Tu cuerpo te puede indicar que tu alimentación no es adecuada

POR UNA VIDA MÁS SALUDABLE Sara BLANC
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El cuerpo nos habla y muchas veces lo hace con una claridad rotunda aunque no queramos escucharlo. Se nos cae el cabello, las uñas se hacen quebradizas, tenemos insomnio o dormimos mal… Estas son algunas de las señales que nos están diciendo que algo no marcha bien en nuestra alimentación.

Por medio de los alimentos ingerimos las sustancias necesarias para que todas las funciones de nuestro cuerpo sean realizadas con éxito. Por eso nuestra alimentación debe estar encaminada no solo a cubrir nuestras necesidades energéticas (macronutrientes: hidratos de carbono, proteínas y grasas) sino también la necesidad de aquellas sustancias que nuestro cuerpo necesita en menor medida, pero que son igual de importantes para todos los procesos vitales, que son las vitaminas y minerales.

Sufrir alguna de estas señales es síntoma de que necesitas cambiar algún hábito en tu alimentación. 

Hoy no hablamos de otras patologías que están causando esta sintomatología, sino de la relación del síntoma con la alimentación.

1. Cansancio
Quizás es de los que más se suele dar y puede ser el resultado de varios errores en la dieta.

Este cansancio podría estar causado por una ingesta inadecuada de energía, inferior a la que necesitamos. En este caso estaría acompañada de pérdida de peso. Por lo que si estás o no haciendo una dieta, plantéate si la energía que estás ingiriendo es la adecuada de acuerdo a tu trabajo, edad y ejercicio físico que realizas.

También podría estar indicándonos que existe un déficit de hierro, muy frecuente en mujeres jóvenes que puede llegar a causar una anemia ferropénica.

Este cansancio puede llegar incluso a confundirse con depresión, ya que el hierro es el encargado de transportar el oxígeno en nuestro cuerpo.

Si quieres mejorar los niveles de hierro, los moluscos bivalvos son tu aliado, con más del doble de hierro que un filete de ternera.

2. Uñas quebradizas y débiles
En este caso de uñas quebradizas y débiles la clave la encontramos en la falta de vitaminas como la A, la C y las del grupo B y minerales como el calcio, el zinc y el hierro. Es importante también cubrir las necesidades de proteínas y grasas, como los ácidos poliinsaturados omega 3. Por lo que para lucir unas uñas bonitas y fuertes, sin que se quiebren, salgan padrastros o sufran cambios en la coloración debes recordar incluir en tu alimentación alimentos como:

Pescados azules: además de ser una excelente fuente de proteínas son ricos en ácidos grasos omega tres. Procura optar por aquellos más pequeños como son las sardinas, boquerones, arenques. 
Alimentos ricos en vitamina C como los pimientos rojos, los kiwis, las fresas, el brócoli.
Alimentos ricos en vitaminas del grupo B como son los cereales integrales, carnes y pescados, las legumbres, los huevos, la leche y sus derivados y las verduras de hoja verde.
Los minerales con el calcio, el zinc y hierro: se pueden obtener a partir de alimentos como las carnes y pescados, las coles, los mariscos bivalvos (almejas, mejillones, berberechos), los lácteos, las legumbres y los frutos secos y semillas.

3. Caída del cabello
La caída del cabello (además de por otras muchas causas que es importante que revises con un dermatólogo si se da el caso) puede ser una señal de que no te estás alimentando adecuadamente. 

Al igual que en el caso de las uñas, para tener un cabello cuidado y que no se te caiga (no se si te había pasado en alguna temporada pero es tremendo ver el cepillo lleno de pelo que antes lucía brillante) la alimentación puede ser clave. Una nutrición adecuada te ayudará a combatirla y para ello debes tener presente incluir en tu dieta alimentos como carnes, pescados, huevos, legumbres, gran variedad de frutas y verduras y además alimentos ricos en biotina, que es una vitamina del grupo B que podemos encontrarla en cereales (mejor integrales), huevo, los guisantes, el plátano e hígado.

4. Falta de concentración
La falta de concentración puede ser síntoma de que no estás ingiriendo la energía suficiente. La falta de macronutrientes como son los hidratos de carbono (especialmente), proteínas y grasas pueden llevarnos a sufrir problemas para concentrarnos.

Por eso hay que tener mucho cuidado en aquellas personas que están haciendo una dieta de adelgazamiento ya que sino está bien estructurada podría ser la causante. 

Además también pueden influir algunos micronutrientes como son la vitamina B12, el hierro y el ácido fólico, necesarios para una buena oxigenación de todos nuestros tejidos.

