El consumo de carne roja aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas

ALIMENTACIÓN Y SALUD Ivana ALFARO
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Para muchos argentinos, la carne es sagrada. Significa juntarse con la familia a comer un asado, un motivo de encuentro con amigas/os, entre tantas celebraciones que sitúan a este ritual gastronómico como común denominador de pasiones y sabores. Sin embargo, así como la carne magra (sin grasas) es un alimento recomendado por los nutricionistas por su gran aporte de proteínas, existen algunos cortes que pueden ser realmente perjudiciales para la salud.

Un estudio científico, publicado en la revista Critical Reviews in Food Science and Nutrition y realizado sobre más de 1,4 millones de personas a las que se hizo un seguimiento durante 30 años, demostró que el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria incrementa conforme aumenta la ingesta de algunas carnes. Entre ellas figuran las de res, cordero, cerdo y las procesadas.

Según advirtieron los especialistas, por cada 50 gramos de carne de esos cortes que los voluntarios consumían, el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria a mediano y largo plazo aumentaba un 9%. A su vez, por cada 50 gramos de carnes procesadas como la panceta, el jamón o las salchichas, el riesgo trepaba a un 18%.

Cabe resaltar que la enfermedad coronaria es la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo. Esta se desarrolla cuando los depósitos grasos de colesterol crean una acumulación de placas en las paredes de las arterias que suministran sangre al corazón.

Al respecto, Anika Knüppel, epidemióloga nutricional de la Universidad de Oxford y coautora del estudio, le dijo a CNN: “La carne procesada parece ser peor para la enfermedad coronaria. Esto coincide con lo que se ha descubierto en el caso del cáncer de intestino, en el que estos alimentos han demostrado estar asociados a un mayor aumento del riesgo que la carne roja”.

¿Cuánto se ingiere normalmente?
La porción de carne recomendada por la Sociedad Americana del Cáncer ronda los 85 gramos diarios. Según los especialistas, la mayoría de las personas consume más de 56,6 gramos de carne roja o procesada en cualquier comida. Por ejemplo, en una cena en un restaurante, las porciones pueden pesar entre 255 y 340 gramos, lo que claramente excede la cantidad sugerida.

¿Qué pasa con el pollo?
El estudio científico descartó que las aves de corral, como el pavo y el pollo, aumenten el riesgo de cardiopatía coronaria. Esas carnes son consideradas magras, ya que no contienen altos niveles de grasa saturada que sí, en cambio, se encuentran en la carne roja. A su vez, tampoco tienen altos niveles de sodio como las carnes procesadas.

Dieta más verde y sana
Hoy en día existe una gran cantidad de dietas saludables basadas en plantas. Las mismas, aseguran los especialistas, son ideales para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.

En el ranking de las mejores dietas para la salud del corazón realizada por U.S. News & World Report, la dieta mediterránea empató con la Dash y la Ornish. La primera, según muchos estudios científicos, puede reducir el riesgo de diabetes, colesterol alto, demencia, pérdida de memoria, depresión y cáncer de mama. A su vez, contribuye a tener huesos más fuertes, un corazón más sano y una vida más larga.

Según los científicos, la grasa saturada es un problema para el corazón. “Esta cumple un rol preponderante en el desarrollo de la placa en las paredes de las arterias, lo que contribuye a los bloqueos asociados a las enfermedades coronarias. En tanto, el sodio puede elevar la presión arterial, restringiendo también el flujo de sangre al corazón”, alertaron.

Esta se basa en alimentos de origen vegetal, es decir, frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y semillas. También incluye frutos secos y un elevado consumo de aceite de oliva virgen. Excluye el azúcar y las harinas.

En tanto, la dieta Ornish, creada en 1977 por el doctor Dean Ornish, revierte las enfermedades del corazón. No obstante, es muy estricta y complicada de seguir. Es una dieta lacto-ovo-vegetariana que fomenta una variedad de alimentos integrales como frutas, verduras y legumbres. También incorpora fuentes de proteína (como claras de huevos y tofu), hierbas y especias.

Por último, la dieta Dash reduce la presión arterial y las patologías cardiovasculares. Se basa en ingerir frutas, verduras, productos lácteos bajos en grasas y carnes magras.

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