Orgasmo femenino, una búsqueda independiente del modelo masculino

SEXUALIDAD Ana COHEN
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A lo largo de los años, las mujeres nos vimos obligadas a gozar de acuerdo al mandato masculino, es decir, a cómo los hombres gozan. Fueron siglos de señoras adaptándose al varón y buscando el éxtasis a partir de la penetración.

Los varones que no sabían sobre el goce de las mujeres también, de alguna manera, pusieron sus expectativas en esperar que las mujeres disfrutaran de la misma manera que lo hacían ellos: desde la penetración.

Esa forma de buscar el orgasmo definitivamente no es la mejor. De hecho, para las mujeres la penetración es un estímulo que no suele alcanzar para tener un orgasmo. Sabemos que solamente entre el 25 y 30 por ciento de las mujeres puede llegar siempre al orgasmo con la penetración. Hoy está claro que el estímulo más importante para que una mujer llegue al clímax está en sus genitales externos, fundamentalmente en el clítoris.

En la cara anterior de la vagina, a unos dos o tres centímetros de la entrada, está el famoso Punto G. Esto puede causar sensaciones intensas, pero para alcanzar el orgasmo, hay que pasar por un estímulo prolongado de excitación de mínimo 20 minutos en la zona. Así que lo ideal es estimular este punto sobre el final del encuentro sexual.

Chau mitos
Sin dudas, William Masters y Virginia Johnson formaron la pareja de sexólogos más populares, en principio, debido a sus investigaciones sobre la respuesta sexual humana a finales de la década de los 60 del siglo pasado. Sin embargo, para investigar el orgasmo de las mujeres reclutaban solamente voluntarias que llegaban al punto máximo de excitación a través de la penetración porque eso “era lo normal”.

Esa idea atravesó al mundo médico porque fue la base de los estudios que se fueron dando posteriormente. ¿Cómo no trasladarlo al público general? Esto llevó a que muchas mujeres consultaran con angustia y sintiéndose hasta descalificadas o incapaces por no poder tener orgasmos con la penetración. Sin embargo, resultaba que respondían a cualquier otro tipo de estímulo.

Las mujeres no valoraban estos orgasmos, y derivó en algo como si hubiera orgasmos de primera categoría (con la penetración) y de segunda categoría (con el estímulo del clítoris). Cada mujer debe buscar su propio estímulo, ¡el orgasmo es válido siempre!.

¿Y dónde está el clítoris?
Se ubica en los genitales externos de la mujer. Es la zona más sensible eróticamente. Responde a la fricción, a la compresión y a la vibración.

Durante el desarrollo embrionario, tiene el mismo punto de partida que el pene. Es decir que hasta la octava semana de gestación, tiene idéntico grupo de células que, de acuerdo a la carga genética, dará lugar a un varón o una mujer. Justamente, el clítoris tiene un cuerpo con un aparato eréctil y un glande. Pero no sólo corresponde a la parte que se ve y se encuentra en el vértice superior de los labios externos de la vulva. También se prolonga alrededor de la vagina.

Por todo esto, cuando la mujer se ubica sobre el varón para el coito, el grado de estímulo que se logra por la propia frotación, facilita la llegada al orgasmo. Pero no solo nos referimos a la relación hombre-mujer. La persona con vulva puede lograr este mismo estímulo clítoris-vagina con la mano o con un vibrador.

Definitivamente las mujeres de hoy se encuentran mucho más habilitadas para buscar sus orgasmos independientemente del modelo masculino.

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