5. Problemas en la piel
El órgano más grande y muchas veces olvidado. Nos protege y es el claro espejo de nuestra salud.

Desde cambios en la coloración (que se torne más amarillenta), que esté seca sin elasticidad o con descamaciones o incluso que las heridas cuesten más de cicatrizar pueden tener relación con una mala alimentación.

En este sentido es primordial una hidratación adecuada, el agua es la base de la vida por lo que no debemos olvidar su importancia y relación con la salud.

Procura mantener una buena hidratación (unos 7 – 8 vasos al día estaría genial).

Además incluir alimentos ricos en vitamina C, vitamina B12 y folatos nos ayudará a combatir problemas en la piel, así como alimentos ricos en Omega 3 que ayudan a mantener su elasticidad, como por ejemplo el aguacate y los frutos secos.

Los minerales como el selenio (que es un potente antioxidante) y el zinc también serán clave para cuidar de la piel. El marisco, los frutos secos, los huevos y los cereales integrales son fuentes que nos ayudarán a integrarlos en nuestra alimentación.

6. Pérdida de peso
La pérdida de peso involuntaria puede ser un signo de que no estás alimentándote adecuadamente (no siempre es deseable adelgazar).

Muchas patologías pueden estar relacionadas con esta pérdida de peso, pero cuando no existe enfermedad y notas que pierdes peso sin esta intención seguramente tu cuerpo te esté pidiendo a gritos más energía.

En este sentido además de incluir una alimentación variada se debe aumentar la energía global ingerida. Añadiendo más cantidad de carbohidratos, proteínas y grasas… pero de las buenas, como son los ácidos grasos monoinsaturados (aceite de oliva) y los ácidos grasos omega 3 (poliinsaturados).

Además también debemos tener en cuenta micronutrientes como las vitaminas del grupo B, especialmente las vitaminas B1 y B12 pueden estar relacionadas con esta pérdida de peso involuntaria.

7. Calambres musculares y espasmos
Puede que la falta de minerales te lleve a sufrir calambres, contracciones incontroladas y repentinas a nivel muscular.

En este caso, mucho van a tener que ver los minerales, en concreto, una baja concentración de potasio en sangre (que es el encargado de transmitir señales del cerebro para que se produzcan las contracciones musculares).

Por tanto una ingesta adecuada de potasio (así como controlar la sal que ingerimos) es fundamental para mitigar estos calambres que son tan molestos.

Aunque el plátano tiene mucha fama en cuanto a su contenido de potasio, muchas verduras, frutas y hortalizas son fuentes de este mineral. Por goleada gana el aguacate que además nos aportará multitud de beneficios más.

8. Baja calidad del sueño
Ya sea por que te cueste conciliar el sueño o por que te despiertes de madrugada puede que (además del estrés, que es malo para todo) estés alimentandote mal.

En la cena puede estar la clave, ni mucha ni poca. Hacer cenas muy copiosas es tan contraproducente como comer poco, ya que esto nos puede hacer despertarnos por el hambre.

Intenta encontrar el equilibrio. Una buena cena compuesta por un plato con hidratos de carbono de absorción lenta (verduras y hortalizas) y una fuente de proteínas de alta calidad (carnes, pescados, huevos y también legumbres) puede ayudarnos a conciliar mejor el sueño. Aquí las cantidades serán claves también.

Además, la falta de vitamina D podría ser también la causante. La exposición a la luz solar durante el día y añadir a tu alimentación pescados, carnes, huevos, legumbres, semillas te ayudarán a mantener unos niveles adecuados.

9. Debilidad muscular
Desde la falta de energía que aportamos desde la dieta en general, un déficit en el consumo de proteínas hasta la falta de pequeños minerales como el potasio, la vitamina C y la D pueden ser los causantes.

Así que recuerda siempre tener presentes en tu platos las proteínas, que puedes obtener de carnes, pescados, huevos, legumbres y semillas. Así como las frutas y verduras que ayudarán a mantener tus músculos fuertes y a tener una buena recuperación cuando realizas ejercicio físico e incluso a nivel regenerativo.

10. Mal humor
Igual has notado que algunas temporadas has tenido más mal humor o tu estado anímico ha estado más cambiante que una montaña rusa. Pues seguramente la dieta también tiene mucho que ver.

Lo primero, revisar si estás consumiendo demasiado azúcar o hidratos de carbono de absorción rápida.

También podría pasar lo contrario, la falta de energía podría estar influyendo y provocar una mayor irritabilidad. Un clásico en dietas de adelgazamiento muy severas.

Aquí las grasas también tienen algo que ver. El consumo excesivo de grasas trans y grasas saturadas también podrían intervenir negativamente en el estado anímico.

El consumo de cereales integrales junto con alimentos ricos en triptófano nos ayudará a generar serotonina que será la clave para mejorar nuestro humor.

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