Una médica argentina lidera una innovadora técnica de remodelación corneal

SALUD Camila MARTINEZ
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El queratocono es una patología oftalmológica que deforma la córnea. Puede aparecer durante la adolescencia, hasta alrededor de los 20 años. Este trastorno tiene un factor hereditario: una de cada 10 personas posee un familiar que también lo padece. Es una enfermedad silenciosa a la que hay que prestarle atención porque puede llevar a la pérdida progresiva de la visión

“Consiste en que la córnea, que es ese ‘vidrio de reloj transparente’ que tenemos en la parte más anterior del ojo, se deforma con más facilidad. Entonces pierde su forma, su perfil fisiológico”, explica a Con Bienestar María José Cosentino (M.N. 86.704), expresidenta de la Sociedad Argentina de Córnea, Cirugía Refractiva y Catarata (SACRyC).

La condición causa visión borrosa y alterada y uno o ambos ojos pueden verse afectados. Es más común en personas que tienen asma o eczema y también puede ser más frecuente en personas que se frotan los ojos, lo que causa más deformación, ya que la córnea del paciente con queratocono tiene una resistencia menor.

“A causa de la deformación de la córnea, se genera un astigmatismo irregular. Es de más dificultosa corrección, no se puede compensar con un anteojo, sino que se precisa una lente de contacto que generalmente es rígida”, detalla la especialista. Cuando estas lentes no son bien toleradas, se indica una cirugía.

“Hay una batería de tratamientos que podemos tener en cuenta para un paciente con queratocono. Si el astigmatismo es bastante compensable y, además, tiene miopía, se puede optar por el implante de una lente fáquica que es fabricada a medida. Cuando el astigmatismo es muy irregular y los lentes de contacto no dan buen resultado se pueden indicar los anillos intracorneales que actúan como un bastidor, permitiendo que la córnea se pueda estirar y regularizar su perfil”, plantea Cosentino. Sin embargo, hay zonas funcionales pequeñas que no otorgan buena calidad visual.

Hay casos donde la córnea se “estira” tanto que genera cicatrices que producen opacidades en la córnea. “No hay una buena visión y ninguna de las opciones que mencioné da buen resultado”, advierte la oftalmóloga. En esos casos, se recomienda hacer un trasplante que consiste en reemplazar la córnea con queratocono por otra sin queratocono.

Una técnica pionera
“La técnica ‘Corneal remodeling’ (remodelación corneal) que presentamos en una de las publicaciones más importantes del mundo como la Journal of Refractive Surgery, muestra resultados a largo plazo y consiste en hacer una queratectomía”, relata la coautora del trabajo junto con el especialista César Carriazo, de Colombia.

Para hacer la queratectomía primero se saca un perfil corneal del paciente. Luego, en la cirugía, se realiza un corte muy personalizado en la córnea, asistido por un láser específico. Se unen las dos partes, estirándolas tal y como si fuera un lifting facial que se hace en cirugía estética. Al sacar la deformación adquirida por el queratocono, la técnica permite recuperar el estado fisiológico de la membrana.

“Hay pacientes que con esta intervención ya recuperan cantidad y calidad visual suficiente para sus tareas cotidianas. Otros complementan con anteojos o tratamientos refractivos que, de seguir con la córnea alterada, no podrían indicarse”, finaliza María José Cosentino cuyo trabajo logró reconocimiento en la comunidad oftalmológica internacional e incluso, se publicó en un libro de una editorial inglesa.

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