa cuando te pones a dieta por tu cuenta

DIETAS Rosario CALVO
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Con toda probabilidad y casi sin temor a equivocarme me atrevería a afirmar que la mayoría de nosotros hemos iniciado en algún momento una dieta por nuestra cuenta para perder peso. Y tal vez lo hayamos conseguido durante un tiempo pero lo más seguro es que después la hayamos abandonado y hayamos recuperado todo lo perdido. Esto sucede por no tener una estrategia clara y definida, pero también por no saber cómo actuar tras alcanzar el peso deseado.

Cada persona es diferente, con unas necesidades concretas que deben pautarse acorde a su antropometría y sus objetivos. Debemos plantear un enfoque a medio-largo plazo,donde integremos unas nuevas costumbres a la hora de alimentarnos y nutrirnos, que podamos desarrollar para siempre y guiados, a ser posible, por un profesional. Ponerse a dieta por libre no es buena idea y puede perjudicar nuestra salud. Veamos cuáles pueden ser las consecuencias...

1. No sabemos seguir en caso de estancamiento
Llegará un momento, casi con toda seguridad, en el que nuestro peso estanque y no sepamos cómo proseguir. Ese punto es muy peligroso, ya que podemos incurrir en un déficit calórico demasiado elevado, con todo lo que ello puede acarrear: desde deficiencias nutricionales hasta desarrollar un trastorno de la conducta alimenticia, frustración, miedo a la comida, etc.

2. Consumimos pocas calorías
Simplemente por puro desconocimiento de la estrategia alimentaria que debemos aplicar, podemos haber comenzado una dieta demasiado drástica, siendo tan deficiente a nivel energético, que no sea sostenible en el tiempo. Esto hará que estemos muy fatigados, afectará al descanso y hará que la abandonemos rápidamente.

3. Restricción innecesaria de ciertos alimentos
Este punto es muy importante. La restricción de determinados alimentos por desconocimiento, puede acarrear serios déficits nutricionales, siendo algunos de ellos negativos para nuestra salud. Normalmente, suelen reducirse de forma alarmante los hidratos de carbono y las grasas. Sobre todo, en lo relativo a las grasas hay que tener especial cuidado. Estas son un macronutriente esencial que interviene en el correcto funcionamiento de diversos procesos fisiológicos en nuestro organismo y es especialmente importante para la mujer. Un déficit muy acusado en la ingesta de grasas afecta de forma directa al sistema hormonal femenino, causando patologías de importancia que, a su vez, pueden conllevar consecuencias nada deseables para la salud.

Por otro lado, el consumo de grasas es esencial para mantener a raya el colesterol. Sin grasas saludables no podemos mantener nuestras células saludables ni sintetizar vitamina D, lo cual repercute de forma directa en la densidad mineral ósea, entre otros muchos procesos.

4. No sabemos si nos nutrimos correctamente
No sabemos si estamos alcanzando los requerimientos necesarios de macro y micronutrientes. Este punto va de la mano con el punto anterior, ya que la restricción de determinados alimentos por desconocimiento conlleva carencias nutricionales. Hay determinadas vitaminas que desempeñan papeles protagonistas en nuestra fisiología, como por ejemplo las del grupo B, con acción directa en el metabolismo. O los antioxidantes, tan esenciales en la captación de radicales libres, que generan daño a nivel celular.

5. El efecto rebote está garantizado y eso nos lleva a un círculo vicioso
Este punto sería el menos peligroso de todo lo que hemos comentado anteriormente, pero es importante saber que lo que rápido se va, rápido vuelve. Si queremos obtener algo duradero y garantizar que el peso que perdemos provenga de la grasa, es preciso saber que lleva tiempo y que, a nivel fisiológico, la pérdida de grasa se da de forma más lenta. Si hacemos una dieta “rápida” muy hipocalórica, la mayor parte de la pérdida de peso que experimentamos proviene de los líquidos corporales.

6. Pérdida de masa muscular
Un rasgo característico al iniciar una dieta por libre desde el desconocimiento, suele ser ingerir una cantidad ínfima de proteínas, siendo muy característico desayunar un té con fruta, comer verduras con una tortillita o cenar un yogur. Sabemos que las proteínas intervienen directamente en la formación y restauración de nuevos tejidos en nuestro organismo, entre ellos, la masa muscular. Independientemente de si somos deportistas o no, nuestro organismo necesita este macronutriente esencial (no puede sintetizarlo por sí mismo) para construirse y repararse, siendo un proceso que se da todos los días. Si no ingerimos la suficiente cantidad de proteína a través de los alimentos, el organismo en aras de sobrevivir, empelará las propias proteínas musculares, con la consecuente pérdida de masa muscular, atrofia, aparición de lesiones, disminución del metabolismo basal, etc. Preservar la masa muscular en buen estado, es sinónimo de salud y equilibrio, no la subestimemos y no la asociemos solamente a los deportistas, es esencial e importante para toda la población.

7. Desequilibrio de la salud intestinal
Si nuestro intestino deja de recibir determinados nutrientes, dejará de estar en equilibrio, lo cual puede acarrear disfunciones digestivas de todo tipo y algunas de ellas pueden ser de difícil solución.

8. Efectos sobre la salud mental
Un plan de pérdida de peso llevado al extremo, va a repercutir muy directamente en nuestro estado de ánimo comprometiendo nuestra estabilidad mental y emocional.

Como veis, lo que puede parecer una dieta inocente para perder unos kilos (que además luego rápidamente vamos a recuperar), puede acarrear una cascada de desajustes en el funcionamiento del organismo. En fisiología, ningún proceso se da de forma aislada o porque sí, sino que se trata de un sistema conformado por distintas funciones, perfectamente ordenado, donde si un eslabón de la cadena se rompe, va a repercutir en toda la cadena.

Sobre la autora: Raquel Capel es dietista-nutricionista deportiva y clínica, responsable de Nutrición del equipo Vikika Team, además de entrenadora personal.

